Capítulo 13. "¡SORPRESA!"

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Camila Cabello - All these years

Nicki

Pasamos por su casa por unas llaves que mi hermano le había dado en una de sus tantas escapadas que tenían. Al parecer cada uno tenía la llave de la casa del otro.

Después de nuestra pequeñita discusión nadie dijo nada.

Pero por un momento, un momento del que supongo se hicieron cargo mis hormonas, quería que aquel chico de ojos claros y sonrisa perfecta siguiera coqueteandome.

Molesta por mi comportamiento a penas llegamos y me tendió las llaves le di un frío "gracias" y salí disparada, pero cuando estaba por entrar hablo.

-¡He rubia!- puse los ojos en blancos. Odio ese apodo, con mis manos le hice una señal como de "qué", sonrió -sólo quería despedirme- alzó las manos en señal de paz  -hasta mañana.... cariño.

No pude evitar la sonrisa de tonta que se formó en mi cara.

Maldito idiota

Al entrar me sorprendí por completo, estaba todo muy, pero muy, cambiado. Las paredes si más no recuerdo eran de amarillo mostaza, pero ahora son un verde oscuro, no digo que le queda mal, pero todo aquí da un aire de oscuridad.

Un aire que por supuesto voy a cambiar.

De pronto tengo hambre así que tratando de llegar a la cocina, sin perderme, comienzo andar al tanteo, vi como una sala, que supongo debe ser la de estar, estaba alumbrada con una tenue luz.


Me dirigí hasta alli, y al instante me arrepentí.

-Hola hija
-Hola hermana

Hay estaban los dos sentados por separado, mis dos hombres, mi hermano y mi papá, los dos muy cambiados al igual que todo aquí.

Nicolás estaba más músculos, sus rasgos maduros, uffff estaba guapísimo, lo único que no cambiaron fue el tono de sus ojos al igual que los míos.

Y por otro lado estaba mi papá.

Papá también era otro cambio, su cabello oscuro estaba bien peinado hacia atrás, iba de traje que lo hacía ver más maduro pero de una forma buena, tenía barba y sus ojos cafés reflejaban el castigo que estaba por decir.

Pero muy aparte de eso, mis ojos comenzaron a picarme, después de seis largos años por fin los tengo frente a mi.

-No piensas saludarnos hermanita.

Con lágrimas en los ojos sonrío y corro hacia ellos, ya que mientras yo procesaba ese cuadro de hombres tan grandes, ellos se habían levantado.

¡Dios como los extrañe!

No puedo evitar seguir llorando, en sus brazos siento esa paz que tanto anelaba cuando tenía problemas, que necesitaba cuando me ganaba mis medallas y que ahora que los tengo de nuevo adoraba.

Me separé y vi que ellos también tenían lágrimas en sus ojos.

-Ni creas que te has salvado de tu castigo Nicole- su voz era más gruesa e intimidante.
-Si Nicki ni creas- me dijo en tono molesto y divertido a la vez Nick.
-Hay lo siento pero quería caerles de sorpresa, ¡los extrañaba tanto!
-Nosotros también Nicki, nosotros también.

Después de la sesión de besos y abrazos conversamos mucho, hasta que eran eso de las tres de la mañana.

Mi cansancio ya era notable.

-Vamos Sam te enseño tu habitación- me dijo Nick.
-Yo subo en un momento nena- concluyó papá.

Seguí a Nick y me fijé en su ancha espalda, en como se tensaba cada vez que caminaba, de seguro debo tener cuñada, ¡está de cañón mi hermano!

Con lo último de fuerza que me quedaba me tiré encima de su espalda, aferre mis manos por su cuello y bese su pelo.

-Samantha sabes que lo hiciste estuvo mal, algo pudo pasarte.

Subimos las escaleras en espiral y el me cargaba como si de un peso liviano se tratara.

-Lose Nick. Y lo siento pero ya sabes como soy.

Estábamos en un pasillo largo del lado este de la casa.

-Esas puertas que ves ahí son para invitados.

Ahora pasábamos por otro pasillo del lado Oeste.

-Aquí es la habitación de Papá.

Ya casi al final del pasillo me mostró la suya, y un poco adelante la que sería mía.

Nick comenzó a rascarse la parte de atrás de su cabello, gesto que significa una sola cosa, nervios, Nick está nervioso.

-Bueno, papá y yo la arreglamos como pensamos que te gustaría, más bien como le puede gustar a una chica de dieciséis años.

No pude evitar reír, aquella habitación era de un rosa chillón, pero todo lo demás era perfecto, muy amplia al igual que muy limpia, en el centro y final de está, estaba mi cama con mesitas al lado, también note cajas pero ya luego veré que son.

El ordenador, la comoda, el baño y otras cosas más estaban perfectamente ordenadas.

-Bien, creo que es todo por hoy, mañana hablamos pequeña.
-Hasta mañana gigante.

Nos despedimos con un fuerte abrazo y palabras que aseguraban que ya nunca nos íbamos a separar.

Me puse mi pijama, me hice una trenza y me acosté en la cama.

A los minutos volvió a sonar la puerta.
Papá entró y se sentó al borde de la cama.

-Soy nuevo en esto de castigarte, pero creo que basta con el susto que te has de ver pegado.
-Papá lo siento, pero ponte en mi lugar ¿si? No los he visto en años y vi la oportunidad de sorprenderlos, no la iba a desaprovechar.
-Aunque la sorprendida resultaste siendo tu.

Eso último hace que los dos dejemos escapar pequeñas risas.

-En fin, descansa mañana será un largo día para ti. Te quiero nena.
-Y yo a ti papi.

Papá se fue, y yo sentí al fin un gran alivio dentro de mi caja torácica, ya tenía a mi familia de nuevo.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2018 ⏰

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