Capítulo III

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 Cuando abrió sus ojos por la mañana, fue con frustración, y más porque no era por una alarma, era por un coro de hombres gritando y riéndose con la energía de estar cansados de dormir, insultó a su almohada por no taparle el sentido de la escucha, y sintió que no tenía de otra más que levantarse, soltó un gruñido alto, esperando a que escucharan su reclamo, pero menos mal no lo hicieron, cuando pensó mejor, era ella quien invadía su territorio. 

Se tambaleó sobre la puerta, se sentía mareada porque se levantó muy rápido de la cama,  la casa ya tenía olor a desayuno, los irresponsables pies descalzos se escuchaban, el sol estaba brillante y la casa se veía saturada, como una mañana feliz. 

Se quitó las lagañas fáciles y apenas podía abrir los ojos. 

— No es bueno que muestres esa cara a mis amigos. — Seokjin presionó el índice sobre su frente, soltando una risa después. 

— Déjame en paz. — Hizo un ademán, muy serio, de morderlo. Seokjin alejó su dedo con miedo. 

— Buenos días, Hwanji. — Jungkook la saludó desde su distancia apenas la vio con una leve reverencia. 

— Buenos días a todos. — Dijo en voz alta, entrando a la cocina para ver a los cinco chicos restantes. 

— Hwanji, buenos días. — Namjoon la ve por primera vez, con una sonrisa amplia. 

— Ah, buenos días. — Repitió. 

Estuvo hablando durante segundos con Namjoon, y su inconsciencia la movía en el mesón de la cocina para tomar un pedazo de queso cuajada, movió sus brazos rápidamente mientras que a su costado estaba la personificación de la delicadeza. Una mala medida de su acción e hizo un contacto con él.

Subió la mirada mientras pedía disculpas, y se encontró con esos ojos, parecía que el tiempo se hacía tan lento que no avanzaba, y otra vez ese sentimiento de ser un estorbo se hacía presente, con la incomodidad de una situación que había pasado hace mucho. Quería hablarle, en serio quería, pero no salía nada. 

— No te preocupes. — Por fin sale de la cocina por la paz temporal de Hwanji, sonriendo como si nada estuviera pasando por su mente, a diferencia. 

— ¿Qué demonios sucede? — Jimin la bombardea desde un lado. Hwanji no tuvo más que responderle con un suspiro de cansancio. — En serio, si te vas a quedar aquí un tiempo, eso tiene que parar. 

— Dame tiempo, sólo ha pasado un día. 

Todos tomaron lugar en la mesa, excepto Jin, quien cedió su lugar en la mesa a su hermana, subiendo su mirada naturalmente para ver algunos rostros que hablaban, el chico con cabello más claro de la casa, la miraba como para quemarla en un infierno de un metro cuadrado, aunque no frunciera el ceño y se viese relajado, sus ojos lanzaron una mirada con casi repulsión. 

Él definitivamente no está feliz con su presencia en la casa.  

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Sus labios se separaban con cierto arte antes de ampliar y sonreír. Esa sonrisa que le llamó la atención desde la primera vez que la vio, con esos ojos que subían desde el inferior con ternura, eso y sus manos, las cuales buscaban su brazo por apoyo cada vez que se reía. Estaba perdido en ese sentimiento, inundándose cada vez más, creyendo firmemente en que era recíproco y que nada podía salir mal, no con ella. 

Podía incluso hasta recordar cuando confirmó que era ella quien le gustaba:

— ¿Te gusta alguien? — La que le gustaba le preguntó. 

LIMERENCIA. ♡ 「Hoseok's route.」❀ #BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora