Capítulo 5

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Tal vez esta parte no sea mucho de su agrado ya que contiene un tema delicado como la violación, pero más a futuro tendrá una explicación, bueno sin mas les dejo con el lemon~

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— ¿Dante? — aquella pregunta se esfumaba rápidamente de su cabeza al ver que el otro se acercaba de manera peligrosa — ¿Q-qué estas haciendo? —.
El hecho de que abriera los ojos con velocidad y se sienta exaltado es gracias a que sobre la zona dolorida, algo húmedo y cálido recorrió sobre la herida, quería alejarse o atacar pero la falta de sueño y la cantidad de sangre perdida no le da la fuerzas suficientes para apartarlo de su lado, quiere descansar, se siente agotado, y que le laman su cuello con desesperación hace que se sienta todavía más incómodo ante tal situación.

--- escena con contenido explícito ------

Sin darle tiempo ha sido estampado contra la pared, ahora se encuentra mas asustado y dolorido que nunca, sus manos — que intentaban apartar el cuerpo del menor sin suerte — temblaban bajo sú piel. Dante no permitió perderse ningún segundo y rápidamente las manos de Luke son fuertemente sujetadas por éste y elevadas con brusquedad sobre su cabeza, hace el esfuerzo inútil de soltarse y la boca de Dante pasa desapercibida hasta tocar los finos y cálidos labios del mayor dándole un pequeño beso para luego de lamer y morder con suavidad, se separa unos segundos para ver la expresión de su jefe, le encanta verlo así, lo hace ver tan vulnerable y eso le encanta, le parece tierno y le da más placer jugar con él que cazar a su presa en el instante. Un revoloteo en su interior le indica que dominar a tan bella y exquisita criatura le satisface de una manera poco común: debe tenerlo para él y solo para él, y con ese pensamiento en mente procede a su siguiente acto.
— Da... ¿Dante? — pregunta desconcertado y intimidado, no entiende cómo puedo llegar a esa situación, no comprende qué le sucedió a aquel sujeto si hace unos segundos era la misma persona de siempre, ni mucho menos logra sacar respuestas que no lo lleven al borde de la locura (en más de un sentido). Cree perder el control sobre su cuerpo, sobre su mente porque no es posible en ningún universo que seda ante tales... ¿Caricias?, ese beso lo sacó de su mundo, ¡se habían besado!, O más bien, ¡él lo beso!. Confundido, aterrado, débil y sin fuerzas de voluntad, eso era lo que estaba experimentando.
Estaba lo bastante perdido en su mente como para no notar que él menor lo estaba besando con bastante intensidad, era una batalla que sabía estaba perdida, más por sentirse doblegado que por no tener experiencia y era increíble que el otro supiera manejar la situación lo suficientemente bien a pesar de ser menor. No le daba tiempo para respirar dado que en el momento de separarse volvió a introducir la lengua en su boca impidiendo la entrada de aire al igual de que hablase.
— mmm... ahm... ahnm... aahg — se separaron por fin de aquel lujurioso beso, dándole un poco de aire al mayor, pues parecía que no podía respirar de nuevo, estaba agitado, su pecho subía y bajaba a la par de su corazón.
Por su cabeza pasaban varias ideas respecto a su situación tales como: ésto no está bien... mi cuerpo no está respondiendo a mis órdenes... él es un empleado... cómo llegamos a ésto... por qué no me puedo negar a sus palabras... por qué no puedo correr lejos... qué sucede conmigo...
— Te ves tan lindo así, jefe~— aquellas palabras lo sacó de su ensoñación y dejando a cambio un sonrojo lo bastante notable para que el otro se riera ante eso, sus ojos parecían penetrar los de Dante intimidando un poco más — oh, no note que tu verdadero color de ojos es un verde oscuro, interesante — dijo pensativo pero que sabía el mayor que sólo estaba jugando con él, haciendo tiempo para prolongar aquella "tortura".
La mano libre de Dante se coló por debajo de su camisa recorriendo parte de su abdomen y acariciando su espalda de manera posesiva, volvió a lamer la herida, quería sangre, quería volver a probar ESA sangre, así que sin mas preámbulos mordió el cuello de su jefe a lo que éste soltó un gemido mezclado de dolor y placer. Las sensaciones y sabor era algo que lo volvía loco, si de por si ya se creía estar volviéndo loco con su jefe, ahora lo estaba aún mas, no resistió más y la mano libre que recorría en círculos su espalda bajo a la bragueta del mayor para desabrochar y dejar afuera los pantalones. Introdujo su mano adentro de su ropa interior dando masajes al mas alto, el cual estaba forcejeando mas fuerte al sentir como una mano le acariciaban su miembro.
— N-no aah... n-no ah... - el mayor intentaba salirse de aquella situación, mas no podía, los estímulos de placer lo traicionaron soltando pequeñas lágrimas y un gemido lo bastante fuerte para que el menor sonriera con malicia.
— mmm... Qué tal si intentamos otra cosa, quiero escuchar más de eso que soltaste recién — decía el de ojos carmesí mientras bajaba sus besos hasta estar cerca de su miembro. Sujetarle las manos para que se quedara quieto y no interrumpiera su trabajo lo estaba fastidiando mucho, así que tomó el cinturón de su pantalón y lo ató con fuerza detrás de la espalda, ahora con vía libre podía hacer lo que quisiera, comenzó dando pequeños besos en el falo por tal de relajar los nervios y estimular el miembro.
— ¿Te gusta así? — el mayor cerraba uno de sus ojos para reprimir el impulso de gemir más alto, aquellas sensaciones eran nuevas para él y aún que este en esa situación incómoda sentía un placer incomparable — oh, veo que si~... — pronto empezó a lamer de arriba a abajo para luego introducirlo en su boca y comenzar por simular pequeñas embestidas, sabía que su jefe no aguantaría más ante el placer y que mejor que obligarle a soltar aquellos gloriosos sonidos provenientes de su garganta, tomo la mandíbula y la apretó lo suficiente para que éste la abriera completamente soltando sonidos inapropiados.
Al cabo del tiempo el mayor se vino en la boca del menor, para que consecutivamente tragara de su líquido. Esas acciones le dió a entender que su jefe era virgen, sonrió de medio lado, qué mejor que sentirse ser el primero que profana tan sagrado templo, sabía que con ese dato él se divertiría mucho más que antes, oh si, le hará ver que el puede con mucho más que solo caricias. Las respiración entre cortada de su jefe provocó que sintiera mas atracción hacia él y no se trataba solo por la sangre que portaba, esta seguro que le gustaba y  que con esa determinación quiere hacerlo suyo en más de mil formas, la idea le emociona a tal punto que lo quiere para siempre de su lado, aún que tenga que esperar años para que eso suceda... No, no esperaría tanto, la idea le molesta así que se quita el pantalón y su camisa y lo mismo hace con su presa, arrancando las prendas con una fuerza descomunal. Ahora están completamente desnudos, eso sonroja al mayor de los dos mas no se atreve a decir palabra alguna, su cuerpo no se lo permite, Dante no pierde tiempo y toma a Luke de los cabellos, introduciendo sus dedos en su boca para que la abra, le cuesta pero lo logra y rápidamente introduce su miembro, comienza a embestir la boca del de ojos verdes oscuros haciendo movimiento lentos y luego rápidos hasta acabar dentro del otro.
— Ni se te ocurra soltar nada, porque si lo haces la pasaras mal, ¿Entendiste? — dice con un tono autoritario.
Su jefe no podía creer el tono de superioridad usado por aquella persona que siempre la conoció por ser amable y tímida, por miedo a la amenaza traga toda la sustancia con asco y lo mira con odio... ¿Pero de verdad era odio?... Espera, ¿Se está cuestionando si lo odia ahora?, Quizás a Dante no, pero éste ser delante suyo, tal vez... ¿Es que acaso le estaba empezando a gustar?, la situación se vuelve algo morbosa si lo piensa así, pero parece no llamarle mucho la atención, baja la mirada rendido y lo vuelve a ver, aquél otro interpreto su mirada perfectamente y sonríe más gustoso de su logro, por fin vió una pizca de rendición en los ojos del mayor.
Toma el cuerpo de sus hombros y lo atrae a el sin ningún problema, pues parece tener más fuerza que antes
— es fácil Luke, entregate a mí en cuerpo y no haré daño nunca más a ninguna persona, estoy seguro que has visto las noticias de esta mañana y sé que inconcientemente sabes quien fue — esas  palabras le provocó un escalofrío en todo su cuerpo, hacía mucho tiempo que él mencionado no usaba su nombre verdadero para hablarle, siempre se trataba de jefe o señor pero llamarlo por su nombre y utilizando un tono de voz que le hacia estremecer lo descolocó, así que con mucha más razón, prestaba atención a lo que le estaba proponiendo. Por supuesto que había escuchado las noticias y de primera supo o supuso de quién se trataba, pero, que lo confirme esa persona que de verdad fue su culpa... Era algo que no podía negar.
— Mataste gente inocente — escupió con incredulidad.
— Era simple ganado, como tu ahora.
— No puedes-
—Si puedo — interrumpió — yo necesito alimentarme así como ustedes se alimentan del ganado, es simple lógica.
Sus palabras dieron justo en su hipocresía, tenía cierta razón en lo que decía.
— ¿y qué harás?, ¿Aceptas?.
— ¿No matarás a nadie más?
— No. A no ser que lo quieras — levantó su mano para acariciar su mejilla.
— ... ¿Me matarás?
— Claro que no voy a desperdiciar tal banco sangre tan valioso.
Al no obtener respuesta simplemente dió a entender que aceptaba su propuesta, quitó la lágrimas estancada con un dedo y beso su frente de manera protectora. Prosiguió con su juego, juntando ambos cuerpos haciendo que se rosaran, el mayor intentaba a toda costa contener los gemidos que fueron cambiados por un grito de dolor, él menor había vuelto a morder pero sin intención de tomar la sangre, cree que si vuelve a probar su sangre se volverá loco y le dejara seco, simplemente daba mordidas, el ojiverde abrió sus ojos con sorpresa, no se esperaba tal acción, las mordidas solo fueron una distracción para meter en sus adentros dos dedos. El dolor era inigualable, pero de a poco se iba acostumbrando hasta llegar a un punto conciso, dar placer. No podía más, su mente le gritaba que no pero su cuerpo se negaba a decir no, estaba contradiciendo completamente a su mente ahora, movía su cuerpo en busca de más y así lo tuvo, el de colmillos afilados introdujo el tercer dedo mientras simulaba embestidas mientras que los gemidos de placer de Luke se volvieron más audibles.
Dante notó que estaba por venirse pero no le permitió, quitó sus dedos de su interior y esbozó una enorme sonrisa, Luke no podía hacer más que mirar y aquello le parecía una tortura, electricidad inundaba su cuerpo al ser contenido su flujo por un dedo de menor tapando la salida.
— Di lo que quiero escuchar — ordenó de forma autoritaria y lujuriosa — di que tu cuerpo me pertenece y tendrás lo que quieres.
La cara de Luke cambio completamente a un rojo, si antes estaba sonrojado ahora lo estaba como un tomate, no podía negarse a lo que su cuerpo le pedía, su mente se puso de acuerdo con éste y un sonrojo mas pronunciado se hizo presente.
— M-mi c-cuerpo ahhg... Te p-pertenece... — había dicho exactamente lo que su empleado le pedía, no podía esperar más, quería sentir otra vez aquellas sensaciones nuevas.
El menor solo pego una pequeña carcajada que parecía a un ronroneo, se colocó entre medió de su entrepiernas y comenzó a restregar su hombría en la entrada, provocando vibraciones de placer en éste, y sin aviso alguno lo enterró en su orificio de manera brusca tocando las paredes estrechas en su interior.
— ¡D-dante! — se sorprendió al sentir semejante dolor y placer en su entrada, estaba empezando a moverse así en su interior, el susodicho se regodea en los gemidos placenteros del mayor, estaba orgulloso de ser él el primero en probar tan exquisita sensación, de ser él el primero que escuche tan gloriosos sonidos proviniendo de su jefe. Las embestidas cesaron cuando ambos se corrieron, primero Luke en el pecho de Dante y el suyo, y luego éste dentro de Luke.

-----Fin del aviso-----

Ambos estaban agotados, la perdida de sangre de Luke y el sobreesfuerzo ejercido por Dante dejó a Luke desmayado en el suelo.
A Dante le pareció tierno y no permitiría que le sucediera nada a su querida presa, ¿Presa? se pregunta para sus adentros, ¿Aún era su presa después de lo que acaba de suceder?, no, esa no era su presa, era algo más. Dejo de cuestionarse y llevo al mayor a la cálida cama, arropándolo y dándole un beso en la frente, se metió en la misma y lo abrazo de manera posesiva pero cariñosa, y así ambos quedaron dormidos.

Marcas SangrientasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora