IMPERIAL || Hwarang ° Ji Dwi x OOC° Fanfic||

Capítulo 1.

El ardor se arrastró entre sus manos cuando la joven de cabello negro lacio envolvió la herida con un paño limpio y largo, provocando la presión entre su piel y la herida vibrante, el olor del té flotaba alrededor del pequeño cuarto, la luz natural era fría a comparación de su hogar donde el sol desbordaba colores naranjas o violetas arrojados a un azul claro que se iba convirtiendo en el azul de la noche. 

Lya recordaba tanto la fortaleza de sus padres, su hogar era tan distinto de donde ahora ella estaba. Las grandes paredes de piedra, los candelabros, las habitaciones y las fiestas que organizaban. Pero, todo era tan diferente de donde ella venía, sus largos vestidos con corsé y ahora, sus vestidos eran más livianos (lo cual agradecía en cierta forma). Su cabello siempre debía estar ordenado aunque siempre se llevaba miradas de extrañeza ya que las demás jóvenes tenían el cabello laceo y ella tenía una cabellera ondulada. Aunque no todo era malo, la gente era más respetuosa y su amor por la naturaleza creció. Los grandes ventanales del cuarto de la "médico" de Hwarang dejaban ver los grandes árboles y paisajes. No era común para ella ver a una mujer realizar actividades que en su pueblo solo se está permitido a los varones. 

—Eso es todo —dijo la joven—. Por cierto, me llamo Ah- Ro. 

—Me llamo Lya —respondió ella. 

Ah Ro se puso de pie mientras servía una taza de té y se la ofreció a Lya.

—Es un relajante. No te preocupes, en Hwarang no podrán hacerte nada —Ah Ro le sonrió. Lya se sintió algo cohibida, sorbió del té y disfrutó del ligero sabor dulce. 

—Hwarang es un nombre muy raro —dijo Lya—. "Hombres tan bellos como las flores" no es algo que suela usarse del lugar donde vengo. 

—No eres de Silla, ¿verdad? —preguntó Ah Ro.

—Vengo del occidente —Lya observó el ceño fruncido de Ah Ro—. Es una historia larga... pero pertenecí a la corte de doncellas de la reina Jiso. 

—¿Conociste a la reina? ¿Cómo es ella?

—Si... es muy hermosa pero su belleza es muy fría. Cuando ella te mira es como si el hielo te abrazará —Lya se rodeó con sus brazos—, bien fuerte y luego, da miedo. 

—¿Cómo llegaste a su corte? —preguntó Ah Ro que tomó las manos de Lya para acomodar las vendas sobresalientes. 

Un ruido sonoro sobresalto su conversación y de entre las puertas de la habitación de Ah Ro se hizo presente un hombre de mediana edad que vestía con una cinta en medio de la frente, agitado y asustado. 

—¡Señorita! —gritó exaltado—. ¡Los Hwarang!

Ah Ro exhaló cansada, se puso de pie y tomó su caja de curaciones. Lya, algo extrañada, fue tras ella.

—¿Qué ... —preguntó ella cuando vio a una fila de chicos esperando ser curados ya que presentaban golpes en el cuerpo—. Oh! 

Ah Ro dejo su caja de curaciones en el suelo y reposo sus manos en sus caderas—. Inició el trabajo. 

*

Lya tomó un cuenco de agua entre sus manos mientras se ajustaba el delantal a su cintura. Sus bolsillos estaban llenos de telas y hojas de algodón salvaje. Su siguiente paciente era un chico de bello rostro, con el cabello negro y largo. Él tenía los ojos cerrados y se quejaba mientras frotaba sus brazos. 

Lya tomó una de las telas de su delantal y las reposó en el agua para luego exprimirlas. Cuando fue a atender al siguiente paciente, descubrió que se llamaba Han Sung. Observó los nudillos de la mano del joven, tomó su mano y con cuidado limpió la sangre que comenzaba a secarse.