Vacía. Como una caja de cartón al terminar una mudanza, como un paquete de galletas en un cumpleaños, como esta lata de alcohol amargo que me ayuda a olvidarte.
Rota. Como un cristal tras sufrir un golpe, como los muros de un castillo de la Edad Media, como la voz de un pirata.
Frágil. Como un bebé recién nacido, como una muñeca de porcelana, como una copa de vino, como tu mismísimo corazón, por mucho que lo niegues...
Pero a pesar de todo seguiré en pie, fuerte y estable como una rosa en primavera. Y espero que lo veas. Espero que veas el daño que causaste en tan sólo unos segundos. Espero que esa fuerza tan potente a la que llaman Karma pueda devolverte parte de mi dolor. Espero que seas consciente de ello, porque, aunque duela ,admito y siempre admitiré que eres adictivo...pero destructivo.
