26. Fiesta Universitaria

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-¿A que hora me abandonas hoy Mimi? Cenaremos juntos almenos ¿no? - me preguntó Ricky que llevaba más de una hora tirado en el sofá mirando el movil, como yo.

-Claro Ricky, no me voy hasta las once y media - me incorporé - ¿No te vas a poner celoso ahora? - reí y le di un ligero golpe en el hombro - No me seas ¿eh?

-Claro que no Mimi - hizo una pausa - Me alegro de que hayas conocido a nueva gente - me sonrió y me acarició por la espalda - Ya era hora de recuperases tu vida.

-Pues sí - suspiré - Y ¿que me harás para cenar? Si se puede saber claro...

-Pues una pista - pensó - lleva aguacate - reímos.

-Ricky - le di un ligero golpe en la espalda - todo lleva aguacate, eso no es una pista - reímos.

-Bueno, si me ayudas te lo digo - asentí.

-Espaguetis a la carbonara con aguacate - se me pusieron los ojos como platos, lo admito. Esa era mi comida favorita des de que me la preparó por primera vez mi amigo. Pegué un salto del sofá y lo abracé. La comida me hacía muy feliz, y más aún si era mi favorita.

🥑🥑🥑

Tal como habíamos acordado, hicimos la cena juntos y la verdad, tengo que admitir que nos quedó deliciosa. Comimos un buen plato ambos porque, eso sí, no eramos muy habilidosos con las medidas y nos pasamos bastante con las cantidades.

-¿Vas a vestirte ya? - asentí - ponte guapa pero informal. ¡Ya sabes!

-Claro, como siempre - le guiñé un ojo y reí.

Abrí mi armario y me quedé un buen rato mirando, como siempre. No me gustaba arreglarme demasiado, y más sabiendo al tipo de lugar que ibamos, nada formal. Pensé en probarme una camisa bastante bonita con unos vaqueros pero no me convencía del todo. Demasiado informal. Finalmente, y después de probarme medio armario y pedirle ayuda a Ricky nos decidimos por unos vaqueros negros, una camiseta negra y una chaqueta de entretiempo rosa. Ricky era como mi estilista y siempre me convencía para que me pusiera lo que él quería, y la verdad, tenía muy buen gusto. Al ver que me había demorado más de lo esperado, decidí dejarme el pelo suelto y liso. Todavía no me había maquillado y ya debería estar llegando en el metro. ¡Mierda! Me esmeré y apresuré tanto como pude en mi maquillaje y me fui de casa no sin antes despedirme de Ricky.

-¡Adiós Ricky! Nos vemos mañana.

-¡Que vaya bien! Y no tengas prisa en volver ¡Disfruta!

Había quedado con Juan Antonio en la boca del metro para ir juntos hasta el lugar de encuentro. Por lo que me había contado íbamos a una discoteca muy popular entre la gente de nuestra Universidad. Pues vamos bien, todo niñatos, así si que podré ligar bien. Como podéis comprobar no estaba muy combencida de salir de fiesta con niños de 18 años pero accedí. Accedí porque tenía que empezar a relacionarme con más gente que no fuesen Ricky y sus amigos. En pocos minutos llegamos a nuestra parada y bajamos. Allí nos encontramos con Nerea que estaba con más chicos de nuestro curso y empezamos a hablar de temas banales. Pasado un rato nos pusimos en la fila y esperamos casi una hora para entrar, aunque fue mucho rato esperando, se me pasó bastante rápido. Una vez dentro vi el panorama y me entraron ganas de irme corriendo, pero hize un esfuerzo y seguí a los chicos como pude en esa moribunda de gente. Llegamos a una de las barras de la discoteca y nos pedimos algo de beber, yo me pedí algo fuerte porque sabía que lo iba a necesitar. Pasado un rato nos levantamos y empezamos a darle un poco de ritmo al cuerpo. Estuvimos bailando y hablando de cosas superflúas como los profesores, las asignaturas y algunos compañeros de clase. Estaba siendo una noche cuanto menos entretenida y notaba que si seguía bebiendo a ese ritmo iba a terminar la noche dios sabe donde así que dije basta y deje de pedir bebidas en la barra y me puse a bailar a tope para que me bajará un poco el alcohol. Pero de repente me entraron unas ganas inmensas de mear, lógico después de todo lo ingerido, así que como pude intenté hacerme camino al baño.

-¿Que coño haces chaval? - un tío me acababa de tirar toda su copa encima. Menudo imbécil. Me entró una rabia que casi le parto la cara en dos pero me contení, le lancé una mirada desafiante y llegué finalmente al baño. Me puse en la cola y mientras esperaba me iba mojando la camiseta para quitarme esa mierda de allí pero solo conseguía empeorarlo más. Genial Mimi, genial. Así que dejé el tema de limpiarme la camiseta y revisé mi movil. Y porfin, se abrió una puerta del baño y salió una chica pero la muchacha que tenía delante no entraba. Lo que me faltaba, ¡una empanada!

-¿Entras? - dije de mala gana. La muchacha se giró rapidamente para mirarme. No me lo podía creer. Esa chica que me había llamado la atención el pasado martes. La chica de la primera fila. La chica del encontronazo con Juan Antonio. La chica tímida de la clase del jueves. Ana. Por desgracia, mi estado de embriaguez no me permitió hacer otra cosa que insistir en si iba a entrar porque se había quedado empanada mirándome y no entraba y yo estaba cada vez más cerca de mearme encima - ¡Ey! ¿Vas a entrar? - Ana dió un bote del susto.

-Sí, sí. Perdón - Y entró corriendo al baño.

Por fin se abrió otra puerta y pude entrar y mear de una vez. ¡Gracias a dios! Pensaba que me iba a reventar la puta bufeta. Cuando salí del baño decidí marcharme de aquel antro e irme a mi casa, estaba hecha un cuadro y me empezaba a encontrar mal por todo lo que había bebido así que decidí tomar una decisión coherente y me fui a casa no sin antes avisar a mis amigos para que no se preoucuparan.

Mimi Doblas
Chicos, lo siento pero me voy a casa.
He bebido demasiado y encima me han manchado yendo al baño.
Ya hablamos. ¡Pasadlo bien!








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Todo el tiempo del mundo | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora