¿No hay asesinatos? ¿No hay desgracias?
La nueva modalidad de la academia para jóvenes dotados a sido impuesta.
"La nueva moda, son las citas"
Sin embargo, aunque la pacifica vida dentro de esta escuela sea común. Un nuevo cambio de eventos intervie...
La cancelación del evento fue inevitable, la noche se avecinaba y los daños de la escuela eran más graves de lo que uno se imaginaba.
Saihara sabía de sobra en ese momento que Monokuma no atraparía a Kokichi, aquel chico había hecho un excelente trabajo ocultando datos de sospecha y aunque algunos le veían de mala forma, no tenían con que incriminarlo, en definitiva, Kokichi se la pensó más de dos veces antes de hacer su plan, sin embargo, no estaba muy seguro el detective, si estar actualmente en reposo gracias a la torcedura de su tobillo allá sido parte de su idea.
El pelimorado estaba acostado en su cama, en medio de la habitación quejándose de vez en cuando, aunque más que nada aquello era una especie de broma contra quien le acompañaba.
Aparte de Saihara, Kaito Momota le ayudaba a su amigo a mantener cómodo a aquel chico de vestimenta blanca llamativa, si bien al astronauta no le caía bien del todo Kokichi, podía pasar por alto aquella molestia gracias a que Shuichi lo necesitaba.
El detective acomodó las ultimas partes que Kirumi le había pedido, ya que ella salió a preparar bocadillos para Kokichi quien no había dejado de desquiciar a la maid hasta que esta no tuvo opción que traer su pedido.
- Bien, parece que hemos terminado, solo falta esperar a que Kirumi venga – comentó Shuichi recorriendo una vez más con su vista todos los puntos del dormitorio de Kokichi.
La mayoría de los alumnos habían ido directamente a dormir, por esa razón la academia estaba muy tranquila.
Ni si quiera las bromas de Kokichi que comenzaban a hacerse presentes en las quejas de Kaito pudieron romper semejante tranquilidad.
- ¡Oye! ¡Enano! ¡Deja de estar jugando y tomate la medicina que te trajeron! – reclamaba Kaito con un tono eufórico.
- No puedo hacerlo si no sueltas la bandeja, eres bastante tonto Momota-chan – Kokichi contestaba con cierto toque fastidiado mientras que sus manos tomaban la bandeja que ninguno de los dos soltaba.
- ¡¿A quién le dijiste tonto?! – preguntó de nuevo molesto Kaito.
- ¿Eh? ¿No lo deje claro? A ti Momota-chan, otra razón más para sospechar que no usas tu cerebro – las formas en las que Kokichi le dirigían las palabras a su compañero, estaba terminando de sacar de quicio al astronauta quien cada vez menos se controlaba.
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Saihara rio nervioso, de verlos no podía creer que tuvieran su misma edad, parecían unos pequeños niños peleando por todo, a veces podía entender el porqué Harukawa se la pasaba persiguiendo y regañando a Kaito y Kokichi, eran demasiado escandalosos para el gusto de alguien.
Se escuchó el educado toque de la puerta, Saihara de inmediato atendió al llamado de la puerta ignorando el escandalo detrás suyo, Tojo Kirumi fue la persona en aparecer, traía consigo una pequeña maleta que explicó después su contenido, vendas y más medicinas dadas por Monokuma para el cuidado de su estudiante, más aparte había traído los bocadillos para el escandaloso de Oma.
