Y aquí estoy, en el techo de mi casa, son las 2:57 de la madrugada, admiro las estrellas mientras tengo mi reproductor de música a todo volumen.
Esto me a resultado bastante bueno, el llorar hasta que no pueda más, tengo en mis manos el libro que dejo Camila para mi, donde después de 7 meses nunca habia visto la hoja que está hasta el final del libro.
"Eres un desastre que llega a enamorar a los peores demonios"
"Tu fuerza es tan inexplicable cuando se trata de humildad"
"Eres aquello tan puro que muchos llegan a envidiar"
"Jamás olvides que resides en la luz"
"Eres vacío de las batallas que te esperan, se fuerte"
"Yo te amo por miles de razones"
"Defiende a capa y espada aquellos que estén solos en el mundo"
"Tu que sabes del dolor ayúdame a sanar"
Miles de pequeñas frases me dejaron sin aliento, saber que todas son dedicadas a mi. Yo sólo soy un simple ser humano, ella me hace ver cómo una diosa o sobreviviente ante algo muy fuerte. Camila me hizo fuerte, ella logró que ahora sea esta chica tan deslumbrante.
Jamás he dejado sin escribir ese bello libro, no dejaré abandonado su recuerdo ni su alma, aunque no tengo sus cenizas ni un lugar para ponerle flores, he decidido ponerle un altar en un pequeño espacio de mi buró, lo decore con naturaleza muerta, cientos de pequeñas florecitas, su foto enmarcada al centro con una virgen de Guadalupe a lado, siempre estoy al pendiente de ponerle una veladora y orar por ella cada noche, así cómo también por esos niños desamparados en el mundo que han luchado cómo nosotras dos.
El saber que camila pensaba lo mejor de mi, me hace llorar inexplicablemente, ¿Será que por fin yo me amo lo suficientemente para creerlo? Porque he comprobado ese placer que siento cómo alegría nada me lo quita.
Apesar del tiempo, de mis batallas, se que aún no he perdonado a todos ni mucho menos sé que en mi alma no hay odio, el largo camino me tiene cansada, sin embargo solo sigo por alguna extraña razón.
Tengo días buenos cómo malos, estoy feliz cómo al poco tiempo deprimida en mis recuerdos.
Admiro cada rincón de mi cuerpo, porque me amo, después de tanto, me amo demasiado, carajo, entiendo a esa gente envidiosa, soy demasiado bonita, bondadosa, humilde, solidaria, entre millones de cosas más.
No encierres jamás tu pensamiento, porque resides entre las estrellas. Yo lo recuerdo cada noche.
Pero he cometido tantos errores, ¿Cómo puedo tratar de borrarlos?
El recuerdo de Fátima cómo miles de otras cosas más me atormenta de nuevo, la perdí Dios mío, la perdí, por estúpida, por insegura. Sólo yo se cuánto la amo, me duele tenerla lejos, que nada sea cómo antes, ¿Donde está mi compañera de momentos?, no se si buscarla o dar por olvidado todo esto. La he lastimado sí, pero ella también a mi, porque somos igual de orgullosas y de tal modo frías, siempre que hablamos terminamos discutiendo o simplemente reclamandonos nuestros errores.
Ya tiene tiempo que no se nada de ella, las dos hemos cambiado, ahora tenemos otros intereses, aceptó que la perdí, que ya nada volverá, prefiero soltarla a que seguir lastimandome de esta manera, no pienso ir a sus xv años ni volver a buscarla, solo estaré con ella de lejos, para cuando me necesite estaré ahí, mientras no sabrá nada más de mi, curare mis heridas y espero ella haga lo mismo con las suyas, me duele en el alma, se que será difícil pero no imposible. Le deseo lo mejor con mi amigo Charly espero que la haga feliz y por fin ella pueda conocer el amor.
Será un nuevo año el que viene, espero vengan cosas buenas.
31/Diciembre/2017.
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Mi batalla
Teen FictionVida de una chica qué a través de incontables problemas pudo salir adelante sin contar que en el transcurso descubrió el amor así mismo las desilusiones de las personas, se enfrentó a verdades que le rompieron el corazón.