»Del portal salió un niño rubio y blanco como la nieve, derribó a una vecina que intentaba escapar y comenzó a devorar su rostro. El esposo de la víctima golpeaba en vano al niño mientras profería incontables alaridos. Eduardo cogió al niño del jersey y lo tiró adentro del portal. El pequeño voló por los aires enseñando sus dientes y agitando sus «garras». Cuando impactó contra el suelo Enrique ya estaba cerrando la puerta.
Los vecinos que se encontraban evacuando el bloque 2 perdieron el juicio y comenzaron a tirar hacia adentro para abrirla. Enrique no podía contrarrestar la fuerza ejercida del otro lado y estaba a punto de ceder cuando Oliver se aferró al pomo con él.
-¡Rápido! -vociferó Enrique-. ¡Traed un coche y aparcadlo aquí, frente al portal!
Un vecino fue a por su coche. En menos de un minuto, el vehículo estaba sellando la entrada del bloque 2. Todavía puedo ver sus caras de desesperación al darse cuenta de lo que estábamos haciendo; unos intentaban contener al niño infectado, otros golpeaban sus puños contra el cristal. Este comenzó a resquebrajarse y a dar a luz manos y gritos por diferentes orificios.
-Están infectados -dijo Enrique aguantando la presión de la puerta.
De repente, el crujir del vidrio fue acallado por el rugido de un motor. Todos giramos la cabeza al unísono para observar como un coche rojo aceleraba en nuestra dirección. Los gritos de pánico de quienes ya estaban a salvo se sumaron al de los encerrados. La gente se apartó de la trayectoria del vehículo. El coche avanzaba sin piedad. Su motor ensordecía cualquier otro sonido.
Enrique esperó hasta el último minuto antes de buscar refugio. Cuando se percató de que el coche se dirigía al bloque 2, exclamó:
-¡Oliver, vámonos!
Pero este ya no estaba a su lado. Enrique tomó distancia en el instante que el automóvil giraba bruscamente hacia la derecha; la puerta del conductor se abrió y del interior salió un hombre despedido, rodando por el césped. Enrique lo reconoció enseguida, era Oliver.
El vehículo continuó su funesta trayectoria y colisionó con el coche aparcado minutos antes. El impacto fue tan violento que el coche rojo se fusionó con el otro vehículo y ambos se adentraron en la fachada del edificio. Recuerdo el grito agonizante de un hombre antes de que una masa de escombros cayera sobre los automóviles, envolviéndolo todo de polvo y clausurando la entrada para siempre.
Entonces, cuando la puerta había quedado infranqueable, Enrique se giró y, por primera vez, contemplé esos ojos verdes cansados que nos acompañan hoy.
-Todos... -susurró Enrique con el rostro ensangrentado.
-Perdona -dijo Jessica con un destello en los ojos-, creo que ya es suficiente por hoy. En otro momento, si lo deseas, te cuento el resto.
-Gracias.
-Puedes traerme a Sam cuando quieras y la cuidaré por ti. Adiós, princesa.
-Ya es hora de que te muestre tu nuevo hogar -dijo Alan poniéndose de pie.
-Vamos.
Enrique se acerco a mi y me dio la mano. Era un saludo cálido. Tarde algunos segundos en volver a reconocer esa sensación; bondad humana.
-Mi piso es el que está al lado del de Jessica, si necesitas algo allí me encontrarás.
-Gracias.
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Zombie Chronicles ||•5: Asedio Pt. 1 (Próximamente)
Science FictionLight Novel (Novela Ligera) En esta edición se narran los eventos sucedidos entre el 2do. Volumen (A new order) y el 3er. Volumen (After:life) de las novelas ligeras "Zombie Chronicles". Editorial: APR Books Matriz: IMbG/APN/APR Historia: Marcos Net...