HELL ━━ joey birlem

36; La despedida de Sally.

36; La despedida de Sally.

capítulo largo.

—¿Segura? —inquirió con duda Joey, mientras podía sentir la preocupación de su mirada penetrar mi rostro.

Bajé el vaso de agua, mientras dejaba escapar un cansador suspiro. —Sí, ya no importa. —le quité importancia mientras mis ojos se dirigian al chico, al instante bajé la mirada.

Me era imposible que las imagenes de la pesadilla se marchen de mi mente. Todo se había sentido tan real. El subconsciente me había jugado en contra cuando caí dormida sin darme cuenta, y comencé a soñar.
No recuerdo en qué momento sucedió, pero desperté con un agitado y preocupado Joey a mi lado, que no se había despegado de mi hasta ahora.

Nos encontrábamos en la cocina, bajé a tomar un vaso de agua luego de que él me lo insistiera repetidas veces. Ahora yo estaba sentada sobre una baqueta, apoyada en la isla de la cocina, mientras él se encontraba en el otro extremo, sin quitarme la vista de encima. Parecía estár verdaderamente preocupado.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó levantando con sutileza sus cejas.

Mordí mi labio inferior. —No, en serio estoy bien Joseph. —negué sin levantar la vista. —Fue un sueño tonto, nada más...

Inclinó levemente la cabeza hacia un lado. —No parecía ser un sueño tonto allí arriba. —murmuró con un hilo de voz.

Llevé mi vista hacia sus ojos. Podía asegurar que éstos tenían un brillo diferente, no se a que se debía, y mi mente no estaba en condiciones de pensar en ello, por lo tanto decidí no darle importancia.

Luego de unos segundos de una batalla de miradas, elevó su vista y noté como frunció sus labios. Parecía no estár completamente convencido de mi respuesta, sin embargo, no le iba a contar de lo que en verdad era aquella pesadilla.

—Ven aquí. —pidió estirando sus brazos hacia mi dirección.

No dude en colocarme de pie y dirigirme hacia él. Apenas estuve cerca, sus brazos me apretaron contra su cuerpo. Y como de costumbre, experimenté aquella sensación de seguridad, y era increíble como no importaba el momento ni el lugar, Joey me hacía sentir protegida, era mágico.

—Kat... —susurró contra mi oído.

—Dime. —respondí ignorando los escalofríos que recorrieron mi columna.

—Sabes que puedes contarme lo que sea ¿Verdad?

Cerré mis párpados, mientras maldecía en mis adentros. Tenía el mínimo sentimiento de que Joseph sospechaba algo, y eso me alarmaba.

¿Y si supiera que en realidad estoy tratando de averiguar lo de Sally? ¿Que si se entera?

Ni siquiera quería proyectarme aquella idea, el solo hecho de pensar que él podría estar sabiendo las mentiras que usualmente le digo, me descoloca.

Suspiré. —Sí, lo sé, cariño. —murmuré sin querer imaginar las consecuencias que lo que estaba haciendo tenía.

Por último mi mirada se fijó en la sala, justo en el punto donde, en mi sueño, estaba el cuerpo ensangrentado.

Las imágenes regresaron como un flash, y la voz de Joey llorando, mientras me sostenía en brazos, me hacían querer gritar de la desesperación.

No quise hacerlo, no quise hacerlo.

[●●●]

—Tengo miedo de que Joey sepa algo. —confesé notando como Blake giraba su cabeza confundido.