HABLAR EN PASADO

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Cuando hablas de una persona en pasado, es porque ya no está en tu futuro.

-Felicidades, Taeil. Ya eres parte del equipo, espero que sigas con la misma pasión.

Era un sueño, o talvez eso parecía porque al fin lograba algo que se había propuesto hace años.

Era el día en el que compartía sonrisas con su amigo, el que se había esforzado también por cumplir sus metas y eso no era lo mejor, lo mejor era llegar pronto a casa y contarle como le fue a él.

En cuanto salió de la agencia, salió corriendo a casa, sin despedirse de Ji Ho, quien también iría a festejar con sus amigos o mejor con Park Kyung.

-¡No festejes demasiado!- Gritó el menor, que veía correr a su amigo.

Las calles se hacían más brillantes con la tarde, su corazón corría con él y de pronto le sonreía a una linda mesera de la avenida principal, le ayudaba a una ancianita a cruzar la calle y atrapaba a un pequeño que tenía su agujeta suelta. La tarde era tan perfecta, que ni notó que la gente lo miraba de forma rara y con murmuros preguntaban: ¿Qué tiene ese muchachito? O ¿A caso está loco?

Cuando llegó, abrió la puerta y miró al amor de su vida, ese chico alto y apuesto, que terminaba de preparar algo deliciosos para su compañero de vida, para Taeil.

Ambos se miraron y el tiempo les hizo un regalo, parecía que ahora en vez de caminar, sólo gateaba torpemente, era necesario, porque era el momento más precioso de todo el día.

Taeil caminó y con su expresión lo dijo todo. Ji Hoon dejó caer accidentalmente las servilletas, él tampoco podía creerlo, su pequeño Taeil había logrado ser una estrella más de la pantalla.

¿Quién no estaría feliz de mirar como la persona que más ama, cumple uno de sus sueños?

El abrazo más puro y sincero, lleno de amor y paz, eso recibía Taeil y él devolvía el abrazo con tanta emoción y ganas de llenarse de algo, de algo como los suaves besos de Ji Hoon.

Esa sería su noche.

-Te amo, Taeil.

-Mentiroso- Sonreía con la mirada baja.

-Tú sabes que no lo soy.

Taeil lo sabía, siempre lo supo y su corazón explotaba con tan sólo escucharlo de la voz de Ji Hoon. Él no exigía mucho de la vida, tan sólo a Ji Hoon...y a sus lentes.

Sin embargo, los años fueron pidiendo más y más de ambos, porque su vida de adultos ya estaba ahí y las responsabilidades eran más grandes, todo se complicó más y eso en verdad fastidiaba, porque ellos se miraban desde extremos y tan sólo querían acercarse, al menos unos segundos, pero no. Algo siempre se cruzaría antes de poder llegar al otro.

Taeil estaba siendo arrastrado por fans, cámaras, gritos, exigencias, soledad y Ji Hoon por responsabilidades, manejos de empresas, negocios pequeños y grandes, todo en la espalda de un sólo chico, todo en la espalda de ambos.

Y así, tan pronto, tan fugazmente, sin previo aviso...Taeil se fue.

¿Que si Ji Hoon tenía planes? Pues en verdad, los tenía, porque no miento cuando digo que caminó por horas de plaza en plaza en busca de ese anillo de compromiso, porque no miento cuando digo que abrazaba a Taeil por las noches aunque él ya estuviese dormido, porque no miento cuando digo que deseaba cuidar con todo su ser a Taeil, porque no miento cuando digo que quería tener una familia junto a él y sonreír sólo para él.

Pensaba que esas horas que estaba encerrado en la oficina o en otra ciudad de viaje por negocios, eran sólo para construir un futuro con Taeil y que él dejara de sonreirle con cansancio, porque Ji Hoon era descuidado, pero no tonto.

Ese día, mientras llegaba al aeropuerto, algo dolió en su corazón, algo le avisaba que el equilibrio del mundo se había corrompido y su cansancio no le impidió correr a buscar lo que sea que la vida le avisaba por anticipado.

Era de madrugada y los taxis circulaban al baile de una pieza de jazz silencioso. El hombre que lo recibió, le sonrió y puso cualquier cosa por una pequeña radio, la canción hablaba de amor y su cuerpo tan sólo se tensaba más. El tráfico no ayudaba, la gente siempre se encargaba de hacerlo más difícil, la radio de pronto se apagó, de pronto el mundo puso otra cara y de pronto, fuera de su casa había gente confundida.

-¿Ji Ho?

-¡Ji Hoon! Llegaste- Sonrió el pelinegro.

-¿Pasa algo?

-Bueno, no abre, talvez no está.

No...¿Cómo no podría estar en su propio hogar? Entró y lo único que encontró fue una carta que daba señal de ser peligrosa.

Ji Hoon salió corriendo y llegó a ese departamento sombrio, en donde un grupo de personas estaba con la mirada aturdida, algo los había dejado así.

Entró con las piernas temblorosas y antes de que la gente lo pudiera detener, el tiempo que antes había sido bueno con él, ahora se volvía su enemigo. Todo se volvió lento en cuanto miró a la persona que amaba de esa forma, ahora estaba apagado, estaba en otro sitio, estaba muerto.

Desde ahí comprendió que la vida le había dado oportunidades, pero la vida es así ¿No? No puede estar todo el tiempo detrás de ti, diciendo: ¡Oye! Deja de ignorar lo que ves, lo vas a perder. Simplemente no se puede, así no gira el mundo.

Y desde ahí uno se promete cambiar, pero no es fácil.

-Lo siento, no pudimos salvarla. Tu mamá murió, sé fuerte.

El mundo no gira así...

Las personas que más amas, a veces no son lo suficientemente fuertes para seguir sonriendote.

Y así es como hablas de la gente en pasado.


MI QUERIDA MASCOTA [TAEPYO, BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora