Y te prometo que algún día brillarás en tu más cálido esplendor, y dejarás de lado tu más fría oscuridad. Te prometo que algún día saltarás todos esos sueños rotos para crear otros nuevos. Te prometo que la conocerás. Conocerás a esa persona que cambie tus lágrimas por sonrisas, y si no son sonrisas, esa persona conseguirá hacerte llorar, pero de alegría. Te prometo que todas las marcas que se han formado en tu corazón desaparecerán, haciéndote ver lo fuerte que eres en realidad.
Y entonces lo harás. Te plantarás ante el mundo con ganas de gritar, de hacerle saber que sigues ahí, luchando por lo que quieres, sobreviviendo en esta lucha a la que llamamos "vida".
Tendrás ganas ganas de abrirles los ojos a las personas, de hacerlas sonreír para que olviden sus problemas, sus pesadillas y su miedos.
Y te prometo que ese "algún día" llegará. Pero no hoy, ni mañana...puede que ni siquiera en unas semanas. Pero lo hará cuando menos te lo esperes.
Porque en eso consiste la felicidad, ¿no? En sorprenderte a cada momento, a cada segundo, a cada hora...
Pero no puedo prometerte que todo eso llegará si tú no me prometes algo mayor.
Prométeme que siempre seguirás siendo ese guerrero/a que lucha por sus sueños. Prométeme que cuando intenten destrozarte, sonreirás y les darás la espalda. Que serás feliz. Prométeme que, a pesar de lo que pueda pasar, no te rendirás. Nunca, pase lo que pase.
Pues al fin y al cabo todos tenemos barreras que debemos saltar, sin miedo a caer, a tropezar por el camino. Sin miedo a equivocarnos, que de los errores se aprende, y mucho.
Sin miedo a ser nosotros mismos.