Treinta.

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Las clases habían acabado por ese día y ambos chicos solo esperaban la hora para poder reencontrarse, se habían dado cuenta de la falta que se hacían al estar lejos y de lo bien que se sentían cuando estaban cerca.

Quizás ese click ya los había tocado a ambos o solamente estaba confundidos y necesitaban resolver sus dudas. Pero ¿que mejor que resolverlas entre ambos?.
Eran las 3:40 Ross había terminado de vestirse y se acomodaba su sedoso cabello rubio mirando cada cinco segundos el reloj de mano que tenía en su muñeca izquierda.

Por otro lado Laura estaba ansiosa de ir, ya había terminado de vestirse, se había atado su cabello dejando solo dos mechones por fuera y al igual que Ross deseaba que los minutos pasarán rápido.

Ambos chicos emprendieron su camino hasta el lugar acordado quizás llegar juntos al mismo tiempo no preocuparía al otro de que si llegó a tiempo o no, aunque en ambos no les molestaba ya que alguno de ellos siempre llegaba tarde sin excepción. Cuando Ross llegó al starbucks una Laura con una alta coleta de caballo entraba al recinto y al verlo a él una sonrisa adorno su rostro haciéndolo más resplandeciente. Según él. Pero es que solamente verla a ella, era como estar apreciando una bella y delicada obra de arte.

— Hey Lynch. ¿Te hice esperar mucho?— Pregunto esta al verlo sentado y tomo asiento frente a él.

— La verdad no, acabó de llegar—comentó con una sonrisa.

—Punto de suerte para mi —río de manera leve.—¿para que me invitaste aquí?

—Te dije, quería agradecerte por ayudarme

—Y yo te dije que no era para tanta molestia.

— Pero aceptaste y hemos aquí —Dijo divertido.

—Hemos aquí —Repitió de manera divertida igual.— Pero el punto es ¿solo me invitaste para agradecer?

Laura había dicho esto esperando que no solo hubiera sido por eso, esperaba que fuera por algo más.

— Si, digo, no. —la sonrisa de la chica se había desaparecido.

—Solo una opción de Respuesta Ross, ambas no son válidas —dijo con seriedad cosa que le trasmitió un leve escalofríos.— La tomas o la dejas, tu decides.

—La respuesta es no, no solo te invite para eso—soltó y luego suspiro.— lo que quiero decir es que desde hace mucho tiempo, bueno no mucho tiempo yo vengo pensando algo de ambos...

—Aquí está su orden —El rubio se vio interrumpido por el chico quien les trajo las bebidas y maldijo internamente eso.

—Gracias —dijo Laura mostrando simpatía cosa que a el no le agrado ya que el chico le sonrió de manera coqueta en respuesta.— Me decías Lynch.

Ross negó con la cabeza en señal de que después lo diría ya que debía poner en orden sus pensamientos.

Pasaron los minutos y la mente de Ross era todo un desastre, suspiró y se dispuso a hablar.

—Laura —La nombrada lo miro poniendo atención a sus palabras.— Iré al grano con lo que diré, sin nada de rodeos. —la morocha asintió — creo que me empiezas a gustar

—¿Crees o lo sientes verdaderamente? —Siguió mirándolo.

—Creo que si, bueno no lo sé, la verdad es que es muy confuso todo y...

El rubio se vio interrumpido otra vez pero esta vez fue por los suaves labios de la castaña quién se atrevió a besarlo, el chico siguió el beso con torpeza profundizándolo a su paso, las manos de la castaña fueron hasta la nuca del rubio y una de las manos del chico hasta la mejilla de ella, el beso fue casi perfecto hasta que ella se separo.

—También me gustas Rubio —Susurro sobre los labios del opuesto haciéndolo sonreír.

—Yo dije que creó —Susurro de igual forma este.

—No importa, te ayudaré hasta que lo logres

Ross sonrió ampliamente mostrando sus perfectos dientes.

—¿Y que hacemos ahora? —Conecto sus miradas.

—¿Besarnos nuevamente para romper la tensión?—dijo de manera des complicada.

—No se diga más —El chico volvió a unir sus labios formando un beso que está vez si era perfecto por que la mezcla de los sentimientos más bonitos estaba presente en ese instante.


Que dicen. Ross celoso, ¿Si o no?

Oye RubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora