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Te prometo que nos mudaremos pronto del fracaso y desconcierto
a la calle del silencio.
Te prometo que vamos a volvernos eternos.


Remus beso los labios de Sirius tan desesperadamente que tuvo que controlar el temblor del cuerpo de Black al sentir tan desesperado asalto.

Sin embargo se separaron cuando escucharon un desagradable sonido, provocado por un cuadro, del cual ni siquiera se pararon a observar de quien se trataba.

—Odio esta casa— murmuro Sirius.

— Fueron ordenes de Dumbledore quedarnos aquí — dijo Remus sin mucho más que agregar.

Sirius resoplo — ¿Y cuándo le hemos hecho caso a Dumbi? — pregunto antes de rodar los ojos.

— Desde que no te quiero volver a perder, ni a arriesgarme a que alguien te encuentre — finalizo el tema Remus mirándolo fríamente.

Sirius no se atrevió a decir nada más.

Y eso al licantropo le sorprendió pues Sirius siempre estaba llevándole la contraria.

Sin embargo desde ese momento la idea de daba vueltas en la cabeza.

Porque hay que aceptarlo, el también odiaba esa casa, más que lo que odiaba las lunas llenas.

Y justamente, después de su periodo peludo, el cual Sirius no se separo de él ningún segundo, ahí estaba, Padfoot, el perro aun lado de un herido lobo, que parecía que después de años, podía encontrar un poco la paz.

Remus hablo el viejo profesor.

— Yo, solo quiero que se olvide completamente del dolor por un tiempo, pero viviendo en esa casa, el constante recuerdo de su familia aparece, así que por favor, quiero llevarlo a mi casa y luego cuando todo se calme podríamos viajar por el mundo y llevarlo a conocer Egipto y Praga.

Albus sonrió — Para correr, primero hay que caminar, señor Lupin y Sirius ha comenzado a gatear de nuevo. Dale un tiempo, y luego te aseguro que podrán volver a tu casa y luego ya viajaran por el mundo, para eso tienen mucho tiempo —le aseguró.

Remus asintió no muy convencido pero decidió regresar a casa, con la esperanza de que pronto tendría un hogar con Sirius.

Dos noches después, Remus y Sirius se encontraban en la cama, mientras el silencio reinaba y jugaban con sus manos.

— Cuando venga Harry podríamos darle la buena nueva, y podríamos salir a pasear — le dijo Black muy emocionado.

— Claro, corazón, y quizá dentro de un año podríamos viajar con él, ¿a donde te gustaría ir? — susurro Remus mientras movía la mano de su pareja.

— Quiero conocer Praga.

Remus sonrió, claro que sabia que Sirius quería conocer Praga, siempre habían soñado ir ahí.

— Y luego podríamos mudarnos de aquí, con Harry por supuesto, aunque por el momento solo estaría en las vacaciones y formar una familia, Padfoot, ¿te imaginas? ¿en donde te gustaría formar muestro hogar?

El de cabello largo lo abrazo y Remus lo abrazo de vuelta.

— En realidad no me importa Remus, en donde sea, porque mi hogar eres tú. Pero entre más rápido sea, mejor.

Dijo para después enterrar su cabeza contra el cuello de su acompañante.

Remus suspiró.

— Tranquilo, saltamontes, que para eso tenemos toda una eternidad.

— ¿Lo prometes? — preguntó Sirius.

— Lo prometo — respondió Remus.

Prometo || wolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora