Prioridades

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Decir que después de despertarse no pudo conciliar el sueño, era poco, miles de pensamientos agolparon su mente como un torbellino, Craig jamás se preocupo por su sexualidad.

Error, más bien siempre pensó demasiado en ella, repitiéndose así mismo una y otra vez que no, que era imposible que no fuese heterosexual.
Pero después de esto sentía que ese escudo de seguridad que consistía en auto recordarse así mismo que el rubio no era más que su mejor amigo se desvanecía, se derrumbaba
peldaño a peldaño ¿Era gay? ¿Qué demonios le estaba pasando? Su mente trabajaba a mil por hora, no obstante, fueron interrumpidos por el mismo— ¿Así que Tweek se siente
siempre de esta manera? —se preguntó así mismo, logrando por fin mantener sus pensamientos en una dirección solamente, así como el pelinegro acostumbraba.

Sentirse así todo el tiempo debió ser una mierda, se dio cuenta el pelinegro ¿Cómo Tweek lo soportaba? Se prometió así mismo ser el doble de comprensivo cuando el chico de ojos
verdes enloqueciera, tener tantas ideas en tu cabeza; corrección, tantas ideas emocionales debía de volverte un poco loco, así justo como Tweek.
Tweek...

Su nombre no dejaba en paz a su cabeza junto con aquellas imágenes lascivas de este que su propia imaginación le había obsequiado, su cuerpo no pudo evitar reaccionar con un latido frenético y ese problema, suspiro ¿Qué hacía? Necesitaba enfriarse de alguna manera y si sus padres escuchaban el ruido de la ducha, lo someterían a preguntas innecesarias... luego estaba la segunda opción...

Así que lo hizo, se masturbó... pensando en Tweek y cuando terminó se sintió sucio, ¿Cómo podía pensar así de su mejor amigo? ¿Cómo se supone que lo miraría a la cara por
la mañana? Oh dios... estaba actuando como su novio falso justo ahora.

—Pareces un zombie— mencionó su hermana sin ningún tacto, algo característico de los Tucker, en la mesa.

De seguro lo parecía, Craig apenas había podido conciliar el sueño y cuando por fin lo hizo sintió que pasaron segundos antes de que sonara su alarma anunciando un nuevo día
escolar.

—Cállate monstruo— respondió de forma igualmente cariñosa.

—¿No pudiste dormir cariño? —preguntó su madre mientras le servía una porción de panqueques, Craig negó con pesadez— Oh, es una pena ¿Quieres que te sirva un poco de café? No quiero que te metas en problemas por dormir en clase... bueno de cualquier forma te metes en problemas.

—Juro que nunca es mi culpa, la gente simplemente es idiota.

Su madre negó con desaprobación, pero la sonrisa en su rostro decía otra cosa mientras le daba una taza de café, su hijo no tenía remedio. Craig tomó un sorbo agradecido, aunque el
sabor nunca fue especialmente de su agrado, no entendía como a Tweek le gustaba tanto... bueno en realidad si lo entendía.

De pronto recordó ¡Mierda! Se apresuró a tomar sus cosas y recoger sus materiales escolares.

—¿A dónde vas con tanta prisa? —cuestionó su madre.

—Le había prometido a Tweek pasar por él para irnos a la escuela, por cierto ¿Podrías ponerme un poco de café en un termo? Es para Tweek.

—Oh, que par de idiotas gays— se burló Ruby, Craig no dudo ni un momento en hacerle la seña obscena. Su madre esbozó una sonrisa y le ofreció el termo por lo que Craig no dudo ni un segundo en salir corriendo.

Cuando llego a la casa de los Tweak, Tweek ya se hallaba sentado en la acera con un termo de café en sus manos, su cara angustiada hasta el momento se transformó en una aliviada cuando observo a Craig llegar.

—¡Hombre! Pensé que te habías olvidado de mí... o quizá estabas molesto conmigo ¡No recuerdo haber hecho nada malo! ¡oh dios! Estas molesto conmigo.

—Tweek, perdón no quería preocuparte, se me hizo un poco tarde.

—¡Lo olvidaste!

—¿Qué? ¡No! —la mirada acusadora de Tweek lo hizo casi querer reír, casi, porque Craig Tucker no demostraba ninguna expresión— bueno quizá.

—¡Lo sabía amigo! —proclamó con cierto atisbo de victoria Tweek justo a punto de darle un sorbo a su café, cuando Craig se dio cuenta rápidamente lo arrebató haciendo que la bebida se cayera, Tweek lo observó con incredulidad y sí, ira también— ¡¿Qué mierda
Craig?!

Antes de que Tweek intentase golpearlo le ofreció el termo que había preparado para él, Tweek parpadeó con una expresión que reflejaba pura confusión.

—Te traje un poco de café— excusó, Tweek lo tomo con sus dedos temblorosos.

—No me digas...— su sarcasmo era evidente, cuando estaba confundido lo usaba como medio de defensa, sus tics se hicieron evidentes... imágenes de anoche pasaban por la mente de Craig ¡Mierda! Desvió la mirada, lo último que necesitaba era actuar extraño con Tweek, se preocuparía y enloquecería lo que, dada la situación no era bueno. —La pregunta es ¿Por qué?

—No quiero que bebas el café de tus padres— Tweek ladeo la cabeza, de esa manera cuando buscaba el sentido oculto en lo que le decía el muchacho de ojos azules— y sabes por qué.

Tweek negó con una sonrisa triste, cuando Craig se había enterado lo que sus padres le ponían a lo que le daban (obligaban) a beber a su hijo casi enloquece.

—Te dije que no te preocuparas— un tic involuntario salió de su boca— además de todas maneras tengo que probar sus nuevos sabores, así que lo que haces es como... un poco inútil ¡Pero lo aprecio! O se no es bueno si es...

—Tweek...

—¡Lo siento!

—Yo sé que es bastante inútil, pero... me sentiría mal si no lo intentara de todas maneras.

—Idiota.

La manera en que lo dijo, la sonrisa y el cariño de destilaban sus ojos... hizo que Craig se sonrojara, pero al mismo tiempo una leve sonrisa escapó de sus labios, cuando le ofreció su mano y el rubio la acepto un leve aumento en su corazón... la sensación de que todo estaba perfecto ahora ¿Siempre se había sentido así? Eso era gay... pero quizá, Craig era gay.

Estaba en el proceso de descubrirlo, de descubrir lo que sentía por el rubio, y estaba tan jodidamente asustado, por todo, por la reacción de Tweek, por los sentimiento de Tweek,
por los suyos, sin embargo, de alguna manera con sus manos entrelazadas ese miedo se disipaba porque Tweek lo necesitaba ahora, porque aunque prometió no denunciar a los
padres de Tweek por usar metanfetamina en su café, por volver un adicto a su hijo, Craig se prometió así mismo que, de alguna forma, lograría alejar a Tweek de su adicción.

Y caminando en pleno otoño con los árboles deshojándose y ese ligero viento de olor dulzón se dio cuenta que no había nada más importante para él que eso.

Hellou 6v9 he vuelto con una nueva actualización ¿Qué les parece? ¿Les gusta el rumbo que está tomando esto? Siéntase libres de dejar sus comentarios, siempre son bien apreciados ¡Nos leemos!

Los idiotas del café y el espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora