3. ¿Existe un culpable?

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-¿Qué nos tienes que decir?- dijo alguien, pero al estar concentrado en mi mismo no supe quien fue.

-No te tardes inútil. Date cuenta de que estamos mal- Reclamaba Naziem.

Ni una sola palabra quería salir de mi interior. Sentía como si algo me hubiese cortado las cuerdas vocales, quería hablar mas no podía.

-¡¿Saben algo?! ¡Mejor me largo!- dijo Naziem muy enojado, mientras salía por la puerta y todos iban detrás de él.

Yo estaba quieto; mirando a la nada.
Sentí la mano de Mirio que me halaba. Me llevaba a donde se dirigían los demás, hacia la salida del edificio.
Un brillante césped verde se podía observar debajo de aquel aterrador cielo rojo. Los 10 esperábamos ver algo más al ir por ese camino de larga distancia, pero la verdad era otra. Después de la salida definitiva, ya no se podía ver más el césped verde, se veía como si el cielo y la tierra se hubiesen fusionado en color rojo intenso.

Nadie se atrevía a cruzar hacia esa parte, no teníamos idea de lo que podía pasar. De ahora en adelante sería prioridad conservar nuestras vidas.
Con temor y desconcierto no tuvimos más opción que regresar.

Cada paso parecía una eternidad, pero después de un rato llegamos al edificio. Un aura oscura aún rodeaba todo, y las respiraciones se escuchaban pesadas. Volvimos al laboratorio, pero esta vez nadie se atrevía a abrir el congelador, nadie quería ver a nuestro amigo muerto en el suelo y con las señales de haber sido torturado.

Sentía la mirada de Erian puesta en mi, como si estuviese tratando de culparme de algo. Pero de su boca no puede salir palabra alguna debido a una condición inexplicable, no podía saber en que pensaba.

Izaro notó los ojos penetrantes, y como si se iluminara su mente preguntó:

-Neiji ¿No ibas a contarnos algo?

Reaccioné de un salto.
No sabía si iban a creerme pero necesitaba decirlo, nuestras vidas estaban en peligro.

-Sé donde estamos.

-¡¿Qué dices?!- pregunta Naziem furioso.

-Lo ví en la sala de maestros antes de venir aquí - al hablar sentía como si una aguja estaba atravesando mi pecho- ¡Este seguramente es nuestro castigo!

-Eso no puede ser-hablaba Rito apretándose los dientes-¡¿Como se te ocurre que es un castigo?!

-Este imbécil perdió la cabeza- decía Naziem mientras sus ojos se resaltaban.

-Calmense, no creo que Neiji esté mintiendo- se metió Mirio a defender- debe de existir una explicación.

Sus ojos me miraban tratando de tranquilizarme, pero los nervios y el temor invadían cada fibra de mi ser.

-¡¡ENTONCES EXPLICA!! ¿¡Cual castigo!?- gritó Naziem alterado.

Naziem golpeo el escritorio principal. De él resbaló un extraño folio color azul el cual Riko recogió.

Desina lo tomó y con fuerte pero temblorosa voz lo leyó:

Proyecto de Reformatorio Estudiantil Para Alumnos de Alto Peligro
R.E.A.D.A.P

Lamentamos las cosas hechas por nuestros custodiados y pedimos nuestras mas sinceras disculpas.

Lágrimas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora