05.

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La tarde del lunes pareció mejorar, de nuevo, Jade no logró entender nada sobre el tema y sí, puede que parezca algo malo porque era el último examen y si no lo aprobaba, estaría en problemas.

Pero resultó ser que cierta oferta seguía en pie, así que no dudó en pedirle ayuda a Perrie y quedaron para reunirse esa misma tarde.

Fue un increíble hablarle sin tartamudear y sentirse por primera vez tan cómoda a su lado, lo cuál podría significar que las cosas no mejoraban.

Perrie estaba metida en unos pantalones blancos que le quedaban jodidamente bien, uno pantalones que si llegaba a usar, con la suerte que tenía, los mancharía. Con la compañía de una blusa blanca con celeste algo corta, su cabello ondulado como siempre y su rostro libre de maquillaje.

Esa era su rutina diaria, observarla y detallar todo sobre ella, aunque había cosas que apenas descubría, que tenía pecas por ejemplo.

—Voy a resignarme a tú perdida—le dijo Leigh notando lo embobada que estaba por la rubia nuevamente—. ¿Irás?

La castaña suspiro.

—Sabes que sólo tendré permiso si apruebo el examen del miércoles.

La chica con la que Leigh sale acababa de cumplir años, la fiesta sería festejada el viernes y Jade solo tendría permiso si pasaba matemáticas.

—Bueno, tomando en cuenta quién te dará tutoría...—dio un vistazo a Perrie—. Le diré a a Jesy que te saque la vista.

—Oye, no seas así—regaño—. Hasta donde sé, es de las mejores en la clase.

—Oh cariño, no dudo de su inteligencia, dudo de tú capacidad para concentrarse teniéndola cerca.

La morena le dedico una sonrisa divertida y aunque quiso reprocharle, no encontró nada que decir y permaneció callada.

[…]

—Entonces, lo único que debes hacer es dividirlo y listo—sonrió, mostrando el resultado que en sus manos parecía pan comido, pero Jade sólo veía números, raíces y signos.

[N/a no quise especificar en ningún tema porque luego van a salir los arenosos “eso es muy fácil”, entonces inventé algo, hagan de cuenta que es bien complicado].

—¿Entendiste?

Perrie parecía entusiasmada, como si le encantará todo lo que tuviera que ver con esas cuentas infernales, pero la castaña estaba cohibida, por su perfume, por la cercanía de sus labios y roce de su cuerpo.

Sintió ganas de llorar.

—La verdad es que... No—admitió—. Creo que esto ha sido una pérdida de tiempo y lo siento por venir y quitarte tú día nada.

—Jade, tranquila—una de su manos, la que no sostenía el cuaderno, le acarició el brazo con paciencia—. Dicen que la tercera es la vencida, intenta no presionarte esta vez.

Perrie empezó a explicarle otro ejercicio, esta vez permitió que Jade usará la calculadora y sacará las cuentas, con la esperanza de aquí si fuera más sencillo para ella.

Una vez resuelto el problema, explicó todo el procedimiento de nuevo, diciéndole que no había nada de complicado mientras siguiera la fórmula al pie de la letra.

—Ahora, te ayudaré hacer la nueva tarea y estarás preparada para el examen.

La rubia era tan... Adorable, parecía como si en verdad le importará su aprobación, se esforzó para hacerse entender y no mostró en ningún momento signos de frustración, fue paso a paso, tranquilamente, explicando cada detalle con precisión.

—Podemos reunirse mañana también, si quieres—dijo para tranquilizarla—. Puedo preparar unos ejercicios nuevos para que resuelvas y te ayudaré con cualquier duda.

A las cinco de la tarde estaba abrazándola en la puerta de su casa, agradecida por el tiempo y por haberla salvado de reprobar, cuando Jade cruzó la esquina, fue el momento que su corazón calmó los latidos y todo volvió a la normalidad.

Compartir un día junto a la chica que admiraba y además, que ella fuera tan linda y carismática, le hizo ver que sus sentimientos eran más fuertes de lo esperado.

Le gustaba Perrie.

hetero |Jerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora