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*** Narra Dorothy ***

El hombre corrió hasta la camioneta que encadenaba al oso.

Tomo una lanza y pico al oso enfureciendolo.

Corrí hasta Ivan, de su nariz escurria sangre.

-¿Ivan estás bien? Tenemos que irnos, va a soltar al oso

-Tienes que irte, ponte a salvo

-Porque no entiendes que sin ti no me voy -le digo desesperada

-Marchate

-NO -le grito

Como me pedía que mi fuera, de verdad creía que era tan despreciable como para largarme y dejarlo morir

-Quiero que estés a salvo -dice mientras me mira a los ojos -Si te pasa algo no me lo perdonare jamás, prefiero que me dejes y muera a que te quedes y espongas tu vida

-Si tu mueres me muero contigo, no tengo a nadie en el mundo, solo a ti y te perdí por estupida, pero una cosa es perderte como novio y otra es perderte definitivamente, no verte jamás y tener que visitarte en una tumba

-Dorothy...

-Ivan...

Un rujido nos hizo voltear, el oso estaba liberado.

Miro a mi alrededor y veo una cubeta con algo que parece ser sangre.

-Tengo una idea

-¿Qué? -me pregunta Ivan

-Confía en mi

-Confío en ti

Me levanto y tomo la cubeta, camino por detrás de la casa. El oso rujia y el hombre reía a carcajadas.

Le doy la vuelta y camino por detrás de los árboles hasta la camioneta. Veo al hombre y con todas mis fuerzas lanzo la cubeta y lo baño de sangre.

Me monto a la parte trasera de la camioneta y lo empujo.

El hombre es lento y cae de boca al piso

-ANIMAL ESTÚPIDO, TU COMIDA ESTÁ LISTA, VEN AQUÍ -le grito al oso

Deja de caminar hacía Ivan y corre hasta el hombre.

-NOOO -grito el hombre

El oso lo olfateo y rujio antes de abrir el osico y morderle una pierna. El hombre saco un cuchillo y trataba de encajarselo al oso.

Unas manos me toman por la cintura y me bajan de la camioneta.

Me giro una vez que estoy en el piso y veo a Ivan.

-Vamonos -me dice

Asiento con la cabeza y comenzamos a caminar perdiendonos entre los árboles.

Vemos que un arbusto comienza a moverse. Ivan me coloca detrás de él y el miedo se apodera de todo mi cuerpo.

Y de pronto salta un venado que al vernos se aleja.

-Es solo un venado -le digo en suspiro

-Si, vamos

Duramos mucho tiempo perdiendonos entre los árboles. Hasta que Ivan cayó de rodillas y se sento

-Ya no puedo más

-Está bien, descansamos aquí, ¿Te sientes mal?

-Estoy muy cansado

-Okey, ¿Qué hago?

-Ya hiciste mucho, gracias

-No tienes nada que agradecerme

-Te debo la vida

Como Noche y DíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora