Otra misma tarde, el mismo patrón, los mismos temas, y el mismo mendigo profesor.
Claro, eso es lo que pasa por mi mente mientras me encuentro sentado entre tantos estudiantes. Algunos adormilados, y otros tratando de prestar atención. Es bastante obvio que una clase de geografía avanzada -que no tenía nada de avanzada-, no era algo que entusiasmara demasiado. O al menos, no a mí. Para mi suerte, ésta es la última del día. Pero eso no retira de mi cabeza el hecho de que ahora me esté arrepintiendo por completo de haber matriculado aquella materia para los lunes y jueves.
Mientras mi barbilla reposa en mi mano y mi codo en la mesa, mis ojos se encargan de recorrer todo el lugar hasta dar con las grandes ventanas entre la pared recientemente pintada de blanco. Adornada con varios afiches y mapas, dándole el completo y perfecto ambiente de la materia que se desarrolla en el aula.
-¿Joven Jualíz? -esa voz tan grotesca e irritante es la que provoca un pequeño brinco por mi parte, haciéndome dirigir la mirada en dirección al profesor que ahora mismo me amenaza considerablemente con la mirada através de los cristales de las gafas que siempre lleva consigo- Debería suponer que de nuevo; "se fue a Narnia a través del poder de la imaginación", ¿verdad?
Vaya, vaya.
-¿Qué come que adivina, Roberts? -me atrevo a responder.
De una manera que puede considerarse como: descarada. Claro está, manteniendo ese tono burlón que descontrola a todos mis maestros por "faltarles al respeto" de ese modo.
Aquello se ha vuelto una rutina.
Me pierdo en mi mundo, el señor Roberts me llama la atención usando mis propias palabras en mi contra, yo respondo de otra manera con tal de hacerlo sentir ofendido o humillado; y de ahí es una pequeña guerra de palabras discretas en lo que queda de la clase.
-Usted no cambia -el suspiro pesado por parte del hombre que tengo en frente resuena en toda el aula-. Será que por primera vez, ¿podría prestar atención a mi clase? Lo que estaba explicando es importante para su próximo examen. Que por cierto, es el último del semestre.
... Demonios.
Ante esa respuesta y con ese tono cansado que se escuchó en la voz del maestro, puedo darme cuenta de que hoy no está para esos "juegos". Por lo que no sé hacer más que asentir y quedarme callado. Si respondo, muy probablemente sería expulsado del aula. Y debo recalcar que no he salido de la misma por esa razón, necesito la información para el próximo examen, y hasta el momento; no llevo nada resumido para ello.
***
-¿Cómo es que siempre logras pasar los semestres? Si tus veinticuatro siete se trata de enfrentarte a los maestros de forma grosera -la voz de Lynn.
Una amiga cercana para mí empieza a hacerme reclamos del mismo tema de cada dos días.
Y con razón. Ni yo mismo tengo bastante clara la idea de cómo ya voy terminando mi tercer semestre, y de momento, no he perdido ninguno.
Aunque eso puede ser un gran problema. ¿Por qué? Porque los semestres de la carrera que me encuentro estudiando se me hacen terriblemente largos e incluso eternos.
-¡Ah!, ¿tengo que recordarte que tengo a un genio de hermano? -respondo en excusa.
De cualquier modo, es cierto. Mi hermano, el menor de los tres, o bueno, por unos minutos más que mi hermana. Joel, es un maldito genio. Claro, sé que de algún modo mi madre se las arregló para repartir la inteligencia entre Joel y yo, saliendo beneficiado mi hermano. No me quedo muy atrás, pero su capacidad de entender las cosas y hacer uso de la lógica... Me impresiona bastante.
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Luna Creciente
WerewolfUna raza; una madre. Cuatro lunas; un ciclo Un conflicto; una guerra. ¿Por qué? Por el poder absoluto.