7: A Bloody Week #2

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La luna blanca se teñía de rojo ese veinticinco de Natusest. El reino de los demonios estaba en su máximo apogeo, puesto que la Semana de Sangre era la celebración más importante de todos los tiempos. Era la semana del nacimiento, de la purificación, de la muerte y el fin de un ciclo para comenzar uno nuevo.

Los únicos siete días del año en los que podías nacer. Los únicos en los que debías morir.

La Semana de Sangre del año 418 fue abierta por el mismísimo Rey Raikan, cuyo poder ha mantenido por más tiempo que nadie desde la Diosa Mulier.

Sólo tuvo que mover tres dedos de su mano izquierda, y los cincuenta desafortunados que lucharon contra él perdieron la vida en menos de cuatro minutos.

La arena de batalla fue ocupada por los demonios más jóvenes que habían pasado la restricción de edad. Para algunos era su iniciación, el día en que debían matar por primera vez o morir en el intento. Para otros, era el máximo regalo formar parte del torneo que se hacía año tras año. Ése era el caso del príncipe heredero al trono, Riuk.

Riuk no sólo era conocido por el siguiente que portaría la corona, sino que más bien, era el villano principal en las peores pesadillas de cualquier demonio que se haya topado con él. Riuk poseía el arma que más hacía temblar a Oliver: La Head Breaker. Cualquiera la describiría con forma de bate, un bate muy grueso y pesado. Empezaba con una simple agarradera de acero (como todas las armas de los demonios), para subir en cuarzo rojo un bate con la doble anchura de la cabeza de un adulto. Ésa no era la peor parte: estaba plagada de picos y espinas. No le decían el Rompe Cabezas por nada.

Oliver tampoco sufrió en vano el día que Jefferson le dio a Riuk un Head Breaker de acero. Él practicaba con esa cosa contra Oliver en todos sus entrenamientos.

Oraba por irse de ese reino antes de que su hermano probara con él la original.

Oliver nunca ha soportado este tipo de espectáculos.

OLIVER'S POV

De todas las divisiones del ciclo, Natusest era la peor de todas.

Tyler y yo estamos de acuerdo en que el sistema calendárico de Dainomium era horrible, y a veces no servía de nada. Todos los demás reinos tenían el mismo: años, meses, etcétera, y eso era porque a diferencia de nosotros, ellos tuvieron dioses que sí se pusieron de acuerdo para que cada reino tuviera similitud entre épocas y fines de año. Pero Dainomium no.

Mientras allá le llamaban "año", aquí se conocía como "ciclo", los "meses" se denominaban "divisiones", y cada "división" tenía un nombre que carecía de sentido para mí hasta el momento.

Como Natusest (en otros lados conocido como Octubre), éste mes era el último del año aquí en el reino, nuestros ciclos acababan éste 31 por lo mismo de "nueva época" después de la Semana de Sangre.

La Semana de Sangre se caracterizaba por tres cosas: la más importante y la primera, era que sólo en ésta semana se tenía permitido nacer, desde el inicio del día veinticinco hasta el treinta y uno. El asunto es que, quienes nacer fuera de este rango de días son considerados demonios impuros, ya que carecen de poderes, y no es necesario tener una arma de cuarzo rojo para matarlos. Por esto, si nacen aunque sea un segundo antes, u otro después, mi padre se encarga de mandarte de matar. Una sádica tradición que se remonta desde hace generaciones.

Another Day Without Us: SAGA-ONE SHOTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora