Prólogo.

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Los últimos rayos del sol brillaron sobre las rocas dejando el rastro de la acalorada tarde que vivió mientras la ropa se extendía en medio del río, el verde follaje que miró a través de sus ojos le indicaba que las aves ya irían a descansar en las altas ramas o en las copas de aquellos árboles tan grandes y extensos. Vio una avecilla volando hacia lo que parecía ser un nido hecho de ramillas mientras distinguía como sus crías la esperaban ansiosas y el sol terminaba de descender en el horizonte. Rey recordaba la palabra tan súbita en su memoria hasta el recóndito lugar que atesoraba a Ah Ro, ella era su medicina, ella era lo que nunca había creído que necesitaría y ella era todo. Ella le había dicho que sentía lástima por aquel rey desconocido o el rey sin rostro como solían llamarlo, que su madre lo botó de su nido y que ahora él debía hacerse fuerte para regresar a casa. 

Ella tiene razón, ella es la razón. 

Apretó los puños contra su palma tan fuerte que sus manos se pusieron rojas por la sangre que no drenaba, conocía perfectamente lo que se decía de él porque él también lo pensaba. Cobarde, inútil y tonto. Odiaba las razones de su madre y odiaba mas su propia existencia, en un momento común y frío, conoció a Ah Ro, la había besado la misma noche en la que ella le dijo del Rey fuera del Nido pero ella no había respondido y lo había rechazado, como todos lo hicieron. Seonu era lo más cercano a un amigo que tenían aunque Pa Oh también tenía una parte de su amistad, el hombre que fue su familia durante tantos años y que ahora lo cuidaba en Hwarang. Pero Seonu también tenía una razón para matarlo, otra vida fue tomada por él solo para proteger su rostro y resultó ser el amigo de Seonu, conocía bien el peso de la vida y solo podía sentirse miserable al saber que muchos morían por cruzarse con él. 

Tiró una piedra al río y esta rebotó en los pies de Pa Oh, se quejó y lloriqueó mientras frotaba su pie descalzo.

- Majestad, debe ser mas cuidadoso- espetó Pa Oh. 

Jinheung frunció el ceño-. No deberías estar aquí, si los maestros de Hwarang te ven empezaran a sospechar- jugó con sus dedos. 

- Sabe que yo estaré aquí con usted. No fue una buena idea que se convierta en un Hwarang, la reina no está contenta con esto.

- La reina Jiso no tiene poder, yo soy el rey de Silla. En Hwarang me haré fuerte y luego reclamaré el trono- apretó los dedos mirando el curso del río, sintiendo el suave aire arrastrando su largo cabello. 

- ¿Usted cree que sea conveniente probar el temperamento de la reina?- Pa Oh exprimía las ropas guardándolas en cubos. 

Jinheung tragó seco, su mirada melancólica caía sobre las rocas sobresalientes, las manos de Pa Oh y las hojas de los árboles moviéndose lentamente-. Y tu crees que ha sido justo que ella me alejará, que todos piensen que soy un cobarde y que mi pueblo ni siquiera conozca mi rostro. 

Pa Oh dio una pequeña sonrisa-. Y con lo bello que es usted, majestad- murmuró. 

Jinheung lo miró hasta que Pa Oh dejó de sonreír y continuó lavando. Él estiró la pierna y recogió la otra en la piedra, inclinó su cuerpo sobre la superficie rocosa y el atardecer del sol cayó sobre sus ojos. El cielo anaranjado, las nubes disipadas y las aves volando tranquilamente, cerró los ojos sintiendo la brisa en sus mejillas, sus brazos debajo de su cabeza reposando y el sueño lo quería inducir pero su mente se negaba a ceder la paz de su cansancio. Siempre temiendo que si cerraba los ojos, ya no los abriría. Suspiró lento, dejando el aire puro ingresar a su mente cuando sus recuerdos con Ah Ro invadieron su mente. Los ojos pardos tan brillantes, su cabello negro y largo, su piel pálida y sus suaves labios redondos. 

Sus dedos se tensionaron y se relajaron, la opresión en su pecho iba soltándose a medida que la recordaba con mas claridez. En sus oídos, resonó los gritos de alguien siendo perseguido, abrió los ojos para ver una flecha silbando en el viento y estrellándose contra la corteza de un árbol. Se puso de pie con la mano sobre el pomo de su espada y el ceño fruncido, sus ojos vislumbraron la silueta de una mujer corriendo bajo los árboles frondosos, con su falda entre sus puños para evitar tropezar con la tela, sus ojos inundados en terror y de sus mejillas caían lágrimas. Ella llevaba un vestido celeste, sencillo y un moño recogido en su cabello castaño. Una dama de la corte. Observó detenidamente, distinguió a tres arqueros que corrían entre los árboles apuntando y lanzando flechas al aire, se sorprendió al ver al Guardia de su madre dirigiendo la caza de la joven.

IMPERIAL || Hwarang ° Ji Dwi x OOC° Fanfic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora