No se que es amar. Me enseñas?

Esto es peor que el infierno

Narra Jimin:

He pasado 4 malditos años en este lugar, aún no sé como pude ser tan ingenuo cuando las cosas eran más que obvias. De ese niño feliz e inocente que era antes ya no queda nada, ese estúpido mal nacido me quitó todo eso. Cuando lo veo solo puedo sentir asco y repugnancia. Me siento usado, siento como si fuera ese juguete que solo le haces caso cuando quieres jugar con él y el resto del tiempo no significa nada para ti. En estos años aprendí que no puedo confiar en absolutamente nadie, que ese hombre al que tanto quise una vez solo era un maldito que me quería para satifaserce. De mi padre y nana no he sabido nada, realmente los extraño, de seguro deben estar buscándome como locos, cuanto extraño sus caricias y sus voces, no hay uno solo día que no me acuerde de ellos.
Ahora estoy en el cuarto de castigo esperando que al idiota de Suga se le ocurra soltarme. ¿ Qué hice para estar aquí? Nada, anoche llegó drogado y me empezó a golpear diciendo que todo era mi culpa, al tratar de defenderme se enojó más y me trajo aquí para castigarme, cada vez los castigos son peores al anterior. Al principio eran latigazos, después pasó a ponerme cera en lugares estratégicos para que me doliera aún más, de ahí a tocarme como se le diera en gana, ahora hace todo eso junto mientas se burla de mis quejidos.

Suga- Espero que esta vez hallas aprendido cual es tu lugar.- Entrando en la habitación. Empezó a desatarme, a diferencia de otras veces no me sostuvo y simplemente me dejó caer al suelo.

- Ahh- Grité por el dolor que provocó el golpe.

Suga- Deja de andar de vago y párate- Lo miré mal e intenté pararme pero no tenía fuerzas y volví a caer- ¿ Qué parte de que te pares no entendiste?- Decía enojado y a la vez burlándose de mi, así lo hizo cada vez que volvía a caer solo que los insultos eran cada vez peores.- Hasta que al fin lo logras. Toma- Tirándome un bulto de ropa- Vístete rápido que vienen unos socios y quiero que te conozcan y más te vale portarte bien. En 5 te quiero en la sala- Saliendo de la habitación. Me vestí tan rápido como mi cuerpo adolorido me lo permitió, fui al baño y me lavé un poco la cara para estar presentable y no hacerlo enojar. Al bajar me mira más enojado aún, si es que era posible- Llegas un minuto tarde, ¿ sabes lo que significa, no?- Asentí. Si por uno solo minuto, aunque estoy seguro que no llegaba ni a eso, pero eso es lo que me había buscado por hablar con extraños y no hacerle caso a mi nana.- Vamos al despacho ahí los esperaremos- Fui detrás de él. Al entrar él se sienta en su clásica silla haciendome señas para que me siente en sus piernas, le hice caso porque no tengo fuerzas para discutir con él y menos para ganarme un segundo castigo.

A los pocos segundos veo entrar a dos hombres y a un chico que debe ser 2 o 3 años mayor que yo. Al verlo me asusté, yo no quería terminar como él. Tenía una mirada perdida, asustada y triste como si hubiera pasado por las mismas cosas que yo o mucho peores, como estuviera sufriendo esa miserable vida por ya varios años. Su cuerpo estaba entre morado y rojo por los golpes que esos animales le deben haber dado, eso sin contar el montón de cicatrices que tenía por todos lados. En otras palabras el chico frente a mi daba pena, era como un cuerpo sin vida, sin alma, sin sueños, sin nada, era solamente un cuerpo andante. No quiero que unos años me vea así, tampoco quiero verme y/o estar como ahora, pero ¿ como escapar del mafioso más grande y temido de Asia?

XXX- Vaya, vaya. ¿ Así qué este es el famoso chico?

Suga- Si- Abrazandome por la cintura pegándome más a él y empezó a acariciar mi pierna, intenté quitar su mano de ahí. Lo único que logré fue que me apretara fuertemente el muslo dandome a entender que me me estuviera tranquilo.- ¿ No es una joyita?

XXX2- Si demasiado. ¿ Cuánto quieres por una noche con él?- Abrí los ojos como platos. ¿ Cómo que una noche conmigo?

Suga- Él no está a la venta. Es solo mio, solo para mi disfrute.