—Pittoo —dijo el ángel castaño intentando llamar la atención de su contraparte, lo cual no había funcionado hasta que dijo lo siguiente—, tengo que preguntarte algo.
Había sido una tarde normal y tranquila en la cocina ayudando a cocinar postres y la cena. Se habían divertido como siempre pero si era muy obvio que Pit tenía algo en su cabeza. El ambiente tenía una tranquilidad aún con la pregunta fuera de lugar, parecía que iba a ser un atardecer eterno con el cielo anaranjado y sonidos de murmullos y movimientos de cubiertos.
—¿Qué pasó? —le respondió el ángel oscuro mientras lo veía fijamente. El ángel castaño peleó con sus pensamientos, inseguro de si continuar con su plan.
—No aquí —le dijo simplemente, y tomó de la mano a su contraparte, llevándolo al lugar vacío más cercano, que era el almacén.
Ahora todo estaba en silencio, mientras ambos sentían que lo peor estaba por venir.
Pit tragó saliva y sus dudas después de un rato de silencio, mientras sujetaba su túnica con ambas manos intentando controlarse.
—Pittoo, ¿te gusto?
El ángel de ojos rubí rápidamente frunció el ceño y respondió a la defensiva.
—¿Qué? ¡No!
—Quiero ver tu bolsa —pidió el ángel blanco, con intención de conseguir la evidencia para probar su punto.
—¿Esto se trata de la libreta? —suspiró Dark Pit de alivio, pues ya tenía una excusa pensada para la libreta con dibujos y retratos del capitán—. Los dibujos no son por que me gustas y lo sabes. Yo solo dibujo lo que se me da la gana.
—Entonces si no hay problema, muéstrame tu bolsa —insistió de nuevo el ángel blanco.
Dark Pit lo miró molesto, y angustiado al mismo tiempo. No quería pasar por la vergüenza de mostrarle sus obras. No quería demostrar sus sentimientos así.
Sentía su corazón latir mil por hora mientras tomaba entre sus manos la bolsa de cuero que estaba alrededor de su torso. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo es que se quedó sin excusas después de haberlo practicado tantas veces en su cabeza?
¿Cómo se enteró Pit? ¿Fue el icario? ¿Palutena le mintió? ¿Pit se enteró por su cuenta?
Pit también estaba asustado y nervioso. Esto podría cambiar su relación para siempre. Pero aún así, no podía tener esto en su cabeza por más tiempo, ¡tenía que saber la verdad!
Pit abrió la bolsa con solo movimiento de su pulgar, y la mano completa movió toda la capa de arriba. Ahí estaban, las dos libretas idénticas. El ángel castaño no sabía la diferencia entre ellas pero tomó una al azar con intención de llegar al fondo del asunto.
Por otro lado, Pittoo si sabía cuál era cual y sabía que Pit había tomado la libreta secreta . Su cabeza gritaba y su cuerpo titiritaba horriblemente. No soportó más y tomó la libreta arrebatándosela a Pit y la guardó de nuevo en la bolsa.
—¡Oye!
El ángel de la oscuridad sin saber que más responder, pero sabiendo que si se quedaba ahí se iba avergonzar aún más, salió corriendo del almacén. Corriendo tan rápido con esperanza de escapar del otro.
Escuchaba al capitán llamarlo, gritando disculpas y que esperara un segundo. Pero nada detuvo a su contraparte.
La gente alrededor miraba como uno corría tras el otro, pensando con se trataba de un juego normal, como siempre solían molestarse entre ellos.
Después de unos minutos de correr a dónde sea con tal de no estar a su lado, el ángel oscuro por fin se topó con un pasillo sin salida. Miró a ambos lados buscando detenidamente una escapatoria sabiendo que el ángel blanco estaba tras suyo.
—Pittoo —decía Pit entre jadeos cuando se detuvo—. Por favor, dime la verdad.
El otro topó contra la pared y se vió obligado a mirar al capitán al frente pero se negaba a contestar.
—¿Te gusto de esa manera?
Pittoo parecía un gato acorralado, respirando agitadamente que se ponía más nervioso cada vez que Pit caminaba un paso al frente.
—No —dijo finalmente con intención que el otro se vaya rápidamente.
—¿Entonces por que no puedo ver la libreta?
—Por que es mía y no quiero que la veas.
—Vamos Pittoo, no voy a...
—¡Ya! ¡No me gustas, así que déjame en paz! —gritaba mientras unas cuentas lágrimas se creaban en sus ojos y sus cachetes se hacían rojos.
El corazón del angelito castaño se envolvió de culpa al ver a su amigo llorar. Dejó de avanzar lo miró tristemente.
—Está bien, Pittoo. No me importa que me dibujes así —dijo suspirando y se dió la vuelta—. Perdón, no quería lastimarte.
Pittoo se relajó al escuchar esas palabras salir de la boca del otro y lo miró irse. Sin saber que decir, sin saber que hacer y con el miedo de arruinarlo aún más, susurró intentando parar al castaño.
—Yo...
Pit se volteó y lo miró sin pestañear, sabiendo que por fin diría algo.
—Yo... —intentaba decir Dark mientras miraba el suelo y escondía la mitas de su rostro con la bolsa.
El castaño podía ver los ojos llorosos y nervioso, la voz intentado callarse a sí misma. Quería decirle la verdad, que no tenía que torturase así, y olvidar todo esto. Pero Pit también quería escuchar esas palabras salir del ángel de la oscuridad, con todo su alma.
—Yo... te quie- —intentó decir pero se paró a sí mismo cuando vió al otro a los ojos. Tenía miedo, ¿por qué así? ¿Por qué ahora?
No estaba listo, ¿y quién sabe? A lo mejor, nunca lo estaría. Pero estaba pasando, justo ahí. Por obras del maldito universo. Se veía obligado a contestar con su corazón. Un miserable y estúpido corazón.
—No puedo —susurró el ángel oscuro—, no puedo —repitió mientras las lágrimas caían y su llanto controlaba su respiración. Su rostro rojo mientras aplastaba su pecho con la bolsa que deseaba quemar en ese momento.
Pit suspiró y entendió. Realmente lo hizo. El sabía que todo esto era nuevo para Pittoo, tenía sentimientos que no podía controlar, y completamente extraños para alguien que toda su vida siempre ha sido pelear en batallas y quejarse de los dioses.
Se acercó rápidamente y rodeó a su contraparte en un lindo abrazo, y dejó que Pittoo se relajará mientras sentía el llanto calmarse poco a poco.
—Pittoo —le susurró en el odio—. No le tengas miedo a lo que sientes— le decía mientras acariciaba el cabello negro suavemente—. ¿Sabes por qué? —le preguntó y se alejó un poco para ver a la cara su respuesta.
—Por que siento lo mismo.
El mundo desapreció a su alrededor.
El tiempo no avanzaba.
Solo eran Pit y Pittoo, abrazándose viéndose a los ojos de colores opuestos.
Dark sentía que se podía desmayar en ese momento, que su mundo acabó y empezó al mismo tiempo. Tenía que ser una broma, algo tan maravilloso no podía ser real.
—¡Pit, esto no es divertido! —gritó y frunció el ceño mientras el corazón no sabía que sentir.
—No estoy bromeando —respondió de forma calmada, sabiendo que reaccionaría así. Tomó la barbilla con su mano derecha, y sin pensárselo mucho, como siempre lo hace, junto los labios.
Un beso.
Un tierno y revelador beso.
El corazón del ángel oscuro por fin entendió todo, y perdió la guerra contra el amor. Sintiéndose amado, necesitado, se sentía feliz. Lo más feliz que ha estado en toda su existencia. Un propósito, un objetivo. Una razón para callar los malos pensamientos dentro de su cabeza; "Pit me ama".
Cerró los ojos, dejó caer la bolsa y respondió al gesto, dejándole a las lágrimas de alivio caer. Rodeó a Pit entre sus brazos también, y se impidieron dejarse ir. Nunca se dejarían ir.
Se entendían perfectamente, los labios no se necesitaban ser salvajes para demostrar lo mucho que se querían. Solo necesitaban tocarse, sentirse.
¿Cuál es la palabra perfecta para describir este sentimiento? Una canción que cambiará tu ritmo sanguíneo para estar al de la melodía. Una foto que se quedará en tu cabeza para siempre, por su lo relajante que es para la vista. Unas sábanas tan suaves que te hacen dormir al en volverte en ellas. El olor de una comida salir del horno que hace que tu tripas te hablen con palabras. Y un perfume que siempre te recordará una persona.
Un ángel que hace que tu corazón deje se sufrir.
Y después de quedarse sin aire, se separaron y se miraron lindamente.
—Te amo — susurró Pittoo con una sonrisa.
—Lo sé —contestó el ángel de la luz—. Yo también te amo— contestó y se apartó un poco más—. Ven conmigo, hay algo que quiero enseñarte. No olvides tu libreta.Claro que esto no es todo el capítulo, la siguiente parte vendrá muy pronto. Y alguien estará posando para otro alguien.
Lo quería para San Valentín pero no pude, opsie-dopsie.
Los veo en el siguiente cap. ✨📖
ESTÁS LEYENDO
𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑃𝑖𝑡𝑐𝑒𝑠𝑡 𝑆ℎ𝑖𝑝𝑝𝑒𝑟𝑠 ♡︎
FanficPitcest, ese ship... Amado por muchos... Detestado por otros... Oh Dios mío, a los que les guste ese ship son unos enfermos. Pero... somos unos enfermes felices XD. Pues es libro tendrá varios One-shorts, mangas, imágenes y cosas kachundas que enc...