14.Culpables

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El asunto daba vueltas en mi cabeza. Me preguntaba "¿Cómo podré decirle a Emma que no iré a hablar con el alguacil?".

La pregunta se mantenía en pie, aunque para ella no hubiera una respuesta concisa y directa.

Mientras formulaba preguntas en mi mente, fui interrumpida por una voz desde mi balcón que decía mi nombre, una voz esta vez preocupada y con un toque firme.

—Lilian —escuché— Debemos hablar.

Allí fue cuando me pregunté: ¿Sobre qué debemos hablar esta vez? Zayn y yo ya habíamos conversado con antelación sobre el caso de Dean y los posibles culpables, así que, ¿qué irá a decirme?

Su rostro no se notaba calmado, se veía más bien agitado y un poco abatido.

—¿Qué quieres decirme? —pregunté a la expectativa.

—Creo saber quién es el culpable de todo esto —informó entrando en la habitación.

Lo invité a sentarse haciendo un gesto que señalaba a la cama. Él tomó asiento.

Sus ojos transmitían dolor, cada vez más intensos; sus labios se movían como si temblaran, su piel se veía algo pálida y su semblante estaba firme. Esa posición de sus manos, empuñadas fuertemente. Todo indicaba claramente el estado en el que se encontraba. Estaba totalmente furioso, pero más que la furia, podía percibir los sentimientos que en este instante le invadían:

Dolor, sufrimiento, odio, rencor, con una pequeña gota de tristeza que era finamente ocultada por su frialdad e indiferencia.

—Fue ella, Lily. Fue Reese —contó con rabia en su mirada. Apretó sus manos, aún más fuerte, aumentando el tamaño de sus venas.

Compartía su dolor. Verlo así me hacía sentir lo mismo, y no quería verlo sufrir.

Me senté a su lado y lo miré esperando el momento ideal para hacerle una pregunta.

—¿Qué te hizo pensar que fue Reese? ¿Puedes decírmelo?

—Observé caerse de su bolso un papel que contenía la dirección del río Cembert, correspondiente a la fecha del día de la muerte de mi hermano.

—¡Imposible! —no tardé en sorprenderme— ¡No puedo creerlo, Reese Griffin no es sólo una chica arruina autoestimas, sino que también es una posible asesina!.

—No es todo —retomó la palabra— Varios de mis contactos afirman haberla visto media hora antes de la muerte de Dean en aquel lugar. Estoy seguro de que debe existir algo más que la incrimine.

—Tal vez...

Su expresión se transformó en una seria y fría emoción que me prohibió identificar lo que había detrás de él. Me prohibía conocer sus sentimientos, aquellos que había notado y ya no podía deducir.

—¿Quieres que te ayude a investigar más a Reese? —pregunté, creyendo saber qué es lo que él quería.

—No —contestó.

—¿Entonces qué? —volví a plantear una pregunta.

—Quiero que te alejes... —no me miró siquiera— De mí. De ella. De todos.

—¿Por qué debería alejarme, de ti y de todos? —cuestioné.

—Es lo mejor para ti y para tu familia —dijo.

—Ya salí herida una vez, y si me pides que me aleje de ti saldré aún más herida.

—¿A qué te refieres?

—He recibido notas... —le conté bajando un poco el tono.

—¿Qué? ¿Te amenazaron? —se expresó un poco alarmado.

Indiferente © [EDITANDO] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora