— Te amo. -se encontró Lauren diciéndolo nuevamente en el oído de la pequeña castaña que estaba tumbada entre los protectores brazos de la artista.
— Te amo, Lauren... con todo mi corazón. ¿Puedo preguntarte algo? -respondió Camila.
— Lo que quieras, amor… -dijo Lauren sonriente.
— ¿Cómo supiste que no me fui a Chicago por alguien? -preguntó Camila.
— En parte lo adiviné, y en parte lo deduje. Un día, cuando Luna y yo hablábamos, me dijo que no podía recordar que hubieras tenido ninguna relación con alguien. Eso fue todo lo que dijo, pero se clavó en mi mente. El otro día, en San Diego, cuando nos besamos y tú admitiste que no era la primera vez que habías besado a una mujer, pensé que tal vez habría una posibilidad de que tú sintieras lo mismo que yo sentía por ti. -Lauren besó la frente de Camila, atrayéndola a sí. — Siempre pensé que yo era como un libro abierto para ti, madre mía, estaba completamente equivocada. Supongo que escondí mis sentimientos hacia ti demasiado bien. Una vez que me di cuenta de que eso es lo que podría haber sucedido, me imaginé que marchar fue un acto completamente desinteresado que sólo tú podrías soportar. Siempre te has preocupado por mí y nunca por ti misma. ¿Sabía Luna lo que sentías por mí? -añadió Lauren.
— No hasta que tuvimos nuestra charla de la semana pasada. Me sorprendió que lo adivinara tan rápidamente. ¿Sabía lo tuyo?
— Sip. Encontró... bueno, ¿conoces el cuadro de la pared? Tengo como un millón de dibujos en los que me basé. No quería que los encontrara. Pero se lo tomó sorprendentemente bien, sin embargo.
— Lo siento, te hice daño al irme, Lern. -respondió Camila con lágrimas en los ojos.
— Está bien, cariño. Ahora nos tenemos la una a la otra y eso es lo que importa. Además, fue más por mi culpa. Si hubiera sido más responsable por entonces, tal vez hubiera sido capaz de ver por lo que estabas pasando. -respondió Lauren, perdiéndose en sus propios recuerdos.
— Tu madre lo ha sabido siempre. Desde la primera vez que estuvimos con ella. ¿Lo sabías?
— Sí, lo sé. Me dijo que si no te decía lo mucho que te amo, dejarías de esperarme y encontrarías a alguien...
— Nunca hubo nadie más, Lauren. He tenido amantes, pero nunca le di a nadie mi corazón. Siempre fue tuyo.
- Siento lo mismo. ¿Puedo confesar algo muy vergonzoso? -preguntó Lauren.
— Oh, ¿tiene que ver con la muñeca hinchable? -comentó Camila.
— Eres tan mala... -Lauren hizo cosquillas a la mujer de entre sus brazos hasta que Camila rió hasta llorar.
— Dime, ¿qué puede hacerte pensar que es vergonzoso?
— En parte la razón por la que fueras suavemente esta noche es que hace muchísimo tiempo desde que estuve con una mujer. -admitió Lauren.
— ¿Cuánto? -preguntó Camila con curiosidad.
— Seis años. -dijo Lauren insegura.
— Wow. Tu poder de aguante es mayor de lo que podría imaginar…
— Sí, bueno, no es que el celibato fuera algo consciente, simplemente no quería estar con nadie más. Incluso en la universidad, con otras mujeres, en lo único que podía pensar era en ti.
— Y yo me acosté con Matthew.
— Hey, no olvides lo que siempre dices... todo sucede por una razón. Si nunca hubieras pasado la noche con él no hubiéramos tenido a Luna.
— Tu madre me dijo lo mismo la semana pasada. ¿Recuerdas cuando fuimos juntas a andar por la playa durante tanto tiempo el jueves? Me dijo que era el destino lo que nos había encontrado juntas de nuevo en California y que era una oportunidad única en la vida. Indicó que se refería a que tú y yo nunca estuvimos juntas cuando éramos jóvenes. Creo que simplemente estaba intentando darme fuerzas para decirte algo, pero lo que dijo tenía sentido. -Camila se volvió para besar tiernamente los labios de Lauren y se acurrucó en el hueco del hombro de la artista.
— Mamá dijo que si hubiéramos estado juntas cuando nos conocimos hubiera sido un desastre. Que no era lo que tú necesitabas entonces, no era lo suficientemente fuerte para ser tu pareja. Me dijo que hubiera estado esperando a que cambiaras y tú hubieras crecido odiándote a ti misma por no poder hacerlo. Dijo que habríamos terminado destruyendo el amor que sentíamos la una por la otra, y tenía razón, Lern. -Camila volvió el rostro a la mujer que tenía lágrimas en sus ojos cuando se encontraron con los de la escritora.
— Tenía completa y absoluta razón, Camz. Éramos muy jóvenes. Nuestro amor nunca hubiera sobrevivido los problemas que teníamos que afrontar, pero de esta forma, crecer apartada la una de la otra,... puedo decir con sinceridad que no ha habido ni un sólo día en los últimos quince años que no te haya amado.
— ¿Por qué anoche me besaste y me dijiste que me querías? -inquirió Camila. Lauren sonrió a través de las lágrimas que caían de sus profundos ojos verdes.
— Porque mi madre me lo dijo
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El Amor Es Ciego... (CAMREN)
Fiksi PenggemarHan pasado casi 18 años desde que la escritora de Chicago, Camila Cabello ha puesto los ojos en la mujer de la que se enamoró hace mucho tiempo. Lauren Jauregui se ha convertido en una de las artistas más reconocidas en el país, y ha pasado los últi...