Vindicta //Yoonmin//+18

Capitulum XIII

-Estoy harto de esto Taehyung –Golpeó la mesa del club con enojo. Tomó una de las tantas botellas que había en la mesa y le dio un largo trago. El alcohol no le estaba haciendo efecto. La supuesta medicina para el olvido no era lo suficientemente fuerte como para olvidar lo que estaba sufriendo con Suga.

-Ey, despacio zanahoria –Le arrebató la botella con rapidez. No iba a dejar que se la acabara. Al fin y al cabo él también tenía que olvidar a Jungkook pero al igual que Jimin no surtió efecto alguno- ¡Agh, porque los lindos como nosotros son los que tienen que sufrir! –Gruño tirando la botella al suelo. Por suerte no se rompió y si lo hizo ni siquiera escucharon el ruido, la música estaba tan alta que muy apenas se escuchaban a ellos mismos.

-Estúpida gente, estúpido Jungkook, estúpido Suga, el mundo es estúpido –Cubrió su rojizo rostro con sus manos. Estaba de ese color debido al alcohol. Si bien los efectos del licor no sirvieron para borrar su dolor vaya que sirvió para ponerlo ebrio.

-Yo no soy estúpido –Menciono mientras hacía un puchero. Estaba en el mismo estado que Jimin. Abrazó al peli naranja con debilidad. Se estaba poniendo sentimental. Si, estaba completamente ebrio- Bueno, tal vez lo sea por haberme enamorado de un enamorado.

-Entonces yo también soy un estúpido –Abrazó de la misma forma a Taehyung. En su bonito abrazo se movían con lentitud. Era como un baile de niños. Si bien no estaban conscientes de lo que hacían aún eran capaces de percibir lo que sucedía a su alrededor.

Por suerte para ambos chicos, las botellas se acabaron. El efecto del alcohol se les paso rápido algo muy impresionante pero también muy deprimente. Sin la ayuda del alcohol más que la de ellos mismos lograron olvidarse un momento de sus amores no correspondidos. Salieron del club en el que la fiesta aún continuaba y decidieron quedarse solos en la limosina. Ahí tendrían tiempo para reflexionar y hablar sobre sus situaciones.

-¿Viste como Jungkook se subió en la mesa? –Preguntó con curiosidad al peli naranja a su lado. Jimin solo le miro con inconformidad mientras negaba con la cabeza. Estaba tan preocupado con lo que pasaría mañana que no tenía tiempo para ver al estúpido de Jungkook.

-No Tae no lo vi –Saco su celular con la intención de buscar el número de Suga. Tenía que escuchar su voz, tenía que escuchar su explicación de los hechos. Pero cuando iba a realizar la llamada el joven a su lado se lo quitó- ¡Tae!

-No Jimin, si no quieres que piense en Jungkook tú tampoco debes de pensar en Yoongi –Abrazó el teléfono con sus manos mientras era arañado y golpeado por un desesperado niño. Harto de las suplicas abrió la puerta de la limosina y lo lanzo hacia afuera. Jimin miró su teléfono en el suelo hasta que Tae cerró la puerta. Los golpes volvieron por parte del menor quien le maldecía. Su única alternativa fue callarlo. No supo porque pero en vez de cubrir su boca con sus manos se decidió a callarlo con un beso. Lo cual sorprendió a ambos incluso al mismísimo Tae quien era el que había comenzado.

-¡¡Tae!! No hagas eso tan de repente, no estoy desesperado ni nada –Empujo al destructor de celulares una vez que se separaron del beso. Estaba apenado por las acciones de su amigo. Si bien no estaba arrepentido porque él no lo había provocado. Él quería seguir siéndole fiel a Suga, a un Suga que probablemente se estaba acostando con Jin o Hoseok. Probablemente...

-¿Quieres olvidarte de Suga por un momento, no? –Expreso con algo de molestia a la persona frente a él. El Jimin de siempre estaba comenzando a atacar. Las piernas del peli naranja empezaron a temblar mientras intentaba alejarse de él. Taehyung se acercaba cada vez más cuando Jimin retrocedía. Hasta que su espalda toco el final de los asientos de la limosina.

-Tae –Susurró en un respiro. Su ansioso amigo estaba tan cerca que podía sentirle respirar. En sus mejillas no tardo en formarse un sonrojo. Miró a otro lado con tal de no ver los ojos tan hipnotizantes de aquel barman frente a él. Le fue denegada esa actitud tímida y pasiva. Tae lo sujeto del mentón haciendo que girara su rostro en dirección hacia él.