Hienkel

33 2 0
                                    

El desconcierto me guía al lugar de nuestra reunión.

Apoyándome en nuestra fe nativa; la Marioneta se percató de la injusta realidad.

El deber reflejó en mí la culpa. La culpa derramó mi llanto. El llanto me arrebató la orientación.
¿Tendría que estar agradecido?
Sorprendido por tu interés en la salvación, no deben haber más involucrados en el juego.

Si tu armonía es mi discordia; si mi presente será tu futuro; la única forma de completar la promesa será alcanzar el candoroso y despiadado desastre.
Mentiras falsas e idealistas no pueden continuar como peldaños.

"Si ahora ya no hay salvación; si ya he logrado difundir esta ennegrecida felicidad asesina, 
¿cómo piensas continuar el juego?"

La esperanza sigue fluyendo por mis venas.

"Enfermizas sensaciones que desembocarán en el trágico y previsto por todos, final.
No ayudo al justo ni a Dios; tan solo a quien todavía puede ganar"

La visión desaparece; apresurádamente los deseos se agudizan.
Alimentada por los ideales, la colorida y optimista marioneta ya no intenta deshacerse de mi dolor. Intenta deshacerse de mí.

Las fronteras del silencio fueron masacradas.
¿Quién es el culpable?

"Todo lo callado acaba tornándose en tu contra"

Ahora que ya es demasiado tarde, la corona ha sido lanzada por los aires.
Las traicioneras palabras que florecen de la Marioneta no servirán de nada. Ya no puedo escuchar.
No voy a escucharlas; no me dejaré corromper.

La pecadora existencia que os causa tristeza.

El alma que en el infierno debería arder.

Mi entusiasta y alegre corazón,
Estés seguro que por mucho que trates de
apuñalarlo,
perforarlo,
herirlo,
matarlo en lo más profundo;
él jamás morirá.

No importa cuánto te esfuerces.

Y lo sé porque ya lo intenté.

Restos de SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora