Capítulo 7. Bora Bora

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Camila

-Buenos días, Camila. – Fue lo primero que escuché cuando desperté, además de ver la cara de niña que no rompe un plato que llevaba Jauregui esa mañana, estaba mucho más cerca de lo normal, casi podía sentir su respiración. Bueno, no me quejaré, tiene bonitos ojos verdes, a cualquiera le gustaría despertar y verlos. ¡Rayos! Debería deshacerme de esos pensamientos respecto a esa degenerada, no se lo merece, en lo absoluto.

-¿Qué te traes, Jauregui? – Le pregunté malhumorada, la verdad aún tenía sueño y quería continuar. - ¿Por qué traes esa ropa puesta? – Pregunté con extrañeza, jamás había visto a Lauren tan ¿descomplicada?

-¿Has olvidado nuestra cita en Bora Bora? – Preguntó divertida mientras se colocaba unas gafas oscuras. – Creo que si quieres darte un baño debes apresurarte en una hora sale nuestro vuelo. – Agregó mientras miraba el reloj.

-¿Bora Bora? ¿Ese lugar existe? – Pregunté confundida, mi sueño se había espantado. – ¡Además! Creo que no escuchaste bien cuando dije que no iría a ningún "viaje de negocios". – Estaba molesta, Lauren siempre quería salirse con las suyas.

-Entonces díselo a tu padre. – Me dijo cambiando su tono de voz de repente, parecía alterada, me extendía su teléfono, pero yo lo rechacé. – Alejandro también irá con nosotros, seguro se le olvidó mencionártelo.

-Es una costumbre reciente de él. – Hablé poniéndome de pie mientras repasaba la actitud de mi padre, desde que me casé con Lauren se ha comportado muy distante, es como si fuera otra persona... Ni siquiera puedo creer que esté de acuerdo con todo esto, sin embargo no le he reclamado nada, prefiero pensar que se ha visto realmente obligado.

Lauren no mentía, mis maletas ya estaban listas cuando yo pregunté si tenía tiempo de arreglar mis cosas. En contra de mi voluntad estaría en pocas horas en un lugar desconocido para mí, haciendo cuanta cosa aburrida se le ocurra al abuelo de Jauregui. Definitivamente esta serie de eventos se salían en exagerada dirección tangencial a lo que yo había planeado cuando nos mudamos a Los Ángeles. Estaba harta de ser la marioneta de Lauren y en parte también la de mi padre.

-Cariño, quita esa cara, por favor, te aseguro que la pasaremos muy bien. – Lauren hizo otra promesa falsa para ella misma, mientras fingía ternura y acariciaba mi mentón, yo aparté su mano con rudeza. Me costaba en ocasiones comprender a la chica de ojos verdes, su comportamiento era demasiado voluble, incluso a veces hacía que me preocupara por ella en vano, lo odiaba.

-Muy buenos días, señoritas. – Interrumpió Carlos quien venía acompañado de mi padre, Alejandro se veía sobrio, incluso demasiado serio como acostumbraba ser, su mirada era suplicante cuando se dirigía a mí, luego miraba a Lauren y sus ojos eran dos ráfagas encendidas cuando sus manos entraban en contacto conmigo, era como si ella lo provocara a propósito.

En pocos minutos abordamos el avión privado de la familia Jauregui, no era muy grande pero sí cómodo, mi padre se apresuró y se situó a mi lado, Lauren en cambio desapareció de nuestra vista, dirigiéndose a otra sección.

-Camila. – Finalmente se había decidido a dirigirme la palabra luego de varios días, lucía incómodo e inseguro.

-No tienes que explicarme nada, papá, Lauren me ha aclarado todo. – dije fríamente, no quería ver sus ojos siquiera. – Sé lo que sucede aquí, conozco las verdaderas intenciones de ambos. –Agregué refiriéndome a Carlos.

-Lauren no es alguien de fiar. – Susurró apretando sus dientes, y sus ojos volvieron a brillar con furia.

-Tú tampoco has demostrado lo contrario. – Refuté y él quedó sin más palabras. Debo admitir que no le comprendía, era evidente que sufría con toda esta situación, sin embargo había accedido a ella.

No quiero ser tu esposa (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora