Parte 44

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Lauren entró despacio en la sala de estar y encontró a Camila sentada en el suelo, con la espalda y el cuello apoyada contra el sofá. Lauren se sentó al lado de la escritora y Camila inmediatamente apoyó su cabeza contra el hombro de la artista, mientras Lauren movía su brazo para acercar a la mujer algo más a ella.

— ¿Dónde está Luna? -preguntó Lauren.

— La he mandado a la cama. Creo que descubrir que su madre era una mierda golpeada por su propia madre era más de lo que podía manejar en un día. Sabías lo que iba a preguntar, ¿verdad, Lern?

— Me lo había preguntado antes. Le dije que debía preguntarte a ti. Lo siento, no he tenido tiempo de avisarte de lo que tenía en la cabeza.

— Está bien. -dijo Camila dándole un pequeño apretón a la mano libre de Lauren. Ausente giró el anillo que rodeaba el dedo anular de la mano izquierda de la artista. La escritora no pudo menos que darse cuenta de que ambas todavía llevaban los anillos de casadas que Lauren comprara hacía tantos años atrás.

Lauren miró mientras Camila jugueteaba con el anillo de platino de su dedo. La artista había dudado en si quitarse el anillo antes de que Camila llegara, pero no pudo hacerlo. El anillo era tan parte de ella como su amor por la mujer que en esos momentos se apoyaba fuertemente contra ella. Se sintió aliviada cuando en el aeropuerto Camila le había cogido la mano y con una rápida mirada Lauren vio el brillo del familiar anillo en la mano izquierda de Camila.

— No estaba segura de qué decirle. Y le he dicho la verdad. Espero no haberla asustado. -dijo Camila.

Lauren apoyó su barbilla encima del suave cabello castaño. Se sonrió a sí misma, respirando el perfume familiar de la misma marca de shampoo que Camila solía usar desde que era joven. Había un confort que le llenaba en el olor que se introducía en su memoria años después de que Camila se fuera.

Sí, Lauren sabía que Camila le diría a su hija la verdad, por muy horrible que ésta fuera. También estaba segura de que eso no sólo habría asustado a Luna, recordando cómo la primera confesión la había afectado cuando Camila finalmente le reveló el secreto de su familia. Lauren nunca había sentido de verdad el más profundo de los odios hasta aquella noche.

Lauren pensó en las noches pasadas en la cama de la fraternidad antes de enamorarse de Camila. La pequeña castaña solía despertarse entre pesadillas cada noche, hasta que Lauren le dijo que tal vez podría ir a ver a un médico. Su joven amiga se negó testarudamente. La artista atribuyó las pesadillas nocturnas de la joven a que fuera la primera vez que estaba fuera de casa, pero la primera vez que Camila fue a casa un fin de semana y volvió con un labio partido, el corazón de Lauren dio un tumbo. Otra vez fue un moratón en su mandíbula. Finalmente, cuando una vez la joven volvió al campus con un ojo morado, Lauren se enfrentó a su joven amiga, y finalmente, protegida entre los seguros brazos de alguien que se preocupaba por ella, Camila le confesó que era su madre quien la golpeaba.

Le explicó que se había ido de casa a los catorce para vivir con su hermano y él le dijo a su madre que si iba a buscar a Camila, él haría público lo que le hacía a su única hija. La mujer se dio por vencida y Camila vivió con su hermano hasta que murió tres años más tarde. Camila lloró entre los brazos de Lauren sin lograr comprender por qué su madre siempre lo hacía y, más importante, por qué ella parecía incapaz de detenerla. Lauren lloró junto a la joven y le prometió que nadie volvería a golpearla de esa manera. Mirando a la pequeña y asustada chica que estaba entre sus brazos, Lauren no podía entender cómo alguien podría dañar a un alma tan maravillosa y confiada.

La siguiente vez en que Camila fue a casa en las vacaciones de primavera, Lauren le pidió prestado un coche a un amigo y fue con ella. Le dijo a su pequeña amiga que quería hacer que la separación de su madre fuera más permanente, indicando una zona del coche repleto de cajas. Entonces Lauren se dispuso a disfrutar despreciando a la mujer más mayor toda la semana sin dejar de vigilar a la pequeña castaña. Camila nunca volvió después de aquello y pasaron varios años hasta que la joven finalmente fuera capaz de levantarse contra la mujer que había destrozado su niñez.

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora