Solo Una Pandilla De Prepa

Capitulo 5: Coma Inducido

- Vaya chica ruda resultaste. No puedo dejar que te deshagas de un compañero así. "Djinn Maldita".

En ese momento se le heló la sangre a Fernanda, volteo de inmediato, y era tanta su sorpresa como su estupefacción, era Dante, en ese momento salió disparada hacia el apuntando al cuello, a lo que el forajido respondió hábilmente poniéndole una pistola entre ceja y ceja, ella lo desarmo manoteando el arma con un ademan, suspendiéndola en el aire, en ese momento intento arremeter contra su pecho con su mano contraria, y el saco otra pistola apuntando a la cabeza de nuevo a quemarropa.

- *BANG!* - Sonó el disparo, y se escuchó y leve chisporroteo de la sangre seguidos de un par de pasos. - Nada mal para un combatiente, pudiste acercarte más de la cuenta de lo que muchos han podido a mis pistolas.

- *Tcht* - dejo salir un gemido de disgusto ella mientras se cubría la cien, a duras penas había logrado evitar ese disparo que le había rozado. – ¿Cómo sabes ese nombre, maldito?

- Todo a su tiempo, por ahora debemos salir lo más pronto de aquí, ese disparo ha de haber alertado a los polizontes, y esto escena no es muy favorecedora. – Dijo sarcástico al ver manchas de sangre, un agujero de bala, mesas desacomodadas y a un chico inconsciente. – Sígueme. – Espetó, recogió su arma y salió de allí.

Corrieron por los pasillos de asistencia por donde solo podían entrar los conserjes y el personal de la limpieza, puesto que a su vez era un par de pasillos tenebrosos al costado de la escuela. Salieron por los terrenos hacia la acera de enfrente puesto que ya todos los policías que se encontraban en ese momento habían entrado, ningún uniformado los vería salir, pasaron por el pasillo al costado del salón de fiestas que se encontraba de frente a la preparatoria, era simplemente un callejón con botes de basura, y unas 2 o 3 casas que se veían desiertas.

- Oye, esto no es lo suficientemente discreto – Dijo Diana puesto que ella pensaba que si alguien los veía parecería como alguien que se quiere deshacer de un cadáver.

- No te preocupes, la gente por estos andenes prefiere no meterse en problemas, aunque nos vieran no abrirán la boca, más aun, la conmoción de la policía y demás los ha hecho esconderse como ratones en sus madrigueras, estamos seguros.

- Pareces muy seguro.

- Tu más que nadie debería saber de cómo es esto, puesto que creciste en las calles no es así.

- ¡Silencio!

- Descuida, no dije nada comprometedor, mejor apresurarnos, se dónde podemos hablar.

Ambos caminaron un par de cuadras entre casas y edificio donde simplemente hacían como si todo fuera normal, como si vinieran de una fiesta con el amigo al que se le pasaron las copas, ellos interpretaban muy bien el papel, sonreían con la cara falsa más realista que tenían y platicaban sobre cualquier tema irrelevante a ese momento que se les viniera a la cabeza, entre mentiras, falsedades y un ambiente que para cualquier parecería del de buenos amigos y compañeros de clase, ellos podían distraerse, como si quisieran que ese momento fuera autentico, intentando convencerse a ellos mismos para que si alguien los veía, no sospechara nada.

Pasados los minutos llegaron a un motel, rodearon y entraron por la puerta trasera, Ignacio solo hizo un gesto asintiendo con la cabeza al chico que aparentaba sacar la basura de ese lugar, quien respondió con un gesto de: "Pasa". Caminaron por los pasillos entre gemidos, estruendos y gritos propios del establecimiento.

- ¿Seguro que aquí podremos hablar en privado? – susurro Ella deteniendo el andar del joven.

- Calla y sigue. – Ese ambiente de: "Somos amigos, no hay nada que ver aquí" había desaparecido en ese momento con esas simples palabras, no eran amigos, ellos lo sabían.