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Los hermanos Park eran conocidos en el jardín, por ser el duo más tierno que hayan visto. Sus compañeros los amaban, sus profesoras igual, hasta las madres de sus compañeros.
Aunque ellos se llevaran por 2 años de diferencia, su mamá se las había arreglado para que estén en el mismo curso, adelantó al pequeño Park JiHyun un curso e hizo retrasar a Park JiMin uno, para que así estén juntos.
Cuando el papá de JiMin vivía con ellos, les regaló a ellos una camiseta de gemelos. Les encantaba llevarla al jardín.
Todo comenzó cuando al papá de los hermanos Park, lo ascendieron del trabajo; para ello tendría que ir a Seul, a trabajar a una de las mayores empresas, se llama Big Hit. Un día, él tomó un bus para ir a Busan, a ver a sus hijos y a su esposa.
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Su familia lo esperó en el terminal, y el pequeño Park JiHyun quería ir atrás de un globo. JiMin comenzó a llamarlo para que regresara. Pero no logró encontrarlo.
A los minutos siguientes, se comenzaron a escuchar gritos desesperados. El conductor de un bus se había olvidado de poner el freno de mano al estacionar, el bus se fue hacia atrás y había un niño pequeño, el bus lo arrolló totalmente.
La mamá de JiMin lloraba a mares, desesperada porque la ambulancia no llegaba.
-JiHyun no mueras, no cierres los ojos, mamá está aquí. No lo hagas mi bebé.
-Te amo mami, dile a JiMin Hyung que también lo amo, y que esperaré a papá.- Dijo con una suave voz y cerró sus ojos.
JiMin sólo vio a su mamá correr y llorar, al ver que había mucha sangre se desmayó en medio de la multitud.
Cuando despertó, no recordaba nada. Sólo a su mamá, pero tenía borros recuerdos de ella.
-Hola, veo que ya despertaste ¿Cómo te llamas?.- Le habló una enfermera.
-Ehm... Yo me llamo... ehm... Park Ji...- Frunció el ceño.- Park JiHyun.
La enfermera lo miró sorprendida, y negó con un pequeña sonrisa.
-No, tú te llamas Park JiMin... No se quién es Park JiHyun.-JiMin la miró y se tapo la cara.
-Yo creo que me llamo JiHyun, no se quien será JiMin...- Respondió mientras se volvía a acostar.
-¿Tienes hambre?.- Él asintió.- Genial, ya te traigo la comida.
Así pasaron las semanas, hasta que JiMin aceptó, por así decirlo, su nombre y se olvidó de JiHyun, por un tiempo.
Su papá decidió que era mejor que se quedara en Seul, y se separó de la esposa; quien pasaba más tiempo afuera, que ayudando a su hijo.
A ella le recomendaron un psicólogo para su hijo, así ella se "deshacía" de las verdades que tenía que contarle. Siempre la llevaba donde el Psicólogo Min YoonGi, no se negaba a que era muy guapo, y trato de salir con él, pero se le negaba respetuosamente y la señora se molestaba.
Cuando JiMin cumplió los 15 años, ella decidió mandarlo a un hospital psiquiatrico ya que a veces veía a su hijo hablar sobre JiHyun, aunque no lo recordaba igual soñaba con él. Lo mandó sin consultar a YoonGi; por un año, hasta que el psicólogo lo descubrió.
YoonGi arregló los papeles, mandó un oficio y logró sacarlo de ahí. Para él, JiMin sólo necesitaba tratamiento, y alguien quien lo escuche.
YoonGi le contó la historia a JiMin, dado que él había encontrado otra foto; al verla tuvo varios dolores de cabeza y un poco en el pecho. Corrió donde YoonGi porque quería que lo consolara, pero se topó con esa sorpresa.
-JiMin... di algo.- Murmuró YoonGi con voz temblorosa, él no sabía de lo que era capaz de hacer.
-Yo... ¿Qué quieres que diga? Tenía un hermano, ahora está muerto. No sé si es mi culpa, mis padres se divorciaron por eso. Creo que todo esto es mi culpa...- Comenzó a llorar, se levantó.- HoSeok tenía razón, usted no es de confiar, debería ir con él.- Salió del consultorio y comenzó a correr.
YoonGi lo perdió de vista, pero sospecha de que pueda ir a su casa, en busca de pastillas.
