¿Y si accidentalmente cayeras en un mundo nuevo y desconocido a punto de entrar en el mayor de los caos?
Durante una guerra civil que una vez ocurrió en un tiempo y lugar inciertos, nuestro protagonista haya lo que para unos sería la mayor de las su...
-¡Vamos Owen, es para hoy! –Gritaba molesta una voz femenina al otro lado de la puerta.
Mis cansados párpados se abrieron lentamente, a medida que, gracias a la irritante luz del sol, me percataba de que ya era de día otra vez. Acompañada por los gritos, la chica golpeaba insistentemente la puerta.
-¡CÓMO TE ATREVES A HACER ESPERAR A LA GRAN MICHELLE! –Gritó furiosa dándole una patada.
Corrección: acompañada por sus berridos y gritos de loca, Michelle trataba de echar la puerta abajo. Por otro lado, yo metía mi cabeza bajo la almohada con la intención de dormir un poco más...
-Cómo sea. Pero que sepas que si no ayudas en la misión, no tendrás recompensa para pagar el alquiler MAÑANA. –Refunfuñó cesando sus golpes.
Acto seguido, escuché unos pasos por el pasillo; señal de que por fin me había dejado en paz, así que cerré mis ojos de nuevo y me acomodé.
-¡El alquiler de la habitación! –Exclamé
Instantáneamente, me levanté de un bote de la cama, recogí la bolsita de comida que no me comí ayer e inspeccioné la que iba a ser mi habitación.
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Era exactamente igual a la de Michelle, solo que más pequeña... y polvorienta. Además, cada paso que daba, la madera crujía de una forma bastante... siniestra.
Rápidamente salí al pasillo y toqué a la puerta de Silas, pero no obtuve respuesta alguna. Probablemente ya está en la planta baja (si es que no estaba durmiendo).
Recorrí el pasillo y bajé las escaleras fugazmente.
El amplio vestíbulo estaba mucho más apagado que ayer por la mañana, así que no fue muy difícil localizar a Michelle y a Silas frente al tablón de anuncios ojeando los diferentes folletos colgados.
-¿Qué te parece esta, mi querida Michelle? –Sugirió Silas cogiendo uno de los folletos y mostrándoselo a ella.
Mientras yo me acercaba, ella le arrebató el papel de mala gana y comenzó a leerlo.
-Veamos... Objetivo: Aniquilar al dragón aparecido en la caverna del lago, al sur. Recompensa: 30.000 ricth. No parece mala idea –Exclamó con una sonrisa.
La recompensa es generosa, sí; ¿pero de verdad estamos preparados para hacer frente a un dragón de buenas a primeras...? Es decir, yo no tengo ni habilidades ni armas, y por lo que comentaron ayer, Silas sabe manejar espadas, puñales y emplear magia de agua; mientras que Michelle puede disparar un gigantesco rayo. A simple vista, parecemos competentes (o al menos ellos) pero Silas utiliza espadas 100% de agua que él mismo puede crear al instante; pero al ser agua pura, no cortan absolutamente nada y atraviesan a los enemigos como lo haría un fantasma. Por otro lado, según ella, su rayo es mortífero y devastador; pero ya sabemos que no tiene absolutamente nada de precisión, y con nuestra suerte es más probable que nos alcance antes a nosotros que a nuestros enemigos.
