Ana:
Ya era Viernes, por fin. A pesar de que era mi día para mi, y para Mimo, por supuesto, esa noche Agoney me había prácticamente obligado a ir a una de sus discotecas favoritas en Madrid. Con la excusa de que no salía nunca, llevaba unos fines de semana que tela... Total, que en menos de veinte minutos pasaba a buscarme y yo aún ni me había vestido, qué desastre... Opté por un vestido negro, bastante corto y ceñido, uno de mis favoritos, y ahora que lo pienso, para ser de mis favoritos no me lo ponía mucho.
Pasada media hora, Agoney ya me había llamado como mínimo veinte veces, bajé al portal donde estaba esperándome, y aunque llevaba unos diez minutos allí, tenía una sonrisa radiante en la cara, como siempre.Agoney: -Bueno morena ya era hora no?-
Nos dimos dos besos y un abrazo cariñoso.
Ana: -Encima que vengo obligada...-
Agoney: -Si al final siempre te lo acabas pasando mejor que todos, de qué te quejas?-
Ana: -Anda vamos porque a este paso no llegamos nunca, y no se tú pero yo me estoy congelando.-Pusimos rumbo al coche de Agoney, que gracias a dios estaba cerca, porque lo de que me estaba congelando no iba en broma...
Una vez llegamos, me fijé en el sitio, desde lejos ya se oía la música, muy comercial, del estilo que a Ago y a mi nos gusta bailar, esto pintaba bien. El local llamaba la atención, tenía letras en neón verde que ponían "El Verde" y se veía a gente entrar y salir constantemente tambaleándose, pero eso sí, sin derramar ni una gota de su vaso.
Ago me miró y cuando le devolví la mirada, me dio una sonrisa cómplice.
Agoney: -¿Qué? Lista para pasártelo genial?
Yo rodé los ojos pero su sonrisa se me contagió sin poder evitarlo.
Ana: -No me mires así, por muy soltero que tú estés, yo tengo a Javi...-
No se porque, acordarme de él no me trajo ningún tipo de sentimientos, ni buenos ni malos, como si me fuera indiferente, y si hubiera tenido un poco más de tiempo, habría analizado porqué pensar en el amor de mi vida no me hacía saltar de alegría.
Agoney: -Uy qué mal pensada, yo hablaba de bailar todas las canciones Anita...- y volvió a poner esa sonrisa cómplice, que, no nos vamos a engañar, me encantaba.
Ana: -Anda tira, que tengo sed-. Fue lo único que se me ocurrió para evitar la conversación, sabía de primera mano que a Ago no le gustaba Javi, y yo evitaba que entráramos en estos temas, no me gustaba discutir con él.
Una vez dentro, Ago se encargó de pillar las bebidas, ya que me obligaba a salir, tendría que tenerme contenta.
Ilusa de mi, que pensaba que íbamos a ser solo él y yo, como en los viejos tiempos, pero a veces se me olvidaba que era el hombre más popular que he conocido jamás.
Al llevar unos veinte minutos en una mesa bebiendo para ponernos a tono y bailar como es debido, apareció un grupo formado por unas cuatro o cinco personas, con la de gente que había y la poca luz, ni los pude contar.
Ago se acercó y comenzó a saludarlos a todos, yo al principio me quedé sentada en el taburete, ¿realmente tenía que ir a saludarlos? Pues sí, Ago se giró y me hico una mueca para que los saludara, y así lo hice, les di un beso a todos, a un hombre un poco más mayor que nosotros pero con una mirada jovial, era muy mono, con su barbita y su sonrisa, se llamaba Ricky. Luego estaba un tal Raoul, era mas niño y me pareció adorable su sonrisa. Miriam era otra de las que estaba, me sorprendió su acento gallego la verdad, no tenía pinta de ser gallega, digo yo. Y por último Aitana, me pareció super maja desde el minuto uno, con su voz de niña buena.
Al final se sentaron en nuestra mesa y no me importó la verdad, me parecieron buena compañía, una media hora después y bastantes copas, comencé a arrepentirme de no haber ido al baño en casa, o de haber bebido tanto, porque ahora a ver cómo llego yo al baño...
Me armé de valentía porque me sabía mal interrumpir la conversación.
Ana: -Voy al baño, que no aguanto más.- dije mientras me levantaba como podía.
Agoney: -¿Estás segura de que en estas condiciones vas a poder llegar?- me preguntó mientras soltaba una risita tierna.
Ana: -Ago no te preocupes, he ido peor y recorrido mayores distancias.- no sé porqué me salió así, podría haberle dicho que sí, pero creo que ya no era yo la que hablaba, o al menos, no solo yo, porque mis tres cubatas de vodka me estaban ayudando...
Ricky: -Si te pasa algo grita.- dijo riendo el mayor.
Ana: -Eso haré-. Asentí, me encantaba su humor, y continuarle las bromas me divertía bastante. Mientras me iba camino al baño, cosa que me pareció una misión imposible, les oí reír a lo lejos y decir algo de mi, pero no pude oírlo, cada vez esta discoteca estaba más llena y se me hacía más difícil caminar, imagínate oírlos.
Llegué al baño, por fin, pensé, me había parecido un viaje eterno, menos mal que no estaban ocupados, porque lo habría pasado mal... Al salir ya mucho mas tranquila, fui al espejo a retocarme, lo hice por instinto básicamente. Al girarme para irme, me choqué con alguien, como no, Ana Guerra chocándose con todo o todos, qué novedad.
Ana: -Perdón.- dije ya por instinto. Justo después me giré y vi unos ojos verdes que me miraban. Menudos ojazos pensé, y eso que no suelo fijarme en ellos de entrada. Pero esos, me cautivaron desde el minuto uno.
Mimi: -Tranquila, no pasa nada.- me sonrió. Yo le habría contestado algo de vuelta o habría salido de allí pero es que solo dejar de ver esos ojos me resultaba inmensamente difícil, lo achaqué a las copas que llevaba encima...
Mimi:-Oye estás bien? Te veo un poco... distraída.- rió. En ese momento volví a la Tierra y pude contestar para no parecer una idiota. Aunque lo que dije tampoco lo mejoró la verdad, pero tenía que decirlo...
Ana: -Sisi, perdón pero es que tus ojos...- y me callé, es que no había forma humana de continuar la frase la verdad.
Mimi: -es que mis ojos qué?- siguió sonriendo la rubia. Y en ese momento me fijé en ella, más alta que yo, rubia, con unos ojazos verdes y la sonrisa más bonita que había visto. Unos labios que tampoco se quedaban atrás... con un mono blanco que le sentaba de miedo y unos tacones negros que la hacían mas alta de lo que ya era. Después del repaso impresionante que seguramente le di me di cuenta de lo que le había dicho, mierda.
Ana:-Lo siento, es que llevo alguna que otra copa de mas, soy Ana.- reí, quise darle la vuelta a la conversación, a pesar de que tenía que irme porque hacía bastante que estaba en el baño, quería saber más de ella, me parecía algo así como un mundo por descubrir.
Mimi:-Mimi, encantada.- volvió a sonreir, menuda sonrisa, me entraron ganas de decirle que su sonrisa era preciosa también pero gracias a dios me contuve. En ese momento entró Miriam en el baño, y la verdad es que se me había olvidado el resto del mundo, y en cuanto entró me di cuenta de ello.
Miriam: -Tía que al final nos has preocupado a todos de verdad...- dijo justo al entrar sin mirar ni siquiera si estaba en los baños.
Miriam: -MIMIII.- y de repente la gallega saltó encima de Mimi, yo me quedé confusa durante un momento, hasta que Miriam me lo explicó al ver mi cara de confusión.
Miriam:-Te acuerdas de la chica que estábamos esperando de la que antes ha hablado Ricky? Pues ya la conoces por lo que veo.- Sonrió Miriam. Así que era amiga de Ricky y el resto? Osea que vendría con nosotros toda la noche? Genial porque tenía muchas preguntas para ella.
Ana:-Pues encantada otra vez.- dije sonriendo intentando disimular que me costaba hasta articular bien las palabras. Pero al parecer la rubia se dio cuenta al segundo.
Mimi:-Igualmente pero mejor vamos fuera donde puedas sentarte, que con la de alcohol que llevas, a ver si te vas a caer o algo.-
Miriam:-Pues venga chicas, yo os llevo porque si no...- y las dos se rieron al unísono, yo tardé mas en pillarlo y por lo tanto me reí unos segundos después.
Mimi:-Joder con la amiga, venga vamos.- y me cogió de la mano para que no me perdiera. Supongo que es el alcohol el que habla, pero me pareció un gesto muy tierno por su parte.
Al volver Ricky casi tira la mesa para saltar a abrazar a Mimi, por lo que supe mas tarde eran muy amigos. Me pedí otra copa, con la media desaprobación de la rubia en sus ojos, yo le dediqué una sonrisa que decía algo así como "yo controlo, tú tranquila".
Mimi se pidió un par de copas más y se soltó un poco, todos continuaron hablando de lo suyo, pero al final, ella y yo acabamos separadas del grupo y hablando sin apartarnos la mirada ni un segundo. Ya eran las tres de la mañana y contra todo pronóstico, la discoteca se llenó aún más, así que tuve que acercarme más a Mimi para seguir hablando. En ese momento noté que nadie de nuestra mesa estaba hablando, y al girarme, Ricky nos estaba señalando a las dos.
Ricky:-Estas dos han hecho MUY buenas migas no?- soltó sin cortarse un pelo. Mi reacción fue mirar a la rubia, que rodaba los ojos y le tiraba una servilleta a él.
Después, al intentar retomar la conversación, nos dimos cuenta de que nos seguían mirando, y de que no tenían intención de dejar de mirar.
Mimi, volvió a rodar los ojos y soltando un suspiro, se levantó y me tendió la mano para que me levantara. Al cogerla no calculó bien su fuerza, o sí, pero acabamos mas juntas de lo normal. Sin movernos ninguna de las dos, sonrió de una forma que no le había visto en toda la noche, se acercó a mi oido.
Mimi:-¿Bailamos? Y dejamos la conversación para otro momento más... más calmado.- sin apartar la mirada de mis ojos y sin quitar la sonrisa. Yo solo fui capaz de asentir ante la proposición, no fui capaz de articular ninguna palabra, no se porqué pero teniéndola tan cerca, no podía hablar, sería el alcohol, ¿no?