𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑃𝑖𝑡𝑐𝑒𝑠𝑡 𝑆ℎ𝑖𝑝𝑝𝑒𝑟𝑠 ♡︎

𝐸𝑙 𝑐𝑜𝑚𝑎𝑛𝑑𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑦 𝑒𝑙 𝑝𝑖𝑟𝑎𝑡𝑎 3 ✰ 𝑺𝒉𝒐𝒓𝒕 𝑭𝒊𝒄

Okey mis niños bonitos pervetiditos, este es un capítulo largo no se me desesperen. Siempre hago capítulos entre 1000 y 2000 palabras pero esta vez es diferente por que quiero usar los menos capítulos del libro en Wattpad posibles para que no sea como ((•El cømandante y el pirata parte 56•)) ¿Me entienden? No quiero dividirlo en tantas partes tampoco, por que hay muchas otras cosas que quiero hacer en este libro más que Mini-historias y mangas.
Ahora ya explicado eso, continuemos:
(Pit's Pov)
—Uuuuugh —me quejé. Mierda, me acaba de pasar lo peor. ¿Cómo deje que pasara? Debo dar tanta lástima justo ahora.
No quiero abrir los ojos, siendo honesto. Pero al sentir algo suave detrás de mi, no pude evitar preguntarme el porque piso del barco es tan cómodo.
Lentamente levante mis párpados para que unos relajantes y deliciosos rayos del sol me cubrieran. Me levanté de golpe y giré a todas partes, ya no estaba donde antes. Y lo mejor de todo es que no estaba atado a nada ¡yuhu! Pero... ¿dónde estoy?
Corrí hacia la puerta, moví la manija, intenté derribarla, desarmarla, improvisar una llave, lo que sea pero no se abria.
Bueno, me entrenaron para situaciones como estás. Paso número 1; mira alrededor y toma lo que puedas necesitar.
Estaba en algún tipo de camarote, y por mi imaginación este era el mejor camarote de todos. ¿Será este el cuarto de Dark Pit?
Algo de comida no me vendría mal, algo de agua tampoco.
Pasee mis ojos por la habitación; para mi suerte habia algun tipo barril que tenia cosas como espadas y cuchillos. ¡Execlente! Fui al closet y agarre todo lo que necesitaba para guardarlas y esconderlas. Y noté que este era una ropa bastante rara como para ser la de un capitán, y bastante limpia como para ser la de un pirata.
Tomé unas botas y metí mis pies en ellos, cambian a la perfección. ¿Él y yo tendremos lás mismas medidas?
Ahora, paso 2: Encontrar una posible salida. Ya sabemos que la puerta no es una opción, ¡claro! Más ciego no puedo ser: ¡las ventanas! Busqué algo más que podría necesitar, pero no había más que telas y mapas de decoración.
Y con un rápido codazo se rompio el cristal y cayeron los pedazos al mar.

(Dark Pit's Pov)
—¿Me llamaste? —dijo Brand con una sonrisa enorme, quería vomitar con solo verlo. Habia ordenado que toda la tripulación se juntaran conmigo en la parte superior y dije que el estúpido bastardo viniera al centro de todos conmigo. Parece que Brand es el único que no se da cuenta que lo voy a matar. Todos los demás estaban riendo, siendo impacientes por un poco de sangre.
—Brand —dejé caer mis brazos que antes estaban cruzados, el mencionado siguio escuchando—, ¿qué harías tú con la recompenza de Orcos? —le pregunté. Todo el mundo presente estaba confundido.
—¿La isla que nos está prometiento? ¿Que qué haría con ella? —dijo— Creo que haría lo mismo que usted.
—¿Comprendes que estuviste a punto de quitarnos la isla? —al decir eso, todos miraron directamente al de lentes para ver su reacción. Bajó su sonrisa.
—No entiendo a que se refiere capitán.
—¿Tienes la más remota idea de lo que hiciste?
—Sin ofender capitán, pero nadie aquí tiene ni la más remota idea de lo que "hice".
Sentí como toda mi rabia y la sangre se juntaban en mis puños, halzé el brazo y lo golpeé con todas mis fuerzas.
—¡Ow! —gritaron en coro.
—No te hagas el tonto ahora —le dí otro golpe—, me das asco —y lo golpeé de nuevo, sentí la sangre de su nariz en mis puños y él cayó al suelo.
—¡No, no! ¡Espere por favor! —no escuché y le di otra paliza, asegurandome que se quedara ahí acostadito.
—Átenlo —ordené. Y unos lo tomaron de las muñecas y con una soga lo enrrollaron en el mástil—. Escuchenmé cada uno de ustedes; les presentó el nuevo saco de boxeo del Ala Negra, pueden tirarle lo que sea, pueden clavarle cosas pero no lo maten, para que dure más y no apeste.
Algunos rieron y gritaron de alegria, aparentemente a nadie le caía bien Brand.
Hicieron fila y creo que algunos repitieron mientras yo veía pura diversión. La verdad dudo mucho que no muera, igual lo tiramos al mar.
—No pensé que te interesaría tanto alguien, después de todo no lo maté —susurró el ensangretado por todas partes.
—Hago esto por que estas enfermo y necesitas tu medicina —le respondí.
—Aunque estoy de acuerdo de que él es el más divertido para jugar.
¡Ya estuvo! Me levanté, tomé una pistola– ¡Nunca de los nucas lo volverás a tocar! —y ¡bum! Muerto por pendejo.
—Ay, no me tocó —dijo el que estaba detrás de mí tristemente.
Lo ignoré y me marché de ahí a paso rápido. Entré a mi camarote y con fuerza cerré la puerta.