Perrie no la miraba a los ojos, no le miraba el cuerpo, ni siquiera la abría la boca para tratar de hablarle, no como Jade lo hacía. Rápidamente tuvo dos conclusiones; o era autista o era hetero.
Cualquiera de las opciones, estaba decidida a hacerla cambiar de opinión y que se fijará en ella. Jade no se daría por vencida.
Perrie Edwards dejaría de ser heterosexual.
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