Capítulo 6

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De camino a la escuela, hablaba con Jackson sobre los deportes que le gustaría practicar.

—El basquetbol me haría aumentar mi estatura —dijo él.

—A las chicas les gusta tu estatura de duende —comenté riendo.

—¿Te hace feliz burlarte? ¿Uh? —exclamó— Mi tristeza te hace feliz ¿cierto?

Esa frase me recordó a Krystel, un día le pregunté si golpearme la hacía feliz y me dijo que sí. Eso dolió pero si eso es lo que la hace feliz entonces podía aguantar un poco el dolor físico.

—¿Puedes creer que Krystel ama hacerme sufrir? —comenté.

—¿Otra vez hablarás de ella? —bufó.

—¿De qué hablas?

—Siempre sacas a la conversación a Krystel, me sorprende que logres relacionarla con todo —explicó.

—¿Relacionarla con todo? —pregunté confundido.

—Aquella vez que hablamos de mujeres con poca ropa dijiste «¿Notaste que sus caderas son más anchas? Sus piernas son más largas de lo que parecen y su cintura está cada vez más estrecha, y ni hablar de sus pechos...» ¿Quieres que continúe o ya recordaste?

Juré que mi cara debió ser un poema, mis mejillas ardían.

—Lo siento —murmuré. No podía negarle nada, él insistiría más.

—¿Estás seguro de que no te gusta?

—¡Pff! ¿Ella? Se supone que alguien te gusta porque te hace feliz, no porque te golpee.

—A veces pienso que estás loco por ella.

—Sí, sí, como sea.

Ya habíamos llegado a la escuela.

—Deberías mojar tu rostro, aún está sonrojado —dijo burlón.

—Te veo en clase —respondí y corrí al baño de hombres para poder lavar mi rostro.

Sentí que el agua no ayudó mucho, pero tal vez no duraría tanto el sonrojo.

Luego de cerrar la llave del agua, tomé mis cosas y salí con destino al salón pero me detuve al escuchar aquella voz.

—¡Imbécil! ¡Retractate!

—Si no lo hago ¿Qué? ¿Qué me vas a hacer?

Me acerqué a ver qué es lo que ocurría. Ví a Krystel frente a un tipo enorme, tuve miedo, él podía lastimar su pequeño y delicado cuerpo. Me apresuré a llegar con ella.

—No me conoces —mascullo ella.

Entonces él la empujó.

¡Maldito Imbécil! ¡Lo voy a matar!

Ella terminó en el suelo, él se rió y yo corrí a levantarla.

—¿Estás bien? —le pregunté preocupado, si ese idiota la había lastimado yo haría lo mismo con él.

Ella no me respondió, se acercó al idiota y le dio el golpe más fuerte que jamás había visto ¿Acaso su especialidad son las patadas en la parte baja? Hasta a mí me dolió.

Él cayó de rodillas y ocultó su rostro, seguro estaba llorando.

—Si yo digo retratate, es porque tienes que retractarte —advirtió y se fue.

Sentí lástima por el pobre tipo, pero en verdad lo merecía. Seguí a Krystel y la detuve.

—¿Estás bien? —pregunté de nuevo.

—No es nada Tuan, yo en tu lugar le preguntaría a ese idiota si está bien.

—En verdad me preocupas —admití—. Por favor dime que estás bien.

—¿Te preocupó? —preguntó casi sorprendida— ¿Eso quiere decir que me amas en secreto?

¿Cómo lo supo? Digo, ¿De dónde saca eso? Ella se acercó a mí, pero no tenía esa amenazante expresión, tenía una tierna y linda, la que me gustaba. No supe en qué momento mi rostro volvió a calentarse y mis manos comenzaron a sudar.

Su risa sonó como música para mis oídos, casi nunca la escuchaba pero cuando lo hacía, tenía la sensación de que no podía haber nada mejor.

—Mira tu cara de Tuan —rió.

—¿Cara de Tuan? —musité confundido.

—Sí, tu cara de Tuan.

—¿Por qué cara de Tuan? Esperaría algo como cara de felicidad, cara de sorpresa e incluso cara de idiota pero no cara de Tuan.

—Porque cualquiera puede ser feliz, algunos pueden estar sorprendidos y la mayoría puede ser idiota pero tú. El simple hecho de ser tú, te hace Tuan. Es como una mezcla entre lindo, tierno, idiota y hasta atractivo. No te queda ninguna otra expresión que no sea «Cara de Tuan» —explicó.

Comenzó a alejarse, cuando intenté detenerla, no quería que se apartara de mi lado.

—Tú, tú tienes cara de... cara de tú. ¡Sí eso! ¡Cara de tú! ¿Cómo la ves? ¿Eh? — mi voz sonó orgullosa pero en el fondo quise golpearme contra la pared.

—¿Ah sí? ¿Y qué tiene eso de especial?

—Tu cara sólo tiene finas facciones, se supone que deberías causar ternura o conquistar centenares de corazones pero tienes la capacidad de causar miedo con tu mirada. Ahuyentas a todos con un sólo gesto, pero sólo yo quiero tratar de evitar que me alejes porque puedo ver el hermoso corazón que escondes tras esa agresividad.

Su burlona expresión desapareció, miró el suelo por eternos segundos, luego se acercó, acarició mi mejilla y la pellizcó.

—Awww Tuan, te pones tan sentimental que me dan ganas de golpearte —dijo sacudiendo mi cabeza sujetada por mi mejilla.

Instintivamente cubrí mi entrepierna con las manos. Ella sonrió y me soltó. Se fue sin saber lo descontrolado que estaba mi corazón luego de eso.

¿Me gusta? ¡Por supuesto que sí!
Sólo tengo que saber si le gusto también.

I Like You, Do You Like Me Too? [마크 트안]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora