Yuko

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Hoy me ha pasado algo muy extraño. Caminaba por la calle como suelo hacer, distraída con un libro, cuando me he chocado con Lara. Es una chica bastante rara, y siendo sinceros me da bastante pena, porque cuando va por los pasillos la gente se aparte y, en clase, nadie quiere sentarse a su lado, hasta tal punto que me he tenido que poner yo como su compañera.

Sin embargo, no me parece una chica demasiado mala, solo un poco creída. Creo que la han hecho sentirse tan mal consigo misma que su personalidad ha variado, y hace como que está enfadada con el mundo, demostrándolo con su prepotencia y una barrera que nadie pretende cruzar. Creo que lo único que me da miedo son sus camisetas y cinturones a pinchos, pero tampoco debería de quejarme, siendo como soy una chica que siempre va en ropa cómoda y demasiado grande para mi talla.

El caso es que he chocado contra ella y mi libro y mi bolsa de deporte han acabado en el suelo, junto con su MP3. En un principio he hecho amago de agacharme, pensando que iba a acabar muy malparada, y he visto una mano rozar mi pelo al encoger la cabeza. Si digo la verdad, he temido por mi vida al ver su cara de cabreo.

Pero ella se ha agachado y he visto como recogía mis cosas y me las daba al tiempo que se volvía a colocar su MP3 y se iba, acelerando el paso antes de que haya podido darle las gracias. Y mientras se iba he podido ver cómo en sus manos había una bolsa que antes no había visto... en la que parecía vislumbrarse un videojuego. Yie Ar Kung-Fu.

Es uno de mis videojuegos favoritos y uno de los pocos que conozco, y juego a él desde pequeña. Es uno de esos juegos de gamebox ya olvidados, un arcade en la que un personaje protagonista debe luchar contra diferentes personajes a base de moverse hacia los lados, saltar y recolectar armas con las que va luchando y desbloquear niveles. Su autor es mi autor favorito, Konami, la base de los videojuegos de lucha modernos.

Amo ese juego, y ver a alguien que lo conoce y que, de hecho, tiene una gamebox con la que jugar, me desubicó. Justo por eso acabé chocándome de nuevo mientras camino, esta vez con una farola, y me he dado cuenta de que iba por el lado que no era, así que he tenido que girar y rehacer todo el camino, aún pensando en el arcade y en su portadora.

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