Capítulo 11. De nadie más

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Camila

-¿Lauren? ¿Lauren? – Empecé a sacudirla tratando de arrancarla de su profundo sueño, era casi medio día y si queríamos volver a tiempo para cumplir con nuestros pendientes académicos debíamos concluir pronto con nuestras actividades sociales y cuanto antes empezar a empacar las valijas, creí que ella quizás tenía deseos de visitar a algún familiar antes de partir de Miami, pero ese deseo aún no lo había manifestado, asumí que no estaba interesada... – Jauregui. – Le susurré muy cerca del oído y ella no pudo evitar sonreír con los ojos cerrados, ya sabía que aquello le ocasionaba cosquillas, entonces supe había estado fingiendo que dormía.

-Hola. – Me habló un poco avergonzada, me imaginé que por el suceso de ayer que aún estaba pendiente.

-¿Cómo estás? – Indagué fingiendo poco interés mientras recogía algunas de mis cosas personales. – Es casi medio día, debemos llegar a la casa de campo antes del almuerzo, mi familia y la de Nick nos esperan. - Informé.

-Estoy harta de estos compromisos sociales. – Masculló cubriéndose el rostro con las manos.

-Compromisos familiares. - La corregí tal como ella disfrutaba hacerlo. - ¿Qué pasó anoche, Lauren? ¿Estabas ligando con mi hermana todo este tiempo? La verdad es que se me empezaba a ser sospechoso el rollito que tenían ambas. – Empecé a hablar, pero no quería sonar ridícula demostrando que había sentido celos cada vez que recordaba aquella escena, tampoco quería pretender reclamarle algo.

-Intenté decirte en la casa de tu cuñado que tu hermana me acosaba desde el primer día que llegué aquí... anoche me asaltó en el baño y se me lanzó como una gata en celo... no era capaz de quitármela de encima. – Explicó, esta vez se veía muy tranquila en contraste con su comportamiento de anoche, aunque me moría porque Lauren persistiera en dejarme claro que no le interesaba mi hermana, decidí terminar con el tema por el momento.

-¿Qué ha sucedido entre tú y Nick? Estuvo preguntando por ti anoche, se notaba muy serio y preocupado, temo que le hayas ocasionado algún tipo de problema, por favor al menos di que intentaste ser amable con él.

-Claro que no he intentado ser amable con él, no me interesa siquiera hablarle. – Contestó frunciendo el ceño, definitivamente algo de él le molestaba. – Si quiere hablar conmigo es porque le conviene. – Sentenció dejándome aún más confundida, no había que dar más vueltas al asunto, algo había pasado. – seré breve. – Prometió al ver mi cara de desconcierto. – Anoche lo descubrí en una escena muy apasionada con tu exnovio, me equivoqué de puerta mientras intentaba llegar al baño...

-¿Nick y Shawn? – Definitivamente se me hacía un poco complicado hacerme la idea, pero al final todas las piezas encajaban, pues ya lo había sospechado de Shawn anteriormente, Laura sin duda estaba loca por las mujeres y por eso había puesto en su mira a Lauren, y su casamiento con Nick era una farsa en la que ambos podían refugiarse para sacar provecho. Sin embargo las acciones de los tres justo en la noche de la boda eran completamente imprudentes.

-Esto es como una gran telaraña de mentiras, ya saben lo que dicen, Camila: en exceso todo es malo. – Sonrió con ironía. – Iré a bañarme, no me tardaré, ve preparando el auto ¿Vale? – Enunció poniéndose de pie, antes de meterse a bañar me dio un beso en la punta de la nariz con ternura de esos que me confunden.

A unos noventa kilómetros de Miami se encontraba la casa de campo de mi familia, mi padre había organizado una reunión muy privada para despedir a los novios, donde sólo asistirían amigos íntimos de las familias y de los recién casados. Lauren me pidió que condujera porque tenía jaqueca, se colocó unas gafas oscuras para disimular la cara de resaca que traía, si no la conociera imaginaría que es una chica que le aguanta mucho al alcohol, pero la pelinegra no tomaba más allá de tres copas, sé que siempre a la cuarta se faja en un rotundo no. Abrochó su cinturón y empezó a buscar en la radio una emisora de su preferencia, luego de varios intentos finalmente lo consiguió y sonrió con triunfo. Casi una hora después alcanzamos nuestro destino. Shawn no dejó su caballerismo típico de lado y salió a nuestro encuentro con la intención de ayudarnos a llevar la pequeña maleta que habíamos empacado para pasar esa noche, me envolvió en un tierno abrazo y cuando se dirijo a Lauren se percibió un ambiente tenso entre ambos, él no sabía cómo reaccionar frente a ella, no tenía claro si era por el carácter conocido de la chica de ojos verdes, si por lo que ambos se callaban de la noche anterior o si era un combinación de ambas cosas, sin embargo Lauren nos sorprendió a ambos, le dio una sonrisa para tranquilizarlo y besó su mejilla antes de darle las gracias por habernos colaborado... ella era tan impredecible.

No quiero ser tu esposa (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora