q u i n c e p u n t o u n o

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Querido YoonGi

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Querido YoonGi...

¿Cómo estás?

En verdad espero que estés bien. Pero, el punto de esta carta no es para eso.

Lo sé todo; sé de ella al igual que la relación que tienen en secreto... Ha decir verdad, lo sabía desde hace tiempo, solo que yo me hacía el ciego y fingía no saber nada.

Lamento que algún aspecto de mí haya hecho que tú te fijaras en esa hermosa chica, que de seguro ahora tiene tu corazón. También lamento que mis lágrimas estén manchando la hoja, pero es algo que no puedo evitar. Y, creo que estas marcas en la hoja son las muestras para que sepas que me duele, en la más profundo de mi amor, escribir estas palabras; pero lo tenía que hacer.

Te dejo hoy.
Mañana te extrañaré.
En tres días leeré nuestras conversaciones.
Lloraré, y gritaré a mis adentros.
Por eso te dejo hoy, porque mañana no podré hacerlo.

Porque en verdad espero que seas feliz con esa chica. Eres libre... Siempre lo fuiste, solo que yo te retenía.

Sé feliz y no te preocupes por mí, yo estaré bien.

Con cariño: Kookie.

YoonGi no podía creer lo que su pequeño conejito le escribió en esa carta. Volvió a leer de nuevo la hoja, no creyendo aún nada.

—Bueno, mi trabajo aquí ha terminado —dijo tranquila la chica, tomando sus cosas y con una extraña sonrisa en sus labios.

—¿De qué rayos hablas? —preguntó Min, mientras fruncía el ceño.

—¿Acaso eres estúpido? —preguntó la chica en tono burlón— Esto se acabó; ahora que tu novio, o más bien, tu ex-novio sabe sobre nosotros, ya no es divertido.

Terminó de decir, empezando a caminar hacia el edificio. YoonGi tomó sus cosas y miró a la chica con resentimiento.

—¡Eres una maldita perra! ¿Lo sabías? —gritó con rabia el mayor, sintiendo su sangre hervir entre sus venas.

La chica simplemente se detuvo y le volteó a ver, aún sin quitar su sonrisa de su rostro.

—Sí, lo sé... Pero dime tú ¿Qué se siente jugar y destrozar con los sentimientos de alguien quien te decía te amo? —rio con malicia aquella chica de cabellos negros, otra vez empezando a caminar hacia su destino— Fue un gusto jugar contigo, YoonGi.

Min apretó los puños, sintiendo su pecho oprimirse mientras que sus ojos ardían. Respiró profundo, viendo hacia el cielo. Y cuando sintió la primera lágrima salir por su rostro, vio la carta arrugada de su mano derecha, para saber que era un completo idiota.

Porque YoonGi no pudo apreciar a la hermosa rosa que tenía en sus manos, y prefirió un diente de león que se fue con el soplido del viento; llevándose con él, el amor de su vida.


Gashina | YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora