Capítulo 4. "leyenda china".

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Lana del Rey - Summertime sadness

Sam

-Papi ¿puedo dormir contigo porfiii?
Río bajito pero escuché su risa perfectamente, sabía que bien le daba risa mi aspecto o la forma en que se lo preguntaba, seguramente tenía pelos adheridos a mi cara, según el reloj de mi recámara eran las tres de la mañana y un recuerdo vago vino hacia mi mente; una vez Dominga me dijo "Hay mami, cuando te levantas a esas horas es el diablo cariño" así que por alguna razón me dio tanto miedo que por más que trataba no podía dormir, el resultado más bien fue dar como cuarenta mil vueltas en mi cama y contar como cinco mil ovejas, aunque a esa edad sólo llegaba a cien, me levanté, coji rápidamente mi frazada y almohada y me dirigí a su recámara, abrí su cuarto y hay estaba durmiendo plácidamente.
Con mi garganta hice bulla para que me escuchara. Funciono ya que se incorporó tallandose los ojos.
-Que pasó Sam ¿los bichos no te dejan dormir? ¿o la conciencia de haberle dado tus verduras al perro te tienen pensando?- me dijo achinando sus ojos.
-El diablo de hecho.
Volvió a reir, haciendo que se notarán esas arrugas gracias a la luz de la pequeña lámpara.
-¿El diablo Sam?- asenti -ven aquí, creo que hay espacio para un gordo más- reímos, me acosté a su lado, sobajeo mi cabello, sabía que así me lograba dormir -¿Sabes?
-¿Que?- dije en un bostezo vago.
-Según la leyenda china, tienes un admirador o una enemiga.

¿qué?

-¿Qué dices?- me incorporé rápido logrando que se volviera a burlar de mis gestos.
-Si, cuando no puedes dormir es porque alguien esta pensando en ti. Bueno así me dijo una vez mi mamá. Pero a juzgar tu aspecto, espero que sea una enemiga- estoy segura que mi cara era de total de desierto, ya que se volvió a burlar de mi rostro, de nuevo.
¿enamorado? ¿qué carajos era eso?

***

Había soñado con él, nuevamente lo había hecho, pero por alguna rara razón, soñarlo me ayudaba.....me daba energía.

Me levanté con ayuda de mi despertador, me fije en él; era de color verde limón, su forma era de un sapo, arriba de este tenía su coronita, demostrandonos que no importa tu fealdad o como le quieras decir, somos nuestros propios reyes, nuestro propio mando y valemos mucho, mucho más de lo que queramos admitir, la manecilla más pequeña daba al siete mientras que la grande le daba al dos, indicabandome las siente de la mañana.

Me incorporé, coji de un lado el edredón levantandolo haciendo que este forme una tipo carpa que se desvanecia casi de inmediato, coloque bien las almohadas, doble una colcha poniendola encima de mis antes ya nombradas almohadas y cuando ya mi cama estaba más decente me dirigí a mi armario, por un momento sonreí a mi reflejo mientras mi mente no paraba de repetir que todo pasaba por algo y que pronto estaría bien, abrí el closet y coji un abrigo de mi papá, abrí tres cajones más; pantalón holgado, blusa de tiras, y mi ropa interior, ya listo todo eso me dispuse a bañarme y lavarme los dientes.

El agua caliente fue total medicina para mis huesos y cuerpo entero, aunque al principio me tense pero luego ya ni quería salir.

Ya vestida y todo me dispuse a bajar al despacho de mi papá, quería sentir su olor a tabaco y menta, que extrañamente me encantaba.

Ya faltando como cinco escalones para la planta baja, ya que la escalera era estilo caracol, se escucharon ruidos, y gritos provenientes de la cocina, los gritos cada vez se intensificaban, logrando que reconociera incluso a quienes pertenecían, dos pelinegras vinieron a mi mente, esas voces....

¡Sus voces!

De inmediato mi alerta anti-brujas se encendió.

Me acerqué siligiosamente a la cocina.

-¡Pero es... bueno es mi...
-Hija- completo con voz de fastidio Celia.
-Hija!- terminó Loren -y puedo hacer con ella lo que se me venga en gana, recuerden que su tutela la dirigire yo, asi que traiganmela o voy por ella, y la segunda opción no les gustará.
-Cariño no les des explicaciones, no lo merecen no son de nuestra clase, no trates de darle importancia.
-Ja! Gracias al cielo que no lo somos- dijo Sofía, refiriéndose al comentario de Celia "no son de nuestra clase".
-O traes a mi nieta o la traigo y no te gustará como la bajaré, zorra de cuarta.

Ok, me tienen arta, no tenian porque estar insultandolas, empuje las puertas logrando hacer ruido y que toda la atención se dirigera a mi a la vez.
Con pasos decididos me acerqué peligrosa y amenazantemente a ellas.

-No vengan a insultar a mi familia, ellas no les han hecho nada y merecen el respeto de cualquiera y más aun el de cada una de ustedes.
Pues creo que fue chiste lo que les dije porque enseguida se carcajearon.
-¿Famila? ¿a eso? -las señalo con desprecio- Hay Samantha no seas ridícula, nosotros somos tu familia.
-Ustedes no fueron, no son y mucho menos serán una familia, mi familia- hice énfasis en "mi"
-Calmate Sam- sentí una mano detrás de mi, era Dominga así que vire y le sonreí.
-¡Basta!- grito Loren -nos vamos en este instante.
-No quiero.
-No te estoy preguntando, eres menor de edad aún, y mientras así sea, estas bajo mi dominio, asi que a las buenas o malas te vienes conmigo.
-Yo contigo no voy a ningún lado- de pronto sin que lo viera venir me cojio fuertemente del antebrazo, causandome dolor en esa parte.
-¡Te a dicho que no! ¡Sueltala! O juro..
-¿qué? ¿que juras maldita perra?

Las cosas estaban así, Loren sujetandome a mi, yo tratando de que me soltara, Sofía tratando de que me soltara y Celia sujetandola a ella.

'COLD WALTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora