Usuario23 comenzó a seguirte

CAPÍTULO 13: El Dedo En El Gatillo

—Emi —dice Camila, perpleja—, ¿qué estás haciendo?

—Dije tú o él... ¿A quién mato primero?

Emilia muestra una furia nunca antes vista, pero en su pecho solo siente un profundo y punzante dolor que no logra controlar.

—Emi... ¿No éramos amigas? 

Emilia aprieta sus labios y traga saliva.

— ¿Qué pasó contigo? Emi, yo te sigo queriendo, no hagas esto, por favor... 

—Siempre fuiste la más linda del curso —le confiesa entonces—. No sabes todo lo que sufrí estos veintitrés meses... estos casi dos años en los que has estado de novia con él —mira a Pablo en sus brazos, que no puede hacer nada al respecto—. No tienes idea de lo que lloré, a solas, en mi habitación, imaginándolos juntos... No tienes idea de lo que duele tener una amiga así de linda, de novia con el chico del cual siempre estuve enamorada... Soy un desperdicio de vida, mejor no me hagan caso...

Emilia comienza a llorar de una manera descomunal. Las lágrimas caen sobre Pablo, a quien libera de sus brazos justo en ese momento.

—Emilia, ¿podemos hablar? 

Pero ella no logra dejar de llorar.

—Ya es tarde —dice, y acto seguido apunta el arma a su propia cabeza.

— ¡No, no! —grita Pablo.

— ¡Emilia, baja el arma ahora! —Camila se desespera—.  ¡Piensa en lo que estás haciendo! ¡Hablemos de una vez!

— ¡No quiero seguir así! ¡Sean felices, lo merecen! Yo no merezco ser tu amiga, Cami, solo merezco dos cosas: la cárcel o la muerte, ¡y prefiero la segunda!

Emilia, ante la atónita mirada de los otros dos, introduce su dedo índice en el gatillo.

Y, mientras los policías se acercan a donde ellos están, Camila solo atina a arrojarse sobre su amiga.