Aceptación

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Laura Tucker no era una mujer de muchas palabras, pero amaba a sus hijos y al peculiar estilo de su familia se los demostraba, así que era de esperarse que la mujer se preocupara ante las palabras de su hijo y quizá más que las palabras su rostro, se palpaba una tensión visible en sus facciones sumidas en preocupación, eso no era algo usual en su hijo.

—¿Qué pasa cariño? —preguntó la mujer con evidente preocupación.

Craig frunció el ceño, puede que suene estúpido, pero no pensó llegar tan lejos, de acuerdo ya le había dado a entender a su madre que necesitaba ayuda ¿Ahora qué? ¿Cómo se supone que debe comenzar? Era tan frustrante el tener que ser sumamente cuidadoso con la información que revelaba.

—Es Tweek— inició suspirando. —Está en el hospital.

Su madre alzó las cejas con preocupación, realmente apreciaba al pequeño novio de su hijo.

—¡Oh dios mío! ¿Por qué? ¿Está bien?

—Cuando íbamos a salir tuvo un ataque de pánico que pudo haber resultado en un ataque al corazón sino lo hubiese llevado a tiempo...

—Oh Craig...

—Mamá creo que Tweek necesita ayuda... de un especialista ¿sabes?

—Bueno sí, puede ser, pero eso depende de sus padres.

—Ese es el problema— masculló Craig con molestia— ellos no lo llevaran, se expondrían demasiado.

—¿Exponerse? —su madre ahora tenía curiosidad, ahora era el momento donde tenía que decirle cuál era el problema, sin decirle el problema, Craig suspiró, se quitó su gorro para agarrar sus cabellos en un intento de organizar su explicación y calmarse a la vez.

—No puedo decirte lo que realmente pasa porque se lo prometí a Tweek, pero yo no puedo ayudarlo, no solo. El asunto es que los padres de Tweek obligan a Tweek a hacer muchas cosas como probar su café, pero su café no es sólo café... y si alguien se llega a enterar podría haber problemas legales ¿Entiendes?

Su madre parpadeó confundida, no obstante, se quedó en silencio unos minutos tratando de analizar lo que su hijo le había dicho, cuando por fin comenzó a comprender decidió hablar.

—¿Así que para los Tweak es demasiado arriesgado? —Craig asintió— cariño, creo que debemos avisar a las autoridades, Tweek no puede vivir así.

—¡Le prometí que no lo haría! Además, el orfanato sería demasiada presión para él.

—¿Qué era lo que sugerías?

—Yo...— de pronto sintió que su idea quizá no era la mejor, aun así, valía la pena intentarlo— he juntado mis ahorros y tal vez puedan ayudarme para que Tweek vaya a un psiquiátrico.

Laura sonrió enternecida, la verdad resultaba entrañable ver a Craig preocuparse a ese nivel por alguien más, ella igualmente se preocupaba por Tweek, tal vez si hablaba con su esposo...

—Creo que podríamos hacer eso, siempre y cuando Tweek quiera ¿Ya le preguntaste?

—Esa es la parte difícil.

Cuando Craig entró la mañana siguiente a la habitación de Tweek se sorprendió gratamente de encontrar a Tweek vestido con sus ropas.

—Así que ya estas mejor— supuso, recibió una sonrisa dulce del rubio que hizo que su pecho se sintiera cálido, pero a la vez que sintiese miedo porque probablemente después de tener esa charla no le volvería a sonreír así en mucho tiempo.

Los idiotas del café y el espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora