Capítulo nueve

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La nota se las dejaré al final del CAP para no hacer spoiler uwu <3

Las manos de Damien se deslizaban salvajemente por mi torso mientras me metía todo su pene de golpe, eche la cabeza para atrás gimiendo fuertemente.

— Agh, justo ahí bebé – le dije removiéndome debajo de él.

— Apuesto que ellos no te lo hacen así – negué rápidamente y este salió de mi como si nada. Me levanté confundido pero no pasó mucho para que me volteara y pusiera en cuatro. Me la volvió a meter completo haciendo el vaivén mete–saca rápidamente, a su vez jalaba mi cabello y yo solo podía asegurar una cosa, me encontraba en el mismísimo paraíso.

Sin embargo todo fue desapareciendo y transformándose en una niebla negra.

— ¿Damien? – grité a la oscuridad envolvente – ¡Damien – repetí.

— Él jamás te amara – la voz de Harry retumbó en mis oídos y gritando, desperté.

— ¡Maldita sea! – solté mientras me paraba con rapidez, pero yo no era el único parado.

Observé mi miembro totalmente erecto —y algo húmedo— con fastidio. Las pajas mañaneras son mi favoritas pero no ahora que dormía con el chico no precisamente gay con el cual había soñado minutos antes; no podía creer que incluso con la pesadilla final no se me haya bajado.

Miré a Damien que roncaba peor que yo a un lado de mí y detenidamente detalle su rostro, sus largas pestañas junto a sus cejas tupidas y cabello azabache hacían un perfecto juego con su piel blanca. Y me percaté de lo mejor que me pudo haber pasado, no tenía camiseta.

Casi me atraganto con mi saliva por el cuerpo que tenía el supuesto nerd más virgen del salón. Eso me trajo a la realidad rápidamente junto a una pequeña palpitación allá abajo, me levanté de la cama y me encerré el baño, ¿darme una ducha súper fría o masturbarme?, ¿y por qué no las dos al mismo tiempo?, me adentré a la ducha después de haberme deshecho de mi prendas y abrí la llave dejando caer el agua fría que con el tiempo se volvió tibia sobre mi.

Tome mi miembro sin más dilación y comencé a subir y bajar mi mano con rapidez. Gemí sin pudor alguno pues juraría que ni un terremoto despertaría a la roca durmiente que se hallaba en la cama. Y después de un rato así me corrí. Termine de bañarme y al salir tome mi celular.

50 llamadas perdidas y 30 mensajes – Teodoro.
45 llamadas perdidas y 100 mensajes – Mamá.
20 llamadas perdidas y 10 mensajes – Alessandro.
15 llamadas perdidas y 2 mensajes – papá.
40 llamadas perdidas y 5 mensajes – Sara.

Y aquí es cuando me doy cuenta que mi familia y amigos tienen mucho tiempo libre. Le devolví la llamada a mi mamá explicándole que todo estaba bien sin embargo el "tenemos que hablar" heló mi sangre, de segundo llamé a Teodoro.

— ¿Dónde carajos estabas? – gritó al otro lado de la línea.

— Si, buenos días para ti también – bufé y me salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mi.

— Responde, perra – reí.

— Adivina

— ¡No juegues!, ¡no me digas que te acostaste con él en la primera noche!

— ¿No es lo que hago siempre?

— No hablo de ti, hablo de él

           

—¿A qué te refieres? – miré a los lados y solo pude ver un pasillo desgastado con algunos rastros de moho.

—Sabes muy bien a qué me refiero Anais, ¿cómo accedió a acostarse contigo? –

Pequeña zorra; yaoi/gay. (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora