MI QUERIDA MASCOTA [TAEPYO, BL]

LUCIÉRNAGAS

Cuando los brazos de Ji Hoon tomaron a Taeil, supieron que había algo que no sabían, que estaban enamorados y eso les permitía recibir oxigeno en todo su ser.

Taeil cerró los ojos, nunca imaginó que todo ese tiempo que se sentía interesado por Mino y Ji Hoon, realmente era cupido, flechándolo por un pequeño niño inocente y que poco conocía del amor.

Ji Hoon no estaba traumado con su otro cuerpo, pero estaba feliz de haberse propuesto una meta y haberla logrado, pero en el fondo sabía por quien se lo había propuesto.

Desde ese día, la primavera llegó, aún faltaba para la graduación de Taeil, así que disfrutarían del noviazgo.

A veces Taeil estaba ocupado estudiando para los exámenes de admisión, pero eso no le impedía dedicarle tiempo a ese chico de mirada dulce.

Ji Ho no lo supo, hasta que Taeil en el taller lo tomó de las manos y le contó a detalle lo que había ocurrido, esperando que lo aceptara de buena manera. Kyung también había emepezado a aparecer demasiado en la vida de Ji Ho y a veces a solas, tocaba el piano, sólo con intención de transmitir amor, pero no sabía a quien, aún no lo sabía.

Después de eso, Ji Hoon empezó a aparecerse más en el taller de música y también llevaba a Mino, quien poco después descubrió que Ji Ho era un chico agradable y tranquilo, contrario a lo que él pensaba y entonces inició su amistad, que poco a poco se volvió fuerte.

Pasaron los meses y Taeil se graduó, Ji Hoon no quizo llorar, pero no lo pudo evitar, pensó que había perdido tiempo y que no lo había aprovechado, pero para Taeil, fue el mejor año.

Después fue la graduación de los demás y ahí todos fueron por su lado, medio año después Mino se fue al extranjero a estudiar, pero prometió con el meñique que volvería.

Ji Ho fue fuerte y no lloró o eso aparentó y se despidió de un buen amigo, prometiendo que cuando volviera, tendrían que ir a beber juntos.

Taeil fue llamado por una agencia y ahí empezó una historia diferente.

-Me dijeron que tienes a un menor como novio- Dijo Jaehyo, mientras movía la cuchara de su té.

-Sí, es Ji Hoon- Respondió sonriente.

-Estoy feliz por ti- Dijo sin quitar la mirada de la cuchara.

-¿Y qué ha sido de ti?- Miró incómodo.

-Aún me gustas, pero si eres feliz, yo estoy bien con eso- Alzó la mirada.

-Jaehyo...

-No importa, Taeil...sólo quiero que seas feliz.

Jaehyo había pasado un par de inviernos abrazado a Taeil, pero después sólo terminaron, poco después Ji Hoon llegó a la vida de Taeil y este no pudo evitar estar celoso, pero la sonrisa de Taeil aún lo hacía estar conforme.

Jaehyo no ingresó a la universidad, lo suyo no era eso, sino ganar dinero y Yu Kwon lo siguió porque eran amigos y pensó que no era una mala idea.
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Dong Hyun sentía como el frio penetraba su rostro, ya que la bufánda no podía cubrir más allá de sus rosados labios.

Sus pies se enterraban en nieve, pero no era de extrañarse en esas fechas. Pronto la tarde llegaría y si no llegaba a casa, talvez no sería algo bueno.

El cansancio se presentó y esto lo obligó a descansar un poco. De pronto estaba en silencio, sentado y pensando en mucho.

Ese día era el aniversario de la muerte de su abuelo y fue a pedir bendiciones para que su proyecto funcionara, porque no quería fallar de nuevo, ya que la primera vez no le había ido bien.

No lo planeó, pero las horas pasaron y su camino a casa no iba a ser fácil. De la nada, sintió que algo estaba a su alrededor, pero no sabía la razón, es decir, estaba a orillas de la ciudad y ahí la gente era muy poca.

El abuelo había escuchado a Dong Hyun, eso pensó cuando un pequeño foco cruzó frente a sus ojos. ¿Qué era eso? Y pensó en todos los animales...una mosca, pero ¿Por qué prende? Aquí no aplicaba lo de la curiosidad y el gato, más bien fue que se levantó y tan sólo caminó por donde volaba ese pequeño insecto.

Pronto al cruzar por unos árboles, descubrió a miles de Lampíridos que volaban y hacían un hermoso espectáculo. Dong Hyun no supo como reaccionar, eran seres vivos y no, no eran humanos.

Alzó la vista y descubrió a un pequeño animal, caminaba en cuatro patas, era peludo y de enormes orejas.

-¡Abuelo!- Gritó maravillado al cielo.

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En el pasado, cuando la gente hablaba de comida, sólo existían cosas que ellos ya conocían como la carne, las frutas, verduras, semillas, etc.
Pero una vez que todo se destruyó, otra clasificación de comida surgió y no pertenecía a nada del plato del buen comer, la primera generación entonces encontró sabores y similitudes a las cosas que habían perdido. Ya no existían las vacas, pero había algo que nacía de árboles y que tenía un sabor más allá de lo parecido a la carne, ya no habían aves, pero algo nacía de la tierra que tenía una forma idéntica a las palomitas de maíz y tenía el sabor de un nugget de pollo, ya no habían fresas, pero debajo de las rocas habían pequeñas bolas de color blanco que sabían a las fresas y de ahí surgió la comida del nuevo mundo.
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Dong Hyun no lo dudó ni un segundo y decidió cuidar de lo que había encontrado. Tomó a Cero y lo cubrió con su abrigo, pero entonces recordó lo que había hecho antes, tenía que presentar a un perro que tuviera la capacidad de ser una mascota y eso definitvamente no lo haría, entonces pensó: Todo esto no hubiera sucedido si el humano no hubiera sido tan imprudente.

Entonces seguiría buscando algo orgánico en lo cual trabajar y eso sería un ser humano, porque era el único que debía de pagar por el mal que había hecho.

El pequeño perro gris ladró y Dong Hyun lo abrazó, no dejaría que él se fuera, estuvo años ambicionando con conocer a uno y no dejaría que lo lastimaran.
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Taeil se convirtió en Cero, sin saber que su creador sólo lo había hecho por venganza, pero no fue así del todo, porque Dong Hyun se enamoró de Taeil.

La mascota jamás notó las ausencias de su amo y tampoco sabía que él se reunía con verdaderos animales.
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Ji Hoon tenía que vivir, así que se decidió a conocer más gente, pero era imposible.

La gente no reemplazaba al amor de su vida, no hasta que un día tan sólo se levantó de su cama y abrió las cortinas para ver el amanecer.

Ya extrañaba sentirse vivo y cerró los ojos, mientras se repetía: Taeil ya no existe.

Las citas siguieron, pero nunca se decidió por alguien, tan sólo quería trabajar y vivir como soltero hasta que el amor volviera a su vida.

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Actualidad...

Pero la vida está llena de coincidencias y de sorpresas que a veces son buenas o malas y Taeil de nuevo apareció.

-Ji Hoon, prometo que jamás me iré de nuevo.

Pero pocos sabían que las promesas no eran para siempre.

Ji Hoon esa noche soñó a Taeil, caminando por un camino iluminado de pequeñas luciérnagas y supo que algo se iba a quebrar de nuevo...

Continuará.