(Regina)
Después de eso no volví a respirar igual. Nada. Decirlo en voz alta me había dejado sin nada.
Fui a mi despacho y vi las llamadas en el teléfono. No podía soportarlo. Desconecté el teléfono y lo metí en el cajón. No soportaba el aire, me costaba respirar. Estábamos enfermos. Todos. Y no había cura posible. No podía pensar con claridad, me temblaban los brazos al buscar entre los papeles, así que los tiré de la mesa. Quería destruirlo todo, a todos...a mí misma. Estaba enfadada, me odiaba con todas mis fuerzas, odiaba lo que había hecho y lo que sentía. Lo odiaba todo, y no podía sacarme esa sensación del pecho que no me dejaba respirar.
La quería. ¿Por qué dije eso? Era horrible. No tenía que pasar. Cuanto más pensaba en ello más me costaba respirar. Solo quería morir con algo de dignidad. Pero entonces llamó a la puerta. No pensaba abrirle. No podía ni verla. No podía mirarla a los ojos y verme reflejada. Era detestable. Estaba sucia. Pero continuó llamando. Cada vez que llamaba me sentía más humillada, más repulsiva. Necesitaba redimirme, pagar por mis pecados y ser purificada. Y creí que estar con ella bastaría, pero solo empeoraba las cosas. Solo había empeorado las cosas. Necesitaba confesar y suplicar perdón, recibir un castigo... Pero ella insistía en que la dejara pasar. Al cabo de un rato dejé de oirla, y me acerqué sigilosamente a la puerta. Seguía ahí, podía sentir su respiración. Estaba tan cerca...y no podía alcanzarla. Había una barrera entre nosotras, y jamás debí cruzarla. ¿Como pude pensar que podía salir bien? Todo lo que siento, todo lo que jamás he sentido, ha estado mal. Solo siento cosas enfermizas. Deberían encerrarme.
Al recoger a Henry de la consulta de Archie, me preguntó si un Whale y el psiquiatra eran pareja.
-¿Quién? ¿Por qué?- Aparté la vista de la carretera, frunciendo el ceño y volviendo a centrarla en ella.
-Siempre está hablando de él, y en el libro me pareció... Es igual...-
-¿Qué está enamorado de él?-
-No lo sé... Creo que viven juntos...-
Intenté no apartar la mirada de la carretera. No entendía lo que me estaba diciendo, ni por qué hablaban de eso en sus sesiones. Dejé a Henry en casa de un amigo, me preguntó si se había metido en un lio, o si había metido a Archie en uno. Le dije que no, le dediqué una de mis mejores sonrisas, y decidí volver a la consulta. Lo pillé yendo hacia su coche. Se quedó quieto al verme, como si supiera que iba a hablar con él.
-¿Va todo bien, alcaldesa?- Se extrañó.
Yo asentí, frunciendo el ceño y acercándome a él. -Quería hablar con usted si es posible.-
-Bueno, la verdad es que ya me iba a...-
-Es sobre algo que me ha dicho Henry en el coche...- Le interrumpí, alzando una ceja y levantando la mirada. Me costaba mirarle a los ojos. -¿Podemos pasar adentro?-
-Está bien...- Entramos a la consulta, pero nos quedamos en la sala de espera. -¿De qué se trata?-
-¿Qué le ha dicho a mi hijo de Víctor?-
-¿Cómo?-
-Whale. Henry me ha dicho que viven juntos. Me ha preguntado si son pareja.-
-Oh dios mío...-
-¿Puedo preguntar en qué parte de la sesión le habla a mi hijo de esas cosas?-
-No, claro que no. Es decir, no le hablo de... Oiga, Regina, no es lo que cree... Alguna vez lo he utilizado de ejemplo en alguna historia pero...-
-¿Vive con ese hombre?- Fruncí el ceño, manteniendo la mirada gacha y sin saber muy bien lo que estaba haciendo. Me sentía muy incómoda.
-Regina, por favor, le aseguro que yo nunca... Henry no... Oiga, ¿qué quiere de mí? Estoy tratando a su hijo, y lo hago lo mejor que puedo, jamás haría algo que pudiera...-