Desayunamos las dos solas en el salón de su casa, nada especial. Con estar una con la otra nos bastaba. Nos pasamos la mañana remoloneando en el sofá hasta que llegó la hora de comer. Decidimos comer algo rápido ya que a ninguna de las dos nos apetecía cocinar. Cojimos un poco de lechuga, tomate, atún y como no, aguacate, y nos hizimos una simple ensalada que nos comimos sentadas en el sofá.
-Como Ricky se entere que hemos comido aquí nos mata - dijo Mimi entre risas.
Reí - Que bonito te llevas con Ricky ¿no? - dije mientras removia las hojas de mi plato con el tenedor.
-Sí - suspiró - es un gran amigo, lo conocí hace ya muchos años... - la verdad es que era una amistad digna de admirar, estaban hechos el uno para el otro, tenían una gran complicidad y se notaba que se querían, mucho - Es un gran apoyo para mi - añadió Mimi después de un largo silencio. En aquel momento, no entendí muy bien porque decía eso, pero capte que no debía indagar más en ese tema, así que callé y seguí con mi plato.
Cuando terminamos de comer recogimos nuestros platos y bajamos al metro, fue entonces que me di cuenta de que no solo me había dejado mi abrigo en el guardaropas de la discoteca el sábado, sino todo lo que tenía en los bolsillos: el bonotren, mi dinero, mis tarjetas y mi documentación. ¡Mierda! Tenía claro que si mi abrigo seguía en la discoteca estaría allí hasta el jueves por la noche, que es cuando abrirían de nuevo, y si me lo habían robado, ya estaba todo perdido. Así que no me quedaba mucho más por hacer que bloquear todas las tarjetas del banco. Lo hizo de inmediato, desde mi movil mientras íbamos hacía la Universidad. Y por supuesto, que yo seguía con la ropa de Mimi, no tenía nada más, de hecho ese mediodía deje en su casa mi vestido y mis zapatos, no tenía pensado tardar mucho en volver para recogerlo todo aunque mis planes se truncaron inesperadamente poco después.
Una vez llegamos a la Universidad, me pusé un tanto nerviosa. No tenía ni idea de como debía actuar en esa situación, ya que allí, delante de sus amigos y nuestros compañeros nunca interactuavamos. Cuando llegamos al aula decidí irme a mi lugar de siempre pero algo me lo impidió.
-Anita - me dijo Mimi mientras me agarraba de la muñeca - ¿No te quieres sentar a mi lado? - le miré a los ojos con gesto de aprobación. Nos sentamos en las filas de en medio solas, hasta que llegó más gente que se sentó a nuestro lado, para ambas completos desconocidos. La verdad, es que durante esa clase mi concentración fue prácticamente nula, Mimi no paraba de mirarme y yo, cuando ella no me miraba, también la observaba.
💜💜💜
Salí de clase apresurada, quería hablar con Ago, cuanto antes mejor así que en cuanto salí de la facultad marqué su numero y empecé a andar hacía ningún sitio.
-Anitaaaaa - me saludó Agoney entusiasmado - ¿Cómo estas?
-Bueno... - suspiré - Ago, ¿puedes hablar ahora?
-Si claro, ¿que pasa Ana? ¿Todo bien?
-Hmmm... Es difícil contarle esto a alguien, pero tu seguro que me comprenderás... - dije dudosa. En ese preciso instante todavía no estaba segura de si debía contárselo o no.
-Ana, ¡dilo ya! Me estás preocupando
-Me he acostado con una chica - solté de golpe.
-¡¿Que?! - Agoney sonaba sorprendido, muy sorprendido. Creo que era lo último que se esperaba en ese momento y eso le descolocó bastante.
Corté a Agoney - y estoy enamorada de ella - no me podía creer lo que acababa de decir.
-Pero ¿que dices Ana? ¿Que chica? Cuéntame, ¿la conozco?
-Es... - dudé en si debía decir quién era - Es amiga de Ricky.
-¿Ricky? ¿Mi lío? ¿El de Madrid? ¡No me jodas que te has acostado con su amiga!
-Si... - Agoney parecía bastante enfadado y todavía no entendía el porque - Con Mimi - le aclaré.
-No Ana por dios, ¿que dices?
-Pero...
Agoney me cortó - Ana, no conoces esa chica no sabes quién es. Por dios Ana, ¡que has hecho! - En ese momento no entendía nada, no sabía a que venía todo esto. ¿Agoney se habría peleado con Mimi? ¿Le caería mal por alguna razón?
-Joder Agoney, pero ¿de que la conoces?
-¡Ana! ¡Es la chica que te puso los cuernos con Jadel! - me quedé helada al otro lado del teléfono, no podía ser - Nos conocimos cuando vine en septiembre, en la casa de Ricky, sabía que ella quería algo contigo y le advertí que no hiciera nada pero por dios Ana ¡como has podido! - No sabía que responder, tampoco entendía porque me estaba echando las culpas a mi y ahora lo que necesitaba era asimilar toda esa informacióna antes de actuar en caliente, así que decidí hacer lo más sensato en aquel momento y colgué la llamada.
Anduve durante horas por las calles de Madrid intentando asimilar todo lo sucedido. Todo encajaba a la perfección, no podía ser de otra forma. ¡Que tonta eres Ana! ¿Y ahora que hago? Lo más fuerte es que Mimi sabía perfectamente lo que me había hecho y continuo allí, tan tranquila. ¡Como me he podido dejar engañar de esta forma! Por una vez que fui plenamente feliz con alguien, esas escasas 30 horas de felicidad se había esfumado y ya solo había tristeza en mi, y vacío, mucho vacío.
Perdón por tardar tanto en actualizar, he estado muy liada la última semana y me ha sido imposible. Prometo que la próxima vez tardaré menos en actualizar. Gracias por todo el apoyo 💜
ESTÁS LEYENDO
Todo el tiempo del mundo | WARMI
Hayran KurguAna es una joven de 18 años que se enfrenta a su primer año de Universidad. Entre un manojo de nervios, Ana empieza su primer día de clase sin demasiado buen pie. No es un gran secreto que Ana no es la mejor en cuanto a habilidades sociales y eso le...