✴13✴

420 36 0
                                    

*** Narra Dorothy ***  

Me sentía fatal, estaba llorando, una maldita serpiente pudo haberme mordido. Tape mi cara con mis manos, necesitaba un maldito abrazo, quería a mis amigas.

-Tranquila saldremos de aquí -me dice el estúpido que esta a mi lado 

-Deja de decirme eso -le digo entre llanto 

Ya estaba harta de todo esto. Mis lagrimas salían sin parar. 

Siento los brazos de Ivan rodeándome y me aparto 

-¿Qué haces? -le digo 

-No me gusta verte así, perdona, fue un impulso -se da la vuelta 

-No, necesito que alguien me de un abrazo y pues tu eres el único que esta aquí 

Se acerca a mi y me lanzo a sus brazos. Comienzo a llorar. Ivan comienza a acariciarme el cabello tratando de consolarme. 

-Estoy mojando tu pecho -le digo mientras me retiro y limpio mis lagrimas 

-Descuida, no es nada 

-Te vas a enfermar -le digo mientras sorbo mi nariz 

-No seria la única causa que me provocaría un resfriado 

-No tire tu camisa -le digo 

Ivan me mira confundido 

-Yo la guarde en mi mochila, quería que sufrieras, pero ahora si esta perdida, lo siento tanto 

-Ya déjalo así 

-¿Crees que saldremos de aquí?

-Apuesto a que tus padres ya mandaron a medio mundo a buscarte 

-Mis padres -dice con una sonrisa triste -Ellos no están en el país 

-Pero estoy seguro de que están al pendiente de ti 

-Apenas y saben como me llamo

-¿No estás exagerando?

-No, a mis padres no les importo, soy como un mueble más de la casa 

-Lo siento

-No lo sientas, no quiero que me tengas lastima 

-No la tengo, solo que creí que eras Dorothy Montes la reina del mundo 

Su comentario me hace reír

-Pues no, no soy la reina de mundo, soy tan común 

-No de hecho no, tu eres la persona más fastidiosa que me he topado en la vida 

Lo miro de mala manera

-Eres el único ser que logra sacarme de mis casillas 

-Imbécil, no se porque demonios te cuento mi vida, eres un imbécil, estúpido -lo golpeo en el pecho y empiezo a caminar 

 -Espera, solo estaba jugando -dice mientras trata de alcanzarme 

-Vete con tus juegos a otra parte, lejos de mi 

-Dorothy espera

Me giro y estampo mi mano en su mejilla 

-Eres un idiota, te confieso mi maldita vida y no tardas en insultarme 

-Espera, espera, yo no...

-No te atrevas a negarlo 

-Es que...

-NADA -le grito alterada 

Me doy vuelta y me siento en el piso, recargando mi espalda a un árbol

-Dorothy lo siento 

-No me dirijas la palabra 

-Tendremos que hacer turnos para descansar 

-Como sea 

-Tu duerme primero, después te despierto y haces guardia

-Claro que dormiré primero 

Me acuesto dándole la espalda. Ivan era la primera persona en el mundo en que le confesaba mi realidad. Los ojos comienzan a pesarme y me quedo dormida. 


Me cae algo sobre la cabeza, abro los ojos y veo que me golpeó, si fue el estúpido de Ivan lo mataré. 

Pero es un labial, un labial rojo demasiado familiar. Me cae otra cosa sobre la cabeza, esta vez es una botella de agua vacía. Me levanto y veo arriba del árbol quien es. Veo a un mapache con mi mochila. Si mi mochila 

-EY DEJA ESO -le grito 

Me mira por un segundo y sigue hurgando la mochila.

Saca la playera de Ivan, la olfatea y la tira deprisa

-Te entiendo pequeño -digo riéndome

El mapache coloca mi mochila en su hocico y comienza a correr por los árboles, trato de alcanzarlo pero desaparece de mi vista. Demonios, ladrón sin vergüenza.

Tomo la playera de Ivan y lo busco con la mirada, ya amaneció, de hecho el sol ya esta puesto. El estúpido imbécil no me despertó para hacer guardia.  

Lo veo acostado, hecho bolita. Me acerco y le lanzo la playera en la cara 

-DESPIERTA -le grito

Pero no me hace caso 

-Vamos levántate, ya es de día 

Pero no se movía. Me hinque y comencé a sacudirlo. Su piel estaba hirviendo.

Lo pongo boca arriba y toco su frente, estaba ardiendo. Busco mordeduras o picaduras pero no tiene nada. Mi corazón comienza a acelerarse.

-No me puedes hacer esto -le digo sacudiéndolo -No me dejes sola

Toco su pulso y es constante. Al menos esta vivo y respira.

Voy por unas hojas de árbol frescas, tomo su botella de agua y se las coloco en la frente. Pero no sirve de nada, veo su playera, la tomo y la mojo con el agua. Se la coloco en la frente. 

-Si te mueres aquí, lo pagara caro alguien, no tu porque estarás muerto, pero si a las personas que están cerca de ti  

Le quite sus calcetines. Levante un poco su cabeza y trate de darle agua, es muy importante mantenerte hidratado cuando tienes fiebre, o al menos eso me enseño mi abuelita cuando era pequeña.

Lo recosté. Mis tripas empezaron a gruñir. Esculque la mochila de Ivan pero no había nada. Camine no muy lejos de donde estaba Ivan, seria el colmo que se me perdiera en el estado en el que está. Encuentro un arbusto de moras. Recojo un montón y regreso, miro el agua, pero no las lavare, Ivan necesita más el agua.

Me como las moras, Ivan no hacia ningún movimiento, cada 5 minutos me aseguraba de que seguía respirando. La fiebre se mantenía igual. Remoje la playera nuevamente y se la puse en la frente. Le di un poco más de agua y lo recosté. 

-Seria una gran enfermera -me digo a mi misma orgullosa -Aunque merezcas morir por todo lo que me haces, te estoy cuidando y pagaras por ello

El día paso demasiado aburrido. No hice prácticamente nada habitual, estuve al pendiente de Ivan y comí solo moras y frambuesas. 

El frío comenzaba a hacerse presente y mi miedo creció, si le daba aire, cambiaría de manera brusca la temperatura y se pondría peor.

-¿Qué hago? -digo preocupada -Necesito ayuda, sola no puedo, ¿Por qué me haces esto? -le digo furiosa -Apuesto que si estuviéramos alreves me hubieras dejado votada para que me comiera un oso   

Es tan patán que apuesto a que lo haría sin pensarlo dos veces.  

Me quito mi blusa y se la pongo sobre su pecho, de algo debe servirle. Un viento me golpeo la espalda y comencé a temblar.

-Ni modo, tendremos que dormir juntos -le digo como si me escuchara 

Me acuesto a su lado para crear calor mutuo. No quería morir de hipotermia. Me recuesto en el pecho de Ivan.

-Te odio -le digo antes de quedarme dormida -Y mucho

Como Noche y DíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora