Vindicta //Yoonmin//+18

Capitulum VIII

Las preguntas invadían la cabeza de ambos. Ninguna pregunta era respondida. Después del incidente con Taehyung no continuaron con lo suyo. De hecho estaban tan apenados que decidieron ponerle fin a su lindo encuentro de esa noche. Yoongi llevó a Jimin a su casa donde se encontraron con el oficial de policía más guapo de todos esperándolos en la puerta. El desarreglado chico entro a la casa con rapidez evitando todas las preguntas de su amigo. Dejando a solas al pervertido oficinista y al policía modelo. Jin observo con cuidado cada detalle de la vestimenta de Suga pero se distrajo con facilidad al ver esas marcas en sus muñecas.

-Me encantaría saber el porqué de esas marcas –Señalo con curiosidad apoyándose en el marco de la puerta. Era una persona que se interesaba mucho en la vida de las demás personas, personas con las que no tiene nada que ver. En otras palabras, un chismoso.

-Me encantaría saber él porque no pago la renta –Respondió con un tono de burla. Ambas miradas reflejaban entendimiento entre ambos. No querían hablar del tema. El silencio los invadió por unos segundos hasta que Jimin apareció tras la ancha espalda de Jin. Parecía un niño tras su madre. Y lo parecía aún más con ese pijama de gatos puesta.

-Suga, no sé si tienes un lugar donde quedarte pero tengo otra habitación de huéspedes por si deseas... -Comenzó a atorarse en las palabras. Le daba pena preguntar si quería quedarse en su casa. Aunque ya habían estado un par de veces juntos en su hogar, nunca se había quedado a dormir por la noche. Parecía un niño.

-Está bien pero no creo que usemos tres habitaciones, con dos sera suficiente –Habló el pelinegro entrando a la casa. Madre e hijo se quedaron en la puerta viendo como Suga subía las escaleras.

-¿Con dos? –Cuestiono el inocente chico. Al parecer no entendió la indirecta de que dormirían juntos. Jin solo sonrió con pena mientras le susurraba todo en el oído. Sus mejillas se sonrojaron y sin perder tiempo subió las escaleras con rapidez. Iba tras su querido Suga.

-Jimin es demasiado inocente –Cerró la puerta tras dar un suspiro. Miró el suelo con algo de molestia y apretó un poco los dientes- No puedo creer que se haya fijado en el –Musito con un tono de molestia. Suspiro intentando aliviar su humor y se sentó en la sala para leer un libro.

La noche se mantuvo tranquila para ambos. El frío invierno comenzó el día siguiente de tan calmada velada. La habitación en la que resguardaban ambos era la más cálida de la casa. Cubiertos de una ligera sabana que muy apenas lograba cubrirlos a ambos. Aun así no lograban sentir frío. El abrazo de ambos era lo suficientemente reconfortante y cálido para olvidar el frio ambiente. Los delgados, lastimados y tibios brazos del mayor sujetaban al frágil chico en un tierno abrazo. Ahora él era el primero en levantarse. No se movió de aquella posición. Se quedó ahí, inmerso en un sentimiento de cariño expresado en aquel abrazo. El bonito rostro de su pareja estaba manchado por un rojizo color en la nariz. Tenía frío. Presiono aquel abrazo con la intención de brindarle más calor pero en su intento logro despertar al bello durmiente. Sonrió al ver a su pequeño amor tallarse los ojos con las mangas del pijama. Era un niño. Era su niño.

-Yo no te desperté tan temprano –Lanzó un pequeño bostezo intentando despertarse por completo. Soltó una pequeña sonrisa al ver aquel pálido rostro frente al suyo. Hace mucho que no se sentía tan querido. Le encantaba el sentimiento de tener a alguien a su lado.

-Y yo no te desperté tan tarde –Soltó una pequeña risa al ser empujado por el peli naranja dormilón. Acaricio aquel sedoso y desarreglado cabello naranja. Aun pensaba que se le veía mejor el cabello rubio pero si se lo dijera estaría mintiendo. Le encantaba como se veía con cualquier cosa.

-Suga, te casaras en dos semanas –Murmulló intentando ocultar la tristeza que le invadía hablar sobre el tema. Era necesario pero también era doloroso. Saber que la persona de la que estás enamorado se casara con alguien. Y que ese alguien no eres tú. Realmente se siente tan solitario. Tan triste. Tan mal.