CAPITULO 3: REALIDAD

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Seguía sin creer lo que estaba viviendo. Me sentía tan tranquila y tan relajada que sinceramente me sentía como algo parecido a una especie de paraíso. Mis mejillas estaban cansadas de tanto sonreír.

Después de que viera a Toby y que estuviera tan tranquila con William, le pregunté:

—Oye... ¿En serio no conoces a Carl?

William me miró a los ojos con gesto de confusión y respondió:

—Pero ya me preguntaste eso, no lo conozco, de hecho, ni lo he escuchado mencionar.

En ese momento, sentí algo, como que algo faltaba... Empezaba a sospechar de algo, como que un sentimiento me empezaba a alertar de algo, no sabría cómo explicarlo.

Me quedé en silencio y dirigí mi mirada al suelo. William me levantó la mirada poniendo su mano sobre mi mentón y preguntándome:

—¿Pasa algo cariño?

Yo simplemente lo miré a los ojos y le sonreí:

—No... Nada pasa, no te preocupes. Creo que me estoy confundiendo con algo.

Él no despegaba su mirada de mis ojos, hasta que de repente empecé a escuchar algo extraño, era una voz que venía no sé de dónde, pero se escuchaba como si algo la estuviese tapando u opacando. Era muy parecida a la voz de William, pero se escuchaba bastante alterado. Dirigí mis ojos hacia mis espaldas, pues sentía que de allí provenía. Volví a mirar a William, pero su boca estaba cerrada... ¿Por qué estaba escuchando eso?

Me asusté y rápidamente pregunté:

—¿Qué está pasando?

—¿De qué? —Dijo William preocupado.

—¿Acaso no escuchas?

—¿Escuchar qué? Todo está silencioso.

La voz que gritaba se hacía más fuerte y notoria, definitivamente era la de William.

—¡¿Por qué gritas?! —Exclamé.

William, al ver que le estaba hablando en un tono alto, se alejó un poco:

—Pero si estoy callado...

Todo de repente se empezó a oscurecer, mi corazón latía muy rápido, estaba muy asustada pues no sabía lo que estaba pasando. Después de un par de segundos, mis ojos se abrieron, estaba acostada en una camilla, tenía algunas intravenosas y Julian estaba al lado en otra camilla, también con algunas intravenosas. ME sentía muy débil, pero podía escuchar la voz de William, estaba bastante alterado, y por lo que podía escuchar, estaba culpando al científico por todo lo que había pasado.

Por otra parte, mis ojos se llenaron de lágrimas, todo lo que había acabado de ver había sido como una clase de espejismo, pero todo se veía tan real, se sentía tan real... Creo que era demasiado hermoso para ser verdad. Debí sospechar desde el primer momento... Desde que vi a mis padres, o cuando todo estaba tan tranquilo.

El ruido que estaban haciendo, esa discusión me estaba molestando, respiré profundo y grité:

—¡PAREN! ¡NO GRITEN!

William:

Estaba bastante molesto, de hecho, después de que el científico terminara de hacer todo, le seguía reprochando por todo lo que había hecho y lo que había pasado. Sin esperarlo, escuché un grito que efectivamente era el de Mariana.

Sin decir una palabra más, empecé a correr hacia ella. El científico me había dicho algo de dejarla reposar, pero no le quise poner cuidado, Carl también fue tras de mí, al igual que Rachel.

El Despertar Z 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora