10; La chica que él asesinó.

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10; La chica que él asesinó.

CAPÍTULO LARGO
KATHERINE 'S POV.

—¿Qué acabas de decir? —frunció el ceño y sus labios se entreabrieron.

—Lo q-que e-escuchas-escuchaste. —traté de mantenerme firme, sin emabargo las palabras parecieron enredarse entre sí.

Suspiré intranquila cuando Joey presionó sus puños, y su mandíbula se tensó notoriamente. Su odio e incertidumbre picaban contra mí, sé que trataba de intimidarme con la mirada, y podía ver crecer la curiosidad a medida que los segundos pasaban y yo no caía ante sus penetrante mirada.

—No vuelvas a llamarme así, tú no sabes nada. —sentenció con voz gruesa, haciendo una pausa entre cada palabra lo cual le daba un toque sombrío. —¿Oíste?

Asentí anonada.

<<Entonces algo sucedió en su pasado>> Afirmé mentalmente.

Esa palabra entonces no era sólo un adjetivo o una metáfora al azar. Por eso mismo su reacción había sido inesperada cuando sólo creí que se trataba de una broma. Joey tenía algo en su pasado que conectaba la palabra 'asesino' y su nombre, lo cual me parecía totalmente increíble, en el mal sentido, mi cabeza aún no llegaba a procesar todo aquello.

Él sólo se giró y salió por la puerta, dejándome con una duda inmensa y demasiadas ganas de descubrir este misterio.





●●●






Luego de aquel raro enfrentamiento, subí a mi habitación con la última situación rondando en mi cabeza.

Había pasado cuatro horas metida en la habitación, sin saber la maldita razón por la que Birlem había reaccionado de esa manera.

Mi estómago comenzó a rugir, espantando duda alguna y obligando a mi cuerpo bajar a la cocina y prepararme un sándwich. No había comido nada desde el almuerzo, y sentía que si no ingería nada pronto, me desmayaría.

Justo cuando estuve a punto se abrir el refrigerador, el tintineo del timbre me había hecho saltar del susto. Caminé hacía la puerta, abriendo la misma, encontradome una sorpresa.

—¡Hola! —saludó el chico con notable felicidad.

Un rubio platinado se asomaba a la puerta con una linda y extravagante sonrisa, sus manos se metían en la parte delantera de su pantalón, y a juzgar por su apariencia, parecía alguien amable.

—Um... ¿se te ofrece algo? —inquerí analizando su imagen una vez más.

Sus cejas se levantaron y pareció reclamarse a sí mismo por algo. —Lo siento, sí, mi nombre es Carson, y estoy buscando a Joey.

—Katherine. —estiré mi mano esperando que la tomara. —Joey no se encuentra en casa, pero creo que más tarde vendrá, si quieres le digo que te llame y...

—Oh, no hay problema, puedo esperar. —alegó sonriendo otra vez.

En mis adentros torcía mi rostro en un gesto no muy satisfecho. Sin embargo no podía cerrarle la puerta en la cara, así que acepté sin otra opción.

—Disculpa ser entrometido, pero ¿quién eres en realidad? —caminó hasta la sala tomando asiento en uno de los sofás.

Imite su acción, sentándome en frente. —Soy la hermana de Charles...

—...Él mejor amigo de Joey.—completó por mi la frase. Asentí. —Buena elección la de Birlem, eh. —murmuró borrando su sonrisa.

—¿Disculpa?

—Nada, Joey no dejaría a nadie quedarse en casa por bastante tiempo, es más, eres muy parecida a las chicas que él siempre trae. —alegó haciendo que yo capte el segundo sentido a esa frase.

—¿Qué estás queriendo decir? —mi falsa sonrisa se había esfumado, y ahora el silencio de la sala se había vuelto aún más incómodo.

—Nada, sólo tonterías. —agitó su mano restándole importancia.

—Lo siento, olvidé mi teléfono en la habitación, ya vuelvo. —dije amablemente y subí las escaleras.

Apenas ingresé en el cuarto, tomé mi móvil y marqué el número de Joey.

¿Hola? —habló una voz femenina del otro lado de la línea. Sin duda, no era eso lo esperado, pero me mantuve fija en mi objetivo de hablar con el castaño.

—Uh... Hola ¿está Joey?

Sí, aunque no puede atenderte en este momento. —presioné mis labios, una chispa de algo incómodo se sintió en mi estómago. —Pero puedo pasarle el mensaje...

—Sí, sí, como sea. Dile que un tal Carson vino a verlo y decidió esperarlo...

¿Algo más?

—No, sólo eso, por favor díselo...

Está bien, adiós. —y cuando me di cuenta, la línea ya no existía.

Inspiré profundo, pensé en quien sería aquella voz femenina y que estaría haciendo Joey con ella. Pero ¿por qué? No tendría que interesarme en lo más mínimo sobre lo que él haga o quien tenga de compañía, después de todo no sabía mucho sobre él, éste último tiempo había cambiado desde la última vez que lo ví, así que yo era una desconocida en su vida.

Bajé en las escaleras con la esperanza de que Carson entienda mi incomodidad junto a él y por fin se marche.

—Carson, estuve hab... —comencé y luego cerré la boca al no encontrar a nadie en la sala. —¿Carson?

Caminé inspeccionando el lugar donde él estuvo sentado anteriormente, se me ocurrió que pudo haber dejado alguna clase de nota, pero no fue así. Me dirigí a la cocina, y tampoco hubo nada. Por último decidí ir al patio, en donde la fría brisa me hizo tiritar, camine adentrándome al césped, y me di cuenta que, sin luz, el patio parecía una escenografía de terror.

—¡Diablos! Te pareces demasiado. —su voz gritó a mis espaldas, me giré al instante.

—Carson. —toqué mi pecho. —Me diste un susto...

Pero él no hizo nada, sólo siguió caminando hacia mí, con una mirada un tanto aterradora.

—¿Sucede algo? —inquerí mientras él aumentaba su cercanía.

—Te pareces demasiado a ella. —susurró, la yema de su dedo recorrió mi rostro, como si lo estuviera contemplando. Quise quitar su mano, pero me tomó por la cintura.

<<Esto no me gusta para nada>>

—¿Parecerme a quien?

—A ella, a Sally...

—¿Sally? ¿Quien...?

—Él no te lo dijo ¿verdad? —me interrumpió apretando más su agarre, lentamente comencé a forcejear.

—¿Decirme qué? ¿De qué hablas? Suélt...

—De la chica que él asesinó.

HELL ━━ joey birlemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora